El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Canción de Navidad

Canción de Navidad
(Silvio Rodriguez)

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación.
Y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.

La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud.
Pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó,
al que en su cotidiana lucha
me da razones para amarle,
a aquel que nadie le cantó.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego
que no tienes ninguna.
Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

jueves, 24 de diciembre de 2009

El rebelde Jesús

The Rebel Jesus
(Jackson Browne)

Las calles están llenas con las risas y la luz
y la música de la navidad,
y las ventanas de los comercios brillan todas
con las caras de los niños.
Y las familias corren a sus hogares
al tiempo que el cielo se oscurece y hiela.
Se reunirán en torno a los corazones y las mesas
dando gracias por la bondad de Dios
y el nacimiento del rebelde Jesús.

Y le llaman “Príncipe de la Paz”.
Y le llaman “Salvador”.
y le rezan en el mar
y en toda situación complicada;
al tiempo que llenan sus iglesias con su orgullo y su oro
y su fe en él aumenta.
Pero han cambiado la esencia de aquello a lo que yo rendía culto
"Un templo convertido en una guarida de ladrones",
en las palabras del rebelde Jesús.

Vigilamos nuestro mundo con cerraduras y armas
y guardamos nuestras posesiones más preciadas,
y una vez al año, cuando llega la Navidad,
entregamos presentes a nuestros conocidos
Y quizás damos un poco al pobre
si la generosidad nos embarga.
Pero si alguno de nosotros interfiere
en el porqué son pobres,
recibe lo mismo que el rebelde Jesús.

Perdonadme si parece
que hablo en tono de juico.
No deseo entrometerme,
en este día y tu alegría.
En esta vida infortunios y fatiga mundana,
tenemos la necesidad de algo que nos libere,
así que te deseo placer y deseo alegría
de parte de un idólatra y un pagano
del lado del rebelde Jesús.

Letra original en inglés aquí

domingo, 20 de diciembre de 2009

El niño pez

Estaba en cuclillas junto a la orilla del río observando su reflejo en el agua. Un pez saltó y difuminó el reflejo de su rostro unos instantes. Los rasgos que veía en ese rostro era los de ese pez que había venido a la tranquilidad de la tarde para saludarle y acompañarle en sus pensamientos. O quizá eran los rasgos del amigo lagarto, que moraba en el pantano que bordeaba la comuna por uno de sus extremos, o los de la serpiente, que habita entre las cenagosas aguas del pantano y les protegía con su presencia.
Observó una vez más su reflejo en el agua con detenimiento. Sí, no cabía duda: su nariz chata y los ojos rasgados, la piel tensa y brillante, como si alguien le tirase hacia atrás desde las orejas, que estaban pegadas a la cabeza, sobresaliendo a penas, a penas imperceptibles cuando se le miraba de frente. Y su boca, su boca también era la del pez/ lagarto: pequeña, estrecha cuando estaba callado y viva y afilada cuando reía con sus amigos. Recordó entonces las palabras del viejo chamán:
"Nosotros somos la gente del río. Vivmos en las orillas del río, nuestras casas cuelga sobre las riberas y los pantanos. Pescamos peces y nos alimentamos del río. Y viajamos por el río en canoa para visitar a nuestros hermanos y hermanas del río. Nuestros niños juegan y nada y crecen en la orilla del río, y allí buscan alimento cuando crecen y en la orilla del río son enterrados su guesos cuando mueren. Por eso somos parecidos a los animales del río, pues ellos son también nuestra familia y el río nuestra vida y la suya.
"Observad a las tribus que viven allí entre los árboles, donde acaba el pantano. Ellos son la gente del bosque. Sus casas se esconden entre los árboles, corren por el bosque sin perderse y trepan a los árboles a recoger frutos del bosque y caza pequeños animales con arcos y flechas. Son como los monos y los otros seres que habitan los árboles, y por eso su rostro es rendondo, como el de los monos.
"Y más allá de los bosques que rodéan el pantano, entre el monte bajo, vive el puma y la gente puma, personas que canzan venados, como el puma, que les protege, ypor eso visten con adornos de pieles de jaguar y su cara es ancha con la del puma, con ojos vivos y sus pies son rápidos y silenciosos cuando corren como el puma."

"-¿Y el hombre blanco?"- preguntó entonces el niño-pez.
El anciano chamán cerró los ojos e inspiró profundamente.
"El hombre blanco -contestó el chamán- hace mucho tiempo que avandonó sus raíces y su lugar en la naturaleza, olvidó a sus hermanos y por eso su rostro perdió su forma, y porque olvidó al hermano sol, su rostro perdió el color. El hombre blanco creyó un día ser más importante que el hermano sol que calentaba sus huesos e iluminaba sus, pues logró calentarse cuando no había sol y crear el día en la noche. Y creyó ser más importante que el río construyendo puentes para cruzar rápidamente las aguas, y caminos anchos y sin árboles para correr aún más rápido por donde antes había bosques, y se demostró a si mismo que podía llegar lejos, muy lejos, más allá del pantano y del bosque y de las montañas que dicen existen mucho, mucho más allá.
"Pero en su carrera olvidó al hermano árbol, y al hermano pez, y al hermano tigre, y al hermano río, y se encontró solo, con un rostro y una tierra que le eran extraños, fríos y yermos, pues había arrojado a todos su hermanos fuera de su espíritu.
"Y por eso ahora el hombre blanco tiene un rostro informe y sin color, y pasa sus días caminando por la tierra, excabando en las entrañas de la tierra, buscando aquello que perdió, creyéndolo encontrar en las negras y venenosas entrañas de la tierra, creando falsos hermanos con sus manos, siempre corriendo, siempre insatisfecho, demasiado ocupado para observar a su familia y a la tierra, demasiado orgulloso para descansar y escuchar a sus otros hermanos: al hermano río, al hermano arbol, al hermano viento, al hermano puma, al hermano sol."

sábado, 19 de diciembre de 2009

Feliz solsticio de Invierno

Hace unos años yo me empeñe en devolver los cultos a sus raices históricas y felicitaba a todo el mundo el solsticio de invierno en lugar de la Navidad (Nativitas, el nacimiento de Cristo) Después de esa locura de los 20 años uno crece, y, lejos de hacerse creyente en algo, se hace creyente en todo. Pues no hay ningún culto, religión o creencia superior ni más verdadera que otra, y todas tienden a lo mismo, a buscar el mejor camino para la humanidad, defender valores de hermandad, amor y compartir, con los pies presentes siempre en la tierra en que les ha tocado vivir.
Algunos, cegados quizá por otros interses, mucho menos humanos, para nada comunitarios, sino más bien egoistas, disfrazando sus finanzas o su política de religión, se empeñan en leer al hombre de otra manera, pero en fin, todos somos egoistas en cierto grado.
El caso es que no he podido sino divertirme y admirarme de la "otra" letra de este viejo espiritual, que he descubierto gracias a Pete Seeger.

Give me that old time religion
(Anónimo)

Dadme aquella vieja religión (x3)
es suficientemente buena para mí

Rezaremos con Afrodita (x2)
Lleva puesto ese vestido de noche traslúcido
y es suficientemente bueno para mi.

Rezaremos con Zaratustra
Rezaremos como solíamos hacerlo
Soy un forofo de Zaratustra
y es suficientemente bueno pra mi.

Rezaremos con los antiguos egipcios,
Construiremos pirámides para poner en ellas nuestras criptas
cubriremos los subterraneos con inscripciones
es suficientemente bueno para mi

Rezaremos con los viejos druidas
Beben líquidos fermentados,
danzan desnudos por los bosques
y es suficientemente bueno para mi.

Hare Krishna echa una carcajada
Cuando me ve vestido de azafrán
Con mi pelo medio afeitado
y es suficientemente bueno para mi

Me levantaré temprano en la mañana
Cuando mi Señor me avise
que está amaneciendo la era del sol
y es suficientemente bueno para mi

La letra en inglés en el disco de Arlo Guthrie & Pete Seeger Precious Friend (1982)... y en una versión similar, aquí.

Invierno, otra vez.

El ser humano no para de desafiar a este planeta. Y este parace no querer dejarle en paz -con razón- poniéndole contra las cuerdas una y otra vez o volviendo loca su mente...
Sí, invierno otra vez, al menos para mí. Lo viví en Julio y ahora en Diciembre. No deja de llamarme la antención. Sale uno de casa y aquellas cosas que están en los libros pero en las que uno nunca piensa empiezan a cruzarse por su vida y estimulan su imaginación. Que pasaría si...
Quizá sea el frío que obliga a uno a quedarse dentro de casa cerca del radiador... 12º C bajo cero afuera y con nieve... Menos mal que el invierno chileno me preparó en Julio.

lunes, 14 de diciembre de 2009

El otro mundo

Nos sentamos en nuestras cómodas casas. Al lado del calor, comemos, gonzamos de la vida, sin mirar más allá de las fronteras de este mundo feilz que nos hemos ido construyendo poco a poco.
Vemos a otras gentes a través de las frías pantallas de nuestros televisores, que nos mantienen en la distanca y nos protegen de sentir lo que ellos sienten: son como nosotros, pero les negamos nuestra misma identidad, porque tienen la piel un poco más oscura que nosotros, porque hablan con palabras que nos resultan extrañas, porque visten de modo diferente a nosotros. Les etiquetamos como algo diferente a nosotros, algo lejano. Son rostros anónimos que el destino a determinado a vivir sus penas mientras nosotros vivimos alegrías fingimos penas, mientras llenamos nuestras despensas con bienes fabricados por aquellos a los que el destino les trazó otro camino, otro futuro.
Pero una vez cada cierto tiempo, uno de nosotros se enfrenta al destino, cambia sus zapatos por unos pies descalzos y cruza a ese mundo al otro lado del televisor, y las imágenes, antes anónimas toman de pronto nombre y vida. Juan, Alex, María, Byron, Santiago, Jennifer, ... y cuando regresa, no puede dejar de pensar en ellos y en como serán sus vidas y su futuro, ahora que son en verdad iguales a él pero, que, por un capricho del destino, no vivirán igual que él.
¿Será en verdad cosa del destino?

- Tenemos que pedir por todas las personas, porque o todos podemos llegar más allá del arco iris, no nadie podrá (Pete Seeger)

Canción a mis amigos

Me dicen:
"No puedes ir allí, está muy lejos".
Me dicen:
"Enfermarás, y sufrirás y estarás solo.
No puedes irte, está muy lejos".

Me dicen:
"Mira sus caras, mira sus vidas,
mira la violencia y las mentrias.
No te engañes,
es su destino, no es tu vida".

Pero les veo
en el cristal de mi televisor.
Les veo y pestañeo
y están ahí.
Tienen una cara y una historia - como yo.
Tienen una lengua y un alma - como yo.
Sufren y ríen - comoy yo.
Pero no viven - como yo.

Me dicen:
"Eres iluso, un tonto ingénuo."
Me dicen:
"Allí no hay salida, no tiene arreglo.
No les conoces, están muy lejos."

"Tu no tienes la culpa
es el destino el que eligió
y te pusó a tí aquí
y a ellos lejos
No es tu culpa, no tiene arreglo."

Pero les ví.
Les dí mi mano blanca y lisa,
sentí calor humano,
vidas y nombres latiendo allí.
Tienen una cara y una historia - como yo
Tienen sueños e ilusiones - como yo
Tienen un pasado común - como yo
Pero no vivirán - como yo

"La gente huye
de esos lugares, y otros quedan y mueren
rostros anónimos
de hombres y mujeres, morirán mañana,
estés tú o no."

Pero les veo
en mis zapatos made in china.
El petróleo que me calienta
es su sangre y su vida.
Tienen una cara y una historia - como yo.
Tienen un nombre y apellidos - como yo.
Sufren y sueñan - como yo.
Pero no tienen los derechos - que tengo yo.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Nostalgia

Cierro los ojos y te veo y camino por tus calles sucias y en obras, y huelo tus múltiples olores y te oigo por la calle y te toco, te echo de menos. Cada detalletuyo se forma en mi mente con una claridad perfecta: veo tus vivos colores, pero también tus grises, tus alegrías y tus penas, que también son mías.
Veo tu sonrisa, tus ojos, tu piel morena tostada por mil soles y lavada por cálidas lluvias. Camino a tu lado y vivo y respiro contigo. Alcanzo una mano al aire y te siento, palpito con todas tus voces y corazones.
Me arrodillo con los ojos cerrados y hundo mis dedos entre tu tierra y tus piedras. Siento la arena entre mis uñas y mi cabello. Bebo tu agua y siento la amargura y el dulce cansancio del peso de tus días sobre mí.
Regresé a mi raiz pero soy y no soy. Estoy y no estoy. Ojalá pudiera pasar por esta vida sin dejar nada mío en ningúnlugar, sin llevarme nada de aquel. Pero sé que entonces eso no sería vivir. Por eso, porque viví en tí y de tí, con corazón y mente, te toco, te beso. En mi alma hay ahora un hueco.
Te echo de menos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Un loco?

"[...] La verdadera desgracia de nuestra época es que ya no están los grandes maestros. La calle de nuestro corazón está cubierta de sombras. Hay que escuchar las voces que parecen inútiles. En los cerebros llenos de largas tuberías, de cloacas, de muros de escuelas, de asfalto y de archivos asistenciales, debe entrar el zumbido de los insectos. Hay que llenar los oídos y los ojos de todos nosotros de cosas que sean el inicio de un gran sueño. Alguien tiene que gritar que construiremos las pirámides. No importa si después no las construimos, hay que alimentar el deseo, debemos tirar del alma, desde todas sus esquinas, como si fuese una sábana extensible hasta el infinito. Si queréis que el mundo avance, tenemos que cogernos de la mano, tenemos que mezclar a los considerados sanos y a los considerados enfermos. Vosotros, los sanos ¿qué significa vuestra salud? Todos los ojos de la humanidad miran al barranco hacia el que todos nos precipitamos. La libertad no nos sirve si no tenéis el valor de mirarnos a la cara, de comer con nosotros, de beber con nosotros, de dormir con nosotros. Son los que se consideran sanos los que han llevado al mundo al borde de la catástrofe. [...]
Las cosas grandes se acaban, son las pequeñas las que duran. La sociedad debe mantenerse unida y no fragmentada. Basta observar la naturaleza para entender que la vida es simple, que hace falta volver al punto de partida. A ese punto donde vosotros os equivocasteis de camino. Hay que volver a los principios básicos de la vida, sin ensuciar el agua. ¿Qué clase de mundo es este si un loco os tiene que decir que debéis avergonzaros?"

- Doménico (en Nostalgia, de A. Tarkovsky)

sábado, 28 de noviembre de 2009

Inconformismo

Una calle birllante, de piedra limpia y con magestad. Colores de siglos pasados bañados por luz amarilla y una débil lluvia fría de otoño.
Se acerca otro invierno. Es extraño. Dos inviernos en un año. El primero se hizo desear, paso cálido por dentro del alma. El segundo, se siente por dentro y por fuera y no hay donde esconderse de él. Camino observando la gente, las luces. Tengo la sensación de ir paseando por un mundo irreal. Camino sin rumbo fijo, me dejo llevar las luces de la ciudad. Camino con cuidado, como si tuviese miedo de romper con mis pasos este mundo de elegante cristal frio por el que me muevo.
Buco calor. No busco respuestas. Aún menos preguntas. Me abruman las preguntas. No las sé contestar. Me incomodan. Quién eres, dónde vives, dónde has estado, qué has hecho. ¿Acaso importan todas esas preguntas? ¿Tan frío y desconfiado se ha vuelto este mundo que necesita una radiografía certificada de cada individuo antes de abrirle las puertas?
En parte lo entiendo. Yo mismo desconfío de muchas gentes. Es dificil abrirse a los demás. Pero no lo acepto. Me esfuerzo por cambiar. Busco una voluntad de cambio que no encuentro entre calles y oficinas.
Déjalo estar. Acéptalo.
No hay más. Lo que ves es lo que hay. No busques más.
Acéptalo como es.
No puedo.
Busco. Busco un lugar donde a nadie le importe quién soy, que he hecho, en qué creo. Donde símplemente busquen una mano amiga a cambio de compañía y fuerza para caminar juntos.
¿Tan raro es pedir un poco de humanidad?
¿Tan extraño es despojarse de vestiduras y clasificaciones para aceptar a los demás?

Quizá lo que busco es un sueño.
Quizá me niego a aceptar la realidad.
Quizá los demás se han prohibido a sí mismos soñar... y protestar.

jueves, 22 de octubre de 2009

Alcachofa

¿Habéis comido alguna vez alcachofa? Creo que esta verdura es uno de los misterios de la naturaleza. Uno la prueba y todo lo que come despuésya no sabe igual, cambian totalmente los sabores durante un largo rato. No se porqué y no quiero saberlo. Que nadie me conteste aquí científicamente. Prefiero el misterio y la magia infantil, como en Albanta.

El caso es que me siento estos días como si me hubieran inyectado jugo de alcachofa en ven durante un año. Nada acá me sabe igual. No hablo de la comida, mi paladar nunca fue exquisito y ahora aún menos. Hablo del tiempo, de la gente, del aire, de las inquietudes propias y las de los demás, de los sentimientos, de los pasatiempos y días de ocio.
Todo se me ha vuelto irrelevante e insustancial. No entiendo a la gente: corre, lucha, se pelea, sufre, se divierte; y yo no encuentro sentido a sus prisas, sus luchas, su sufrimientos, sus diversiones. Me parecn carentes de importancia, supérfluas, y me porovocan la risa o rabia. No consigo tomar parte de ellas, de la vida de aquí, porque ha cambiado sus sabores. No me sabe igual una cerveza un sábado por la noche, porque no me sabe igual ése sábado por la noche; no me sabe igual la preocupación familiar, la lucha diaria de estas gentes, porque ya no es preocupación para mí, ya no es lucha que merezca la pena batallar.
Si antes veía las cosas de otro color, ahora es una mezcla extraña de colores que cambian. Todo es extraño. Al principio me resultaba divertido, como cuando bebes agua después de comer alcachofa ye intentas decir a que sabe ese agua, pero después de un tiempo deja de ser divertido el juego y uno empieza a preocuparse y desquiciarse, buscando una cura, una solucción, forazándose por adaptarse y recuperar los sabores "estantar".
Yo no puedo. Supongo que es porque esto no es ni droga ni enfermedad.

Me fui y me desperté un día moreno y de ojos dorados. No lo sabía entonces, pero lo se ahora en esta extraña tierra que ya no es tan mía como lo era antes ni yo soy tan suyo.
Ojalá todo el mundo comiese alcachofa como lo hice yo.

Volver y empezar

La vida le da a uno vueltas, le sacude, le hace sufrir. También le da alegrías, por supuesto. Y con todo eso le va criando, educando, enseñando. Más que los libros, más que los consejos sabios, más que las experiencias puntuales que nos safisfacen durante unos breves instatnes, es la vida misma, las cosas pequeñas que día a día nos acontecen y no entendemos, las que nos enseñan.
Sucede que no nos damos cuenta en el momento en que acontecen, que tiene que pasar un tiempo, que tenemos que ver los hechos pasados en la lejanía. Entonces nos damos cuenta de lo que fueron, lo que significaron.
Nuestra primera reacción suele ser de enfado, de rabia por no haber tomado otro camino o no haber seguido por aquel que caminabamos entonces. Luego nos damos cuenta de que las decisiones son parte del camino de nuestra vida y que por mucho pensarlas no van a resultar mejores o peores, simplmente va a quear psotergadas o tristes y olvidadas.

Suelen ser los fantasmas del pasado los que nos persiguen y nos hacen dudar de nuestras decisiones, dar y dar vueltas a nuestra cabeza, mezclados con los sentimientos y sensaciones del que surgen de nuestra vida presente. Es entonces cuando uno lo pone todo en la balanza y, nervioso pues no logra un equilibro estable, elige y luego, tiempo después, en frío, piensa.
La vedad es, supongo, que la vida tiene que ir hacia adelante, siempre. Es movimiento. Y además tiene que haber siempre cierto factor de riesgo. No busques la seguridad futura, si lo haces te hundes en la arena del tiempo caminado para atras.

Los fantasmas del pasado están ahí, y lo acosan a uno mientras camina por su vida, y lo hacen a uno volver. Obediente, uno regresa, pues teme que más que espantarlos y enfrentarlos lo que está haciendo es huír, y se equivoca.
Puedes volver a casa pero no puedes volver atrás. Lo dice una canicón country. No se puede volver atrás en el tiempo y no se puede volver a ese otro atrás de cuando uno pensaba de otra manera. No se puede.

Fuego cruzado

Hay guerras en las que no muere nadie. Guerras internas que cada uno lucha silenciosamente en su interior sin que nadie lo sepa, sin consentir que una llama de ese fuego y esa tensión interna se asome a traves de los ojos; hay gente templada de carácter que lo consigue, hasta que la guerra ya le ha corroído todas sus mejores defensas y ésta sale afuera desmoronádole.
Hay guerras cercanas y lejanas. Guerras en las que muere gente en desiertos y tierras infértiles sembradas con sangre en lugar de semillas. Y hay guerras también acá, en estas tierras en paz. Guerras sin muertos. Guerras frías latentes, que luchan las personas de esta sociedad herida por si misma, no con armas de fuego sino con palabras, con gestos, con miradas, con cifras sobre un papel, representaciones irrisorias y ridículas de motivos materiales inútiles y falsos que son esgrimidos como motivo de guerra.

Lo peor en todas las guerras siempre resulta el estar en medio de los dos bandos que se enfrentan. No elegimos, somos puestos en medio y obligados a elegir entre blanco o negro, un bando u otro. Hay que tomar posición por uno de los dos. Todo el mundo lo hace. Todo el mundo lo debe hacer, está escrito. Es costumbre. Es lo normal.
Pero, uno entre un millón, de pronto, en algún lugar, una voz se alza y dice: "¡NO! Ninguno de los dos tiene razón en este entuerto, ninguno está totalmente equivocado, lo que sucede es que están ambos ciegos de envidia, dolor y resentimiento".
Y decidido en su determinación, se mantiene firme y seh ace a un lado. Crea su propio partido en lugar de tomar partido y es llamado "loco", "enfermo", pues, temerosos de que se caiga su sistema, los dos bandos enfrentados tienen que modificar, llevar de vuelta al redil si no desturír a aquel de la voz disonante. Y entonces, este no se ve a un lado, sino en medio de un fuego cruzado que le rodea cada vez más, que le ataca por la espalda cuando se da la vuelta y que le impulsa a huir a otras guerras, quizá personales, quizá distantes y reales...

Sin embargo, atrás, en casa, la guerra sigue y le persigue, pues ni el tiempo ni la distancia pueden apagar el fuego, solo el olvido y el perdón.

lunes, 19 de octubre de 2009

II.

¿Por qué te has vendido? ¿Por qué has dejado que te pongan nombre, cara, color? ¿Por qué has dejado que hagan de tu voz leyes inquebrantables?
Sólo se que no eres de nadie y eres de todos. Aunque se empeñen en hacerte privado. Yo te ví, en la gente, gente distinta, gente que dice que eres distinto y te pone diferentes nombres. Pero yo te vi. Te ví en todas esas gentes, y no tenías nombre y eras simpre el mismo.
Me encuentro contigo todos los días. En el libro que leo. El la película de esta noche. Algo en mi interior me lleva a buscar la marca de poesía en libros de ciencia ficción y películas disfrazadas. Te siento. Te cruzas en mi camino a través de las palabras de aquel que fue ateo, en las obras de aquel que no visita tu casa, porque sabe que tucasa no es de piedra. Tú lates en el viento y en la respiración, en aquel que no trabaja para tí porque sabe que tú no tienes empleados a tu cargo.
Te siento. Y quiero hablarte. Como te hablé con mi mirada, mi corazón y mi cansancio. Entro en ese edificio imponente, miro los retablos, me arrodillo. Y me encuentro vacío y frío como la pared de piedra. No entiendo los rezos y los cantos, se que no estás en ellos. Son palabras vacías, odas y ritos para el redil, para el poder, pero no para tí.
Sago y una vez más me pregunto ¿Por qué te has dejado comprar, encarcelar, etiquetar?
No lo sé.
Pero sé que tu nombre no se escribe con mayúscula.
Se que te cualesquiera nombres que te pongan, eres tú.
Se que no vives en edificios, que tu palabra no está recogida en gordos libros cual código legal.
Se que descansas en el corazón y tu voz es la que habita en el fondo de cada ser.
De tí sólo se que no eres de nadie.

I.

Renegué de él. El confortable camino infantil en cuya senda me orientaron se tornó primero llano y aburrido. Quizás no tuve paciencia en mis años de fin de niñez. Quizás otros caminos, más fáciles y brillantes y dulces atraparon mi atención por parecer más entretenidos.
Más tarde mi conciencia creció. Volví atrás y adelante en la Historia, encontrándome a mi paso con guerras, manipulaciones, hombres llenos de ego queriendo impner a otros sus ideas, considerándose superiores.
Renegué de dios y ley. Renegue de extructuras. Y en mi ateismo iconoclasta me lancé adelante en mi vida, huyendo de cualquier manifestación de él, rechazándola con fuerza.
Acabé sólo y vacio y sin rumbo y él me llamó a una tierra verde. Y allí, en la sonrisa de unas caras bronceadas por el sol, en el brillo de unos ojos lavados por la lluvia, en el sudor del trabajo diario, en los atardeceres con el sol ardiendo raudo en un cielo infinito, sobre una tierra virgen con el sonido de la naturaleza eterna, le encontré.
Se que está ahí, lo se. Se que también está en mí, lo siento. Aunque lo olvido y me pierdo otra vez cada día.

Stalker

El cine de Andrei Tarkovsky es uno de los más sugerentes y personales que he visto. Nadie rueda películas como Andrei Tarkovsky. Nadie consigue transmitir ideas y conceptos como él lo hace, y consigue además que lleguen bien dentro de uno, identificándose con las situaciones o viendo en ellas un reflejo del tiempo que se vive, lo cual además adquiere para mí aún más relevancia al tratarse de historias muy personales o estar "disfradas" con colores y sentidos. Tarkovsky es el poeta del cine. Su manera de utilizar las imágenes, el movimiento, la luz y el color, la música y las palabras, es única. Uno puede sentir la lluvia fría o cálida de una película de Tarkovsky, puede compartir la angusta, la incertidumbre, de los personajes de sus largometrajes. Recuerdo ahora, según escribo estas líneas, un artículo (¿O fue un cuento de ciencia ficción?) sobre las posibilidades de una película que además de imágenes y sonidos tuviese olores. "Odorama" o algo similar. Estoy seguro de que Andrei Tarkovsky completaría el cuadro de haber tenido semejante tecnología.
He de reconocer que la primera vez que vi una película de este director (el film elegido para mi debut fue Solaris) me quedé dormido en el sofá. La lentitud, la parsimonia de estas películas, el profundo mensaje o mensajes que transimte, hacen necesario que el espectaro esté bien despierto y descansado y con todos sus sentidos puestos en el filme. Aún así, normalmente es necesario incluso ver la película un par de veces, dejando un tiempo de reposo entre ambas para que la película se aposente poco a poco en nuestro interior.
Si uno lo hace así, el cine, éste cine, le sorprende gratamente. Aún no he visto toda la obra del autor soviético (apenas 7 largometrajes y 3 cortos) pero de momento, dos de sus películas, Solaris y Stalker, están ya entre esa lista de películas que considero alimento para el espíritu. Son filmes las dos, de ciencia-ficción, pero la ciencia-ficción aquí no es más que el cascarón. Un decorado exterior que encierra mensajes como el encontrase con ese dios negado, enfrentar las pasiones, comprender el mundo de los demás, confrontar los fantasmas del pasado, buscar la Respuesta...
Se me hace dificil enumerarlo. Creo que cada uno ve algo diferente. Porque son conceptos que tienen diferente forma y color según cada persona. Pero están ahí, en el interior de cada ser humano, y, aunque cada uno les disfrace con un rostro o un nombre distintos, el concepto es el mismo, son valores, sensaciones, necesidades humanas universales, que, cada día con más frecuencia, desterramos de nuestra vida, las cubrimos y enterramos escudándonos en nuestro fío empirismo o en nuestra aún más fría política. Renegamos de ellas, aunque forman parte de nuestro más profundo ser.
Stalker comienza con un metorito caído sobre la tierra y unos hombres que avanzan hacia el. El resto del camino le toca descubrilo a cada uno, a los personajes ficticios del largometraje y al espectador.
Respiren hondo, relajense, y, vien despiertos, déjense llevar. La vida se convierte después en algo mas íntimo y universal a la vez. Lleno de alegría por el descubrimiento, pero también de dolor, pues uno no existe sin el otro. Se convierte en un rico mosaico de colores y tonalidades y ya no es esa vida en blanco y negro, bien diferenciados y separados, que nos enseñan a vivir día a día.

Pete Seeger: La fuerza de una canción

No se cuantas reseñas he escrito ya sobre este músico en el blog, lo que sé se es que seguramente esta no será la última. De alguna manera misteriosa, la música, la vida, el ejemplo de este hombre viene a buscarme una y otra vez y me dice en clave "adelante, no te rindas".
Este mes he vuelto a ver -una vez fue suficiente, pero tenía que volverla a ver- una película documental titulada Pete Seeger: The Power of Song, que el director Jim Brown ha hecho recientemente sobre la vida de este singular hombre de nombre Pete Seeger.
Conocía ya de sobra la trayectoria musical de Pete Seeger, sabía de su labor como activista social, de sus luchas y sus ires y venires por esta vida para sacar adelante las ideas y proyectos más peregrinos y utópicos, a veces con éxito, a veces con no tan buena fortuna. Pero me falta una parte del cuadro: el lado humano, personal, de este hombre. Ya se, ya se, parte de el se respira en su obra, en su música; sin embargo, a veces una imagen, un testimonio nos aporta algo más, y nos hace creyentes, o por lo menos nos da la fuerza para reafirmarnos en nuestro camino día a día.
Ver en esta película a Pete Seeger, trabajando y cantando por los trabajadores, marchando en contra de la Guerra de Vietnam (y otras tristes guerras), navegando a bordo del velero Clearwater para conseguir limpiar el río Hudson, pasando sus conocimientos y su amor por la música tradicional del su país y de otros países del mundo a los jóvenes, sin esperar nada más a cambio que el que ellos aprendan las canciones y la sabiduría que yace en ellas; compartiendo momentos sencillos con su familia y amigos y haciendo de ellos algo importe... todo esto al final le llena a uno el espíritu y le hace decir para sí mismo: "sí, aún hay esperanza, otro mundo, otra vida es posible".
Invito a todo el mundo a que busque y vea esta película. Aunque nunca hayais escuchado la música de Pete Seeger y no sepáis quién es, o aunque hayáis escuchado algo de su música y no os haya llamado especialmente la atención, dedicad 90 minutos de vuestro tiempo y dejaros llevar por el ejemplo de este hombre.
No creo que encontréis la película colgada en la red. Este tipo de productos escapan a las grandes distribuidoras, y también a los piratas-freaks, que al final son un producto más de los mass media (aunque ellos opinen lo contrario) Pete Seeger: The Power of Song está publicado en DVD en Estados Unidos. Es un disco NTSC -Zona 1 en inglés con subtítulos en inglés y español. Yo tuve que piratear mi lector de DVD para poder verlo. Supongo que es una parte más de esa necesidad tan imparente estos tiempos de romper las fronteras que nos han sido impuestas.

Oh, had I a golden thread (Si tuviese un hilo dorado)
Pete Seeger

Si tuviese un hilo dorado
y una aguja igual,
tejería una hebra mágica
diseñada por el arcoíris.

En ella tejería la valentía
de las mujeres que dan a luz.
En ella tejería la inocencia
de los niños de toda la tierra.

En ella tejería la inquietud
de los hombres, siempre en movimiento,
a través de las abrasadoras arenas del desierto,
a través de las ventiscas del norte.

Más allá de las aguas
ofrecería mi tejido mágico
por ciudades extranjeras,
por todas y cada una de las tierras.

Mostaría a mis hermanos y hermanas
mi diseño del arcoíris.
Sanaría este mundo arrepentido
con mano, corazón y mente.

Más allá de las aguas
ofrecería mi tejido mágico
a todos los seres humanos
y así podrán comprender.

(La letra original en inglés, aquí)
Judy Collins - Had I a golden thread

- "Ahí está Pete Seeger, que viajó por la Ruta 66 con Woody Guthrie, que se mantuvo firme ante el Comité de Actividades Ani-americanas y fue incluído en la lista negra por mantenerse fiel a sus principios, que caminó a lado de Martin Luther King por las calles de Selma, Alabama, que apadrinó el movimiento de canción radical, el mardo de Toshi Seeger, un hombre que toca a Beethoven en el bajo. Esto es Pete Seeger, una inspiración." (Billy Bragg, músico británico)

viernes, 25 de septiembre de 2009

Ven y llévame

Ven y llévame.
Acompáñame, dame fuerzas.
Me falta la mitad que anda,
sólo queda esa que piensa
y no se mueve.

Te peridí en mi ceguera
o quizá te fuiste,
no creiste que te necesitara
aun como yo te necesito
a ti.

Es extraño, mas lo comprendo.
Es así:
el loco atrae al cuerdo
y viceversa.

Y yo aquí quieto
siento que te hecho de menos.

Te añoro.
Añoro el viento fresco
que arieaba mis ideas,
inflaba mis alas
y me ponía en movimiento.

Ven y llévame.
Acompáñeme y volemos
contra y a favor del viento.

Mundo gris

Un mundo gris. Sin poesía. No consigo encontrar la rima hoy. Las prisas, los planes de futuro en forma de pensiones para alcanzar alvida enterna justo antes de morir me ocultan la poesía de este mundo.
No logro respirar ni encontrar un agujero por el que se filtre la luz del sol. Todo es gris aritmético matemático geométrico, planificado al milímetro. Todo tiene un fin, una función prediseñada en estas calles de cemento y asfalto, todo y todos caminan a un mismo son: el tic tac incansable de una maquinaria que gira y gira sin un fin último más que perpetuar su propiop movimiento, ajena, sin preguntarse qué mueve o hacia donde se mueve.
Tic tac, tic tac, tic tac, tic tac
Oigo el rejol en mi cabeza. Escucho las voces que me dicen engánchate. No puedo. Quiero... pero quizá no quiero. Quizá tengo miedo. Quizá estoy solo, desorientado. No puedo. Busco razones. Busco el porqué. Le busco a Él. Busco poesía. Y la encuentro en estas casas, en estas calles, en estos árboles. Siento todo a mi alrededor muerto, inerte. Colocado en su sitio siguiendo un diseño predeterminado geométrico frío y gris.
Vuelvo a rodearme de las golosinas que me ofrecen como recompensa por ser parte del engranaje o como aliciente para que me una. Pero su sabor dulce dura poco. La ecuación sacrificio y recompensa no fucniona para mi.
No entiendo este sacrificio. Entiendo renuncias voluntarias para sentirse vacio y lleno a la vez, desnudo pero vestido a la vez con poesía. Sin descanso, agotado por el día a día y reconfortado con ese mismo cansancio y con la poesía de una puesta de sol y el amanecer que viene siempre después.
Quiero huir. Quiero correr hacia ese atardecer que siempre amanece, quiero camnar descalzo, si ningún hatillo a mi espalda y sin billete de vuelta. Pero no encuentro a dónde correr. Quizás busco un sueño, una quimera. Quizás aun no he despertado.. Pero siento que probado un poco de él. Siento que lo he acariciado con la llema de los dedos y lo he dejado escapar. Se va cada vez más lejos, se oculta como el sol que ya no calientea y se esconde tras los edificios esta tarde y me deja solo y frío entre estos muros de ladrillo y cemento, con gente que no ve, que no entiende, que se agarra aciegas a lo único que conoce sin preguntarse por qué.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Apaga el Televisor, escucha.

Estoy estos días leyendo el libro de Ray Bradbury Bradbury Habla (Suma de Letras, Buenos Aires, 2009) (Bradbury Speaks, 2005), una colección de ensayos escritos por este autor de ciencia ficción que sólo ha escrito un par de novelas y un puñado de cuentos de ciencia ficción. Bradbury va más allá, más allá de las estrellas para regresar a la tierra y entrar en lo más profundo del ser humano. La ciencia ficción fue sólo el género en que se dio a conocer. Dificilmente se archivan bajo esa etiqueta la mayoría de sus libros. Ha escrito cuentos, alguna novela, obras de teatro, guiones cinematográficos, poemas, ha trabajado como asesor de firmas de arquitectos y diseñadores,... no se en qué campo, siempre a través de la palabra escrita, no se ha manifestado este hombre. De todo ello, de ciencia ficción, de literatura, de cine, de su vida y memorias, de la sociedad, del futuro, del ser humano, habla en sus ensayos.
Pero dejemos a un lado esta escueta reseña (o elgio al maestro) Al grano.
Entre los ensayos de este libro, me encuentro con uno publicado originalmente en el Wall Street Journal en 1998 titulado: "La prosperidad de la desesperanza: los Estados Unidos a través del espejo". Me gustaría copiarlo tal cual en este blog, pero con ello supongo que violaría ciertos derechos de autor.
Bradbury habla en él, podríamos decir, de la "enfermedad" que sufre hoy día el ser humano, esa "enfermedad" de la que acusa a la sociedad, a los medios de comunicación,... siempre alguien exerno, sin darse cuenta de que el responsable de todo los males es él mismo, nosotros mismos.

Nos levantamos y nos miramoa en el espejo, vemos nuestra cara de muertos y nos tocamos nuestro estómago revuelto echándole la culpa a la pizza precocinada y la película insulsa de la noche anterior. Nos quejamos de la publicidad engañosa, de las mentiras del gobierno. De una televisión que sólo emite bobadas,... , siempre echando la culpa a otros cuando los verdaderos culpables de esa situación que nos desagrada, de nuestra situación, somos nosotros mismos, nadie más.
El problema es que nosotros mismos nos hemos vuelto unos cómodos inconformistas, y unos egocéntricos que no reconocemos nuestros propios errores, nuestro propio deleite con toda esa bazofia televisiva, nuestro aplatamiento frente al televisor, y, cegados por nosotros mismos, le echamos la culpa a otros, diciendo "no tiene remedio", conformándonos con vivir en un estercolero asustados y rodeados por la Gran Mentira de los medios de comunicación.
¿Quién tiene la cupla del cáncer? ¿La industria tabaquera y el smog y otras contaminaciones? ¿O nosotros mismos que asumimos toda esa polución como algo normal?
¿Y qué hay de la TV? Nos quejamos de la programación de mierda pero la vemos. Nos quejamos de los reallities pero los vemos, incluso PARTICIPAMOS EN ELLOS.
¡Basta ya de quejarse! ¡Basta ya de quedarse callado y quieto en casa aguantando las cosas porque sí! ¡Nada es porque sí! ¡Es porque nosotros queremos!
Si la TV es una mierda, apágala, y a continuación escribe al canal de televisión de turno y dile: su TV es una mierda, deberían emitir esto en lugar de eso, y esto otro en lugar de aquello.
Si los concursos son un fraude estúpido, no participe. Si la publicidad bobmardea con mil y un productos que luego se arrepiente de haber comprado, no vea publicidad, no los compre y escriba al fabricante contándole la mierda de producto que vende.

Eso es más o menos lo que viene a decir Bradbury y yo le doy la razón: porque vivo en esa realidad día a día. Bradbury habla de la sociedad estadounidense, pero aquí es exactamente igual. Este mundo se hace global para lo bueno y sobre todo para lo malo.
En la TV sólo pasan mierda y la gente la ve se queda pegada a la pantalla como moscas a una boñiga. Y ahroa se pasa al TDT pra ver más canales. Yo no quiero este TDT. No quiero 30 canales digitales de mierda en vivo las 24 horas en lugar de 10 canales analógicos de basura podrida. Quiero TDT de calidad, que merezca la pena ver, con contenido, sin mentiras ni falsedades, entretenimiento de verdad, canales educativos, variedad informativa y de entretenimiento.
Queiero unos noticieros, unos medios de comunicación que informen con rigurosidad, dedicando el tiempo y el análisis adecuado a cada noticia en lugar de crear psicosis colectivas con Gripes A, violencia de género, y crisis económica.

Y sé que es posible: he estado un año entero viviendo en una zona roja del planeta: nacotráfico, guerriclla, paludismo, violencia... Y aquí estoy. Y allí la gente siguie viviendo su día a día, enfrentándose a la vida, enfrentando sus problemas igual que acá. ¿Lo que la gente me decía antes de partir, aquel miedo y peligro? Psicosis, psicosis colectiva creada por el poder y los medios de comunicacion para controlar a la población y mantener funcionando cierto status y a cierto establishment en el poder. Un simple y llano modo de controlar a las clases medias acomodadas -y no tan acomodadas- para que no piensen y no protesten.
Allá, a los pies de la selva que ya no es selva, con los problemas cotidianos, en lo último que piensa la gente es en la Gripe A, por ejemplo. Ese es allí un mal menor. Por delante está el paludismo, obtener una educación, está incluso el poder comer a diario. No hay tiempo para pensar en otras cosas.
Pero aquí en España, como en otros paises del "primer mundo" la gente ya no tiene que preocuparse por comer mañana, y por lo tanto puede pararse a pensar, a utilizar su capacidad crítica, y eso no intersa así que son creadas otras preocupaciones que mantiene a la gente ocupada: Gripe A, crisis, gripe A, crisis, reallity, crisis, gripe A, violecia, crisis, asesinatos, gripe, crisis, enciérrese en casa, no salga, es peligroso...
¡Y una mierda!
¡Ya basta!
Apague la televisión. Salga. Plántele cara al mundo. Acalle las mentiras, demuestre que sí hay una solucción, que son problemas creados.
Grítelo bien fuerte. Diga "yo no acepto este camino impuesto". Dígaselo a las empresas, a los medios de comunicación, al gobierno.
¡Menos gasto en policía y más inversión en educación!
¡Menos gasto en mentiras y más inversión en un futuro verdadero!

sábado, 22 de agosto de 2009

Verde pálido

Montes vacios y muertos manchados de verde, un verde apagado, tímido de ser verde. Esos eran mis pensamientos, mis sensaciones cuando viajaba en coche camino de mi pueblo aquí en El Bierzo. después de un año en la amazonía. Aunque me crié aquí, de pronto me sorprendía el paisaje y me parecía que éste ya no hacía honor al nombre de la comarca.
Viajaba por una gran autopista, que se extendía como una gigante macha de de alguitrán y cemento, una frontera infranqueable manteniendo a ralla las hierbas a sus lados, éstas creciéndo tímidas, con colores pálidos, como temerosas, con miedo a asomar la cabeza entre los dos carriles de la autopista.
Los campos, el monte, era de tierra roja, y en ella crecían tímidos árboles, más bien arbustos, de color verde apagado. La vegetación aquí, como la veo ahora, no es más que una mancha que intenta decorar un paisaje, urbano o rural, marcado bien profundo por la mano del hombre. Un hombre que ha desplazado a las plantas, las ha doblegado a su voluntad y sólo las permite crecer bajo control donde él quiere.
Un paisaje feo, la verdad. Un paisaje que se me antojaba arificial. Sí, hay parques con frondosos jardines, hay bosques repoblados, hay santuarios naturales que se guardan con celo absoluto. Pero todo, en alguna medida, está bajo la supervisión y el control de ser humano. Ya no hay naturaleza salvaje y libre.
De pronto, echo de menos esa vegetación frondosa y de violencia destada que cubría montes allá en la amazonía, que se pegaba al asfalto de la carretera, con con timidez como aquí, sino expectante para recuperar el terreno robado, su terreno, cuando el hombre se descuide y deje de transitar por su caminos negros unos instantes. Vegetación en pie de guerra, indómita. Supongo que estoy siendo un poco exagerado, pues allá me comentaban que la selva ya no es lo que era, que ya no hay selva virgen, que la selva ahora tiene un color amarillento, síntoma de que va poco a poco perdiendo fuerza y muriendo a manos del hombre, y sé que así es. Pero para mí, la velocidad y la fuerza de la naturaleza era algo inusitado, increíble, y ahora, al ver estos campos, me da pena y pienso que este mismo paisaje verdigrís, estos mismos montes que veo todos los días a traves de cierta canícula que les quita vida y color, podrían pronto un día sutituir a la selva.

No todo está perdido, por supuesto. La naturaleza es sabia e indómita, y estoy seguro de que lleva las de ganar. Aquí también crece y se desboca, y busca su camino a través del cemento, como en la canción de Malvina Reynolds, aunque aquí el crecimiento sea más lento. Estos díás he estado podando el jardín de casa, y, después de unos años sin podarlo, reconozco que estaba salvaje y me admiraba de la fuerza de plantas y árboles para ir poco a poco creciendo y recuperando terreno, colandose por las rendijas, por las celosías del muro, hasta cubrir la mano del hombre y convertirla en parte suya.
La batalla sigue, y el hombre no es más que un hijo rebelde de la Naturaleza, que se cree más importante y fuerte que su madre, y al que un día su propio orgullo le hará sucumbir.

"Era eso entonces (el triunfo del hombre que se libraba del abrazo de la tierra, y la tierra que lo abrazaba otra vez, año tras año) lo que atraía a Douglas. Las ciudades nunca ganaban, existían meramente en un calmo peligro, equipadas con cortadoras de césped, polvos insecticidas y tijeras de podar, nadando sin desfallecer, como dicen que nada la civilización, pero con casas preparadas para hundirse en verdes mareas, sumergirse para siempre, con el último hombre, y desplantadoras y segadoras transformadas en cereales cáscaras de herrumbre."
-Ray Bradbury, El vino del estío

viernes, 21 de agosto de 2009

Comer

Comer es compartir un tiempo juntos en la mesa,
no solamente ingerir alimentos.
Comer es conversar, acompañarse,
comer para el cuerpo, pero también para el espíritu.
Comer es compartir las penas y alegrías del día a día,
conocerse poco a poco sentados juntos en la mesa.
Comer es un acto que se ha de realizar sin prisas,
saboreando alimentos, palabras, miradas y gestos.
Comer es escuchar y saborear la palabra propia ajena,
no una concurrencia de devoradores mudos.
Comer es un desnudarse ante los demás,
sin esconder la mirada en una pantalla ajena.
Comer es compartir un tiempo juntos en la mesa,
aunque ésta sea pobre, con poco o nada para comer.

Desconectado

- Sr. Fernández Santana, Roberto.
- Sí.
- Un cuadro médico interesante, ya se ven pocos así, pero tranquilo, no es nada fuera de lo común. Sólo está un tanto desviado. Por lo que leo en el informe médico-policial, le gusta leer, conversar en los almuerzos, pasear con su mujer e hijos, vacaciones y fines de semana en “familia”…. No tiene activo ningún tipo de mensajería electrónica, no consume publicaciones digitales, no conoce redes online. Se muestra agresivo con los demás y les critica indiscriminadamente su forma de actuar abiertamente y en público.
- Sí, todo eso es cierto. No lo niego, y no veo dónde está el problema.
El psicólogo sonrió levemente y se recostó en su sillón mirando al paciente.
- Sr. Fernández, dígame ¿Cuáles son los hábitos diarios de sus hijos, de su mujer? Descríbamelos. Ya que conocemos los suyos, sería interesante ver los de su familia.
- Sencillo. Mis hijos pasan el día encerrados en su cuarto conectados a Internet. Ahora que apenas hay clases presenciales, eso les ocupa casi todo el día. Cuando no están recibiendo la docencia online, están chateando con gente o intercambiado qué se yo a través de alguna comunidad. Incluso en los almuerzos, se conecta con su portátil a través de la wifi y hablan por Internet mientras comen. Así no es posible mantener una conversación tranquila, en familia, compartir algo juntos, pues para eso somos una familia. Y no les invite a salir: no quieren. Yo creo que incluso tienen miedo a salir al exterior. Sólo lo hacen cuando van al Centro y se enganchan a esas máquinas, esos simuladores. Y temo también que forman parte de alguna de esas nuevas pandillas que se dedican ha cometer actos vandálicos a altas horas de la noche. Les he visto entrar tarde en casa, pero no les he conseguido sonsacar nada, para ellos es normal esa forma de actuar. Claro, al final, no pueden soportar su encierro virtual y de algún modo tienen que explotar y recurrir al contacto cara a cara con la gente, aunque sea violento y superficial.
- ¿Y su esposa?
- ¿Mi esposa? Buena pregunta. Creo que casi he olvidado que tengo una. Trabaja todo el día fuera de casa. Normalmente no está a almorzar, si acaso a cenar, y madruga tanto que tampoco la veo por la mañana. Cuando llega del trabajo, se conecta y es como si no existiese, como si fuese una planta más en el salón de estar. Apenas la veo en su tiempo libre, ella se va al Centro…
- ¿Tiene usted plantas en el salón?
- No, ya no. No había luz natural suficiente y las de plástico no le me gustan.
- Y tampoco le gusta ir al centro, claro.
- No, no me gusta. Toda esa gente, conectada a diferentes computadoras, solas, incapaces de intercambiar una palabra si no es a través de una máquina… Eso no son relaciones sociales, eso es…
- ¿Qué, que diría usted que es? No, no responda, yo se lo diré. Eso son precisamente relaciones sociales. Las personas van al centro, o se quedan en su casa cuando no les apetece, y se conectan a la red, y se relacionan con las personas. Ahí está su problema. Usted se ha quedado fuera de toda red social, y por eso se ha vuelto apático, se deprime y se muestra violento. Debe usted buscar una red social. Conéctese, déjese llevar por la marea, abra su vida a nuevos caminos y experiencias. Es usted una persona reacia al cambio. ¿En qué año estamos? ¡Mire el calendario! Mentalmente vive usted en la edad de piedra, mientras el mundo gira a la velocidad de la luz.
- Pero doctor, usted... usted lo sabe. Sabe que no está bien. Que esas no son formas de vivir en sociedad. Miles de seres humanos que apenas se miran a la cara, que necesitan de una máquina y unas redes virtuales para poder comunicarse y desarrollar sus habilidades sociales. No hay contacto físico, directo. Usted me entiende. Nadie habla cara a cara, como hacemos usted y yo en estos momentos.
- Oh, pero esto no es comunicación verbal. Es terapia. Medicina. A veces, los profesionales de mi campo tenemos que recurrir a estas formas de comunicación para ayudar a personas como usted. Usted es el típico caso de desconectado. Hay algunos pocos, no nos importan, salvo cuando se vuelven críticos y violentos y amenazan la armonía de los demás. Por eso está usted aquí. Le ayudaremos a volver a conectarse, y verá como dentro de unas pocas sesiones, ya no es necesario que se desplace usted hasta aquí. La ayuda médica a través de la red es mucho más rápida y cómoda.
- Rápida y cómoda sí, pero, fría y vacía también. Por Dios, doctor, cómo puede decirme que una charla virtual es mejor que el contacto humano. No y mil veces no. Las máquinas no hacen sino limitar nuestras capacidades humanas. Ya no necesitamos aprender a desenvolvernos en situaciones sociales, aprender a enfrentar miedos,… si algo nos resulta incómodo cerramos la sesión y punto. Apagamos la máquina. O nos escondemos a través de alguna artimaña virtual. Somos meros extensiones de nuestras computadoras, somos máquinas, ya no somos seres humanos autónomos, dependemos de la tecnología para poder vivir, para poder satisfacer todas nuestras necesidades.

Nadie sale a comprar. Las compras son online y una máquina te deposita en el buzón de bienes materiales aquellos productos que no se pueden recibir digitalmente. No hay vacaciones, salvo las virtuales, que son más seguras, que salir afuera y ver el mundo con nuestros propios ojos. Nuestra familias son algo muerto, ficticio que no se merece ese nombre: no hay relaciones familiares, es simplemente un núcleo económico creado para mantener a los hijos hasta que sean mayores y autónomos económicamente; y los hijos son un mero producto económico, un bien más, necesario para mantener la raza humana. Mi mujer y yo decidimos concebir naturalmente en lugar de hacerlo invitro. Creí que así sería mejor, ayudaría a afianzar la familia. No quería unos hijos prediseñados en laboratorio… Y ahora que ya tenemos nuestros hijos, la vida en común en familia, ya no tiene sentido. En pocos años serán profesionales independientes.
No. Por más que me lo diga, eso no son relaciones sociales. No lo acepto. Es una realidad falsa, inventada a golpe de ceros y unos. No. No funciona. ¿Qué me dice de toda es violencia nocturna, de los asesinatos con rituales cada vez más raros, de los muertos online… de todo eso de lo que casi nadie habla pero que está ahí? ¿Qué cree usted que lo produce si no lo hace esta sociedad deshumanizada?

- Sr. Fernández. No se altere. No existe tal sociedad deshumanizada. Las relaciones han cambiado pero por alguna razón usted se ancla al pasado. Leo aquí que era usted maestro de las antiguas escuelas, y que dejó su oficio al poco del comienzo de la docencia virtual. Especialista en Historia, Humanidades. Quizá ahí está su problema. Se encariñó demasiado con alguna época pasada. Debe volver al presente.
Mire. Míreme a mí. Tengo a mi familia. Mis hijos y mi mujer con los que me relaciono a través de Internet todo el tiempo. Mi mujer y yo cumplimos con nuestra función económico social para con nuestros hijos, que fueron diseñados genéticamente para evitar problemas en su desarrollo físico y social, y estaré muy orgulloso cuando sean autosuficientes y puedan dejar el núcleo familiar.
Trabajo desde mi oficina, conectado a la red, lo cual abre mis posibilidades de comunicación, salvo cuando tengo que encargarme de casos como el suyo, claro está. Cuando no estoy trabajando, disfruto de viajes virtuales con mi familia o acudo al Centro, donde me relaciono con el resto de personas, me relajo, entro en nuevas redes sociales. Y sí, lo reconozco, participo de cierta de esa violencia que usted comenta. Es… un mal menor, podríamos decir. Todo sistema social tiene su pequeña falla, pero forma parte de un margen de error tolerable. Es como una válvula de escape. Le confieso que alguna noche salgo, y libero mi instinto, mis pulsiones más internas. Todos lo hacemos alguna vez. No le voy a decir en qué exactamente.
Unos destrozan bienes materiales, cometen algún tipo de atrocidad animal… Incluso comenten ataques por la red no permitidos… pero para eso están los mecanismos de control, la policía de sus añorados siglos pasados. Son necesarios, ninguna sociedad es “perfecta”

- ¿Yo, yo qué soy, parte de se mal menor? ¿Por eso me han detenido? ¿Temen que acabe desatando mi violencia contra mi mujer y mis hijos?
El señor Fernández rió con sorna.

- No usted no es parte del mal menor. No se preocupe. Lo arreglaremos. Se ha terminado el tiempo de esta sesión. Regrese a casa y descanse. Mi consejo es que pruebe a conectarse un rato y se una a sus hijos, sus conocidos, diviértase con ellos, déjese llevar por ellos. Recibirá un correo con la fecha de su próxima sesión.

***
- Aquí tiene el informe del sujeto 0885127F. Un pobre diablo más… O menor dicho, menos.
- Código rojo – Eliminación inmediata. Hacía tiempo que no teníamos ninguno. Es una lástima. ¿No se pudo hacer nada?
- No. Está desconectado del todo. Empieza a ser un peligro socioestructural. Sin camino de retorno.
- Bien. Gracias doctor. Procedo a tramitar la orden de eliminación al Departamento Final.

jueves, 13 de agosto de 2009

Chifles y Pony Malta

Qué curiosa es esta vida. Cuánto más se mueve uno, más pequeño se hace el mundo. La gente va y viene, por unos motivos u otros, y con ellos trae parte de lo que dejó atrás en su tierra de origen o parte de eso nuevo que conoció en otros lugares.
Haciendo la compra de la semana en un super de acá, me quedé sorprendido al encotrar yuca, verdes y Pony Malta. Y no era un supermercado especial. No. Era uno más, aquel al que yo solía ir a comprar antes de cruzar el charco.
No recuerdo haber visto allí estos productos tan comunes en Ecuador, hace un año. Quizá sea que entonces no los conocía y pasaban desapercibidos para mi. Ahora, fue una especie de antojo, de añoranza -siento "morriña" como dicen aquí, por las gentes y las cosas de allá- que al verlos compré un par de verdes y una Pony y me hice chifles para acompañar la cena.
Supongo que es a raiz de la inmigración procedente de países como Ecuador y Colombia que ahora uno encuentra estos productos en el mercado español, aunque me pregunto cuántos inmigrantes puedan darse el lujo de comprarlos, por que los verdes, por ejemplo, valen a 1,40 el kilo (más o menos 50 o 60 céntimos de euro el plátano) lo cual, lo convierte en algo prohibitivo para la economía de cualquier familia de clase media si al menos lo que uno pretende es comerlo todos los días y en cantidad como sucede en Ecuador. Acá uno se puede dar un capricho recordando esos productos, como hice yo, pero no más.

El caso es que con los verdes y la Pony, y el discurso de investidura de Correa en directo a través de internet por el canal estatal ecuatoriano, por los familiares y amigos ecuatorianos que hay acá, yo no puedo dejar de pensar en la gente de allí. En lo que dejé y a lo que no puedo volver, pues al menos de momento, se me antoja algo complicado. Aunque ya se que todo es querer.
Ganas no me falta. De regresar, o de ir a cualquier otra parte. Llevo a penas una semana en "mi tierra" y ya empiezo a sentirme incómodo, extraño, con ganas de marchar, igual que estaba hace un año. No es que no me enseñe, pues me adapto rápidamente a las costumbres del lugar donde estoy, pero, no estoy cómodo. Me falta algo que hacer, una ocupación que llene mi tiempo libre, y creo que lo que pueda encontrar aquí no me satifará. Vuelvo a sentir la necesidad de partir y vuelve a ser complicado el cómo y el a dónde.
Qué vida esta. Porqué será tan complicada. Porqué no encotraremos un lugar agradable donde queramos quedarnos, porqué nos costará tando decidirnos y decir, sí, lo encontré, es este, porqué, nos vamos a otras tierras tan inseguros de querernos ir... No hago más que pesar los pros y los contras de mi decisión de regresarme de mi experiencia amazónica, y de preguntarme qué hubiera pasado sí... Supongo que tengo que fijar ya rumbo a algún sito, antes de que mi mundo y mi cabeza se empiecen a encerrar de nuevo en miedos e incercias.
Si el año pasado me sentía como un marciano entre los de aquí, ahora debo ser de la galaxia de Andrómeda. Mis aficiones han cambiado. Este mundo tan material cada vez me satisface menos. Necesito viajar, trabajar para comer al día y basta. Conocer nuevas gentes, probar nuevas pony maltas hasta que llegue el día en que sienta en mi interior esa voz que diga "sí, aquí me quedo".

miércoles, 12 de agosto de 2009

Alta velocidad

Acá estoy, en casa, recién aterrizado, pues hace justo hoy una semana que llegué a España (faltan unas horas para que sea exacto el cómputo de tiempo), sentado frente a esta máquina e intentando aislarme del ruido exterior, porque, aunque mi calle acá en León es una calle tranquila, hoy están podando los árboles -¡en pleno agosto!- y menudo rudio mete la máquina. Si fuese D. Hector con la guadaña de gasolina, no me molestaba, pero siendo una empresa subcontratada por el ayuntamiento de León para podar los árboles... empieza a darme gastritis... Y eso que es un gobierno "socialista". La misma M. de siempre. Acá las cosas no cambian.
Que me lo digan a mí. Con sólo salir un año al extranjero, ahora parezco un extraterrestre paseándome por las calles de León: Yo sigo a velocidad amazónica, tranquilo, caminando despacio, observando las gentes y los paisajes urbanos en este caso, sin prisas, sin preocupaciones... Y aquí la gente vive a 100: si quedas con alguien tiene que ser de 6 a 6 y 25 por que a las 6:35 tiene no se qué y a las 8 no se que otra cosa... Y no esperes que estén todos a la hora de comer, o de cenar, cada uno llegua a la hora que le cuadra, y se sienta y come -casi engulle- sin esperar ni por Dios ni por el demonio... ¡Qué sociedad! Así les va.

Me dicen que he cambiado y que vuelvo un tanto picajoso. Supongo que mi experiencia me ha cambiado, sí. He aprendido otra manera de vivir, de ver las cosas. Me he reafirmado en muchos de mis valores y actitudes, he desechado otros y he adquirido otros nuevos. Eso es crecer. Y crecer sólo se logra viviendo. Y vivir, es salir fuera, plantar cara al mundo, reir y llorar, y sobre todo, estar abierto a aprender y comprender nuevas ideas y formas de ser.
No se dónde me llevará el viento, a donde viajaré. Pero no será a través de la red de banda ancha ni en esos trenes que recorren 400 km. en 3 horas en los que no te da tiempo de leer, de charlar con el compañero de asiento. ¡Qué manía con correr! Por tanto correr, la gente deja de disfrutar de la vida, y yo me pregunto para qué, pues al final todos llegaremos al mismo sitio.
Segiré viajando, descalzo y sin prisas... a donde me lleve el viento.

Todo el mundo me habla,
no oigo lo que me dicen,
sólo los ecos en mi mente.

La gente se para y me mira,
no puedo ver sus caras,
sólo las sombras de sus ojos.

Me voy a donde el sol sigue brillando
a través de la fuerte lluvia.
Me voy a donde el tiempo
da forma a mis ropas.

Dejando a un lado el viento del noreste,
navegando en la brisa del verano,
y saltando a través del oceano
como una piedra.

Y no pemitiré que dejes mi amor atrás.
No, no permitiré que dejes mi amor atrás.

Everybody's talking (Fred Neil)
(Traducción de andar por casa según oigo la canción...)

viernes, 7 de agosto de 2009

Instalada la última pantalla mural

No se si alguno de ustedes habrá visto una película de Peter Watkins llamada Gladiatorerna (The Glatiators en inglés, es decir, Los Gladiadores) Como por desgracia el cine de Watkins no tiene mucha difusión, cuento acá en dos líneas su argumento: En un futuro las guerras han desaparecido, sustituídas por un concurso de televisión en el que dos ejércitos de diferentes países se enfrentan de verdad para lograr un triunfo que al final ninguno de los dos logra pues el sistema está programado para que nadie salga victorioso.
Cuando la vi hace un par de años, me gustó, aunque, como en tantas otras ocasiones, no le dí mayor importancia y pensé: otra distopía de esas que tanto me gustan a mi. Luego el tiempo pasa, y un día enciendes el televisor y te encuentras con que la realidad que vives está empezando a parecerse demasiado a esa fantasía distópica. Y uno se asusta, y se llena de rabia al ver cómo sus semejantes -y con ellos él mismo, pues al final la raza humana se condena toda ella junta, justos y pecadores- siguen caminado cuesta abajo y haciendo caso omiso de las advertencias que una y otra vez se cuelan por los resquicios cada vez más tupidos se esa masa gelatinosa pudre-cerebro que son hoy día los medios de comunicación.
Mi susto llegó hace unos días cuando, en Chile, vi cierto programa de la televisión nacional llamado Pelotón. Se trata de un reallity en el que meten a varias personas y les hacen vivir como si estuviesen en el ejército: en dos pelotones, que se entrenan y se enfrentan entre sí en diferentes pruebas. No había sangre, no. Pero ¿Cuánto tiempo tardará en haberla, como sucedía en la película de Watkins? El aviso ya está en el aire. Ahora nos toca a nosotros decidir el camino.

Al margen del cada vez más escalofriante parecido de nuestras vidas con una agobiante distopía de ciencia-ficción, me llama la atención sin medidas ver cómo la gente se "engancha" a estos reallities y hace de ellos el motivo de su propia existencia. En chile, noche y día, el principal tema de conversación es lo que pasó la noche anterior en el famoso Pelotón. Llegan incluso al extremo de comentar y promocionar series y reallities en las noticias, junto a los sucesos de la guerra de Iraq, la gripe porcina o las últimas peleas políticas de turno. Me pregunto cuánto tardaremos en dejar de diferenciar qué noticias son reales y cuáles son producto de una ficción. Quizá ya nos estén engañando.
Esto, por supuesto, no sucede sólo en Chile. Los reallities no ocupan de sol a sol la TV chilena solamente. También acá en España, y en otros muchos países sucede lo mismo. Se llame Gran Hermano, o Supervivientes, etc, los mal llamados reallities, pues la "realidad" que dicen mostrar es bien falsa, están por doquier y atrapan en sus redes a miles de espectadores, qué, temerosos de salir afuera y vivir la vida, esa vida que sí es suya y es real, y duele por lo tanto, se esconden en sus casitas y prefieren dejar de vivir como ser humano para convertirse en masa bruta de encefalograma plano mientras otros viven por ellos.

Y el peligro no está solo en los reallities. Está en las novelas, en las películas continuación de continuación de continuación, el la literatura plana y estándar, que siguiendo unos patrones fáciles para el lector medio, le viste con unos roles que no son los suyos propios, y él los acepta, porque los suyos propios tiene que trabajarlos y moldearlos, y claro, es más facil aceptar unos ya escritos y establecidos con toda claridad.
Me da miedo. Temo por esta sociedad. Gente sin imaginación, gente que deambula por la calle dejando de ser él mismo, escondiéndose detrás de un disfraz de superhéroe de comic o viviendo pendiente de 10 locos encerrados en una casa insultándose y jodiendo por la noche ocultos pero a sabiendas de que deben mostrar algo porque hay una cámara de visión nocturna que les graba...

Manden a la gran M. los reallities, los libros pudrecerebro, las series, películas planas. Salgan afuera. Dejen que el duro viento de la vida les haga llorar y les deje marcas en el rostro. Paseen por su ciudad, por su país, siendo ustedes mismos, observando a los demás y al mundo que les rodea. Siéntense entonces en un café bien viejo, sin TV n música demasiado alta y conversen de ustedes mismos, sin miedo.
Y si su vida es tan aburrida que ya no tienen nada de lo que merezca la pena hablar, no tengan miedo, y en lugar de conformarse con hablar de las falsas aventuras de otros, echenle valor a la vida y salga, arriésguense, hagan eso que siempre quisieron hacer pero no hicieron por miedo por que les convencieron de que era una fantasía. Era mentira, pura mentira. Fantasía es la vida que viven ahora. Despierten. Salgan. VIVAN.
Estoy completamente seguro de que encontrarn esa otra vida, esa que ocultan en su interior, y se sentirán vivos de verdad.

"Prefiero vivir mi vida en lugar de perder el tiempo en escuchar radio y ver televisión. Prefiero vivir en lugar de ver vivir a los demás." - Juan Marcos Coquinche, en La Utopía de los Pumas, de Milagros Aguirre (CICAME, Quito, 2007)

martes, 28 de julio de 2009

Citas y derechos de autor

Creo que hay que reconocer a todo trabajador los frutos de su trabajo. Y eso incluye a los trabajadores intelectuales. Ya sean científicos, investigadores, escritores, músicos, o simples curiosos, aficionados, qué, en algún moento deciden compartir algo suyo, ya sea una creación o una simple opinión, a través de algún espacio como puede ser este blog.
¿Cómo se reconoce el trabajo de estas personas? De una manera muy sencilla. Simplemente citándoles como autores cuando reproducimos su trabajo. Los hay, por supuesto, que registran su trabajo y piden que se paguen derechos de autor por la reprodución del mismo. En su derecho están. Noy caben discusiones.
Pero tambien los hay que lo ofrecen gratis y sin pedir nada a cambio. Aunque no estén amparados por ninguna ley, por ningún derecho de autor, ellos también tienen derecho a que se reconzco a su autoria, a que se les cite como autores del texto, música, comentario, etc.

Si os habéis fijado, cada vez que cuelgo en este blog algo que no es de mi propia cosecha, que lo copiado de un libro, o tomado de otra página web; en estos casos siempre pongo un pie página con el nombre del autor o la dirección online de donde lo he tomado. Creo que es justo y necesario. Justo porque hay que reconocer al autor, sea "famoso" o no, y necesario por que es una manera de permitir al lector conocer otras fuentes, otras páginas, y quizá descubrir algo nuevo de su interés. Una de las cosas más apasionantes de la lectura es revisar la bibliografía de cualquier libro, de ficción o no, y, del mismo modo, una de las cosas más atrayentes de internet es descubrir páginas que nos pueden interesar sigando los links (enlaces) que encontramos en otras páginas.
Estos días, revisando en ratos libres páginas online a la caza de películas de ciencia ficción que no he visto y que quizá fuese interesante ver, me econtré con un internauta que copió tal cual la selección de películas de ciencia ficción que yo hice y la copió en su página web tal cual sin decir de dónde había obtenido ese listado: he aquí la singular copia.
No me opongo a tomar prestado materiales similares de otras páginas, pero creo que es bueno, por lo menos un signo de reconocimiento, de gratitud, citar el autor o la página de origen. Muchas de estas páginas que se construyen a base del corta y pega no adimiten siguiera la posiblidad de contactar al autor de la misma, de dejarle si quiera un comentario, lo cual también es un poco desagradecido por su parte. Yo por ejemplo, intenté contactar con ese otro usuario para comentarle que debería añadir los enlaces a las webs de las que toma cada infomación, y no me fue posible.
Respetémonos un poco mútuamente y reconozcamos la labor del otro aunque solo sea con una cita o un enlace.

Enciclopedias on-line: ¿Información fiable?

En los últimos años se ha vuelto una práctica habitual buscar cualquiert tipo de información a través de intenet. Consultas de todo tipo, en cualquier materia del saber, se realizan cada vez más a través de la red en vez de acudir a las enciclopedias y libros de consulta hasta ahora habituales.
Resulta más cómodo y quizá también más rápido acudir a la red que pasar las páginas de una o varias enciclopedias para encotrar la respuesta a la prengunta que nos hacemos o para elaborar un trabajo escolar de esos tan de moda hoy día de "corta y pega". Intenet a causado una revolución tal al respecto de las consultas del saber que, tengo entendio, las ventas de enciclopedias han caído en los últimos años. Pocos son los que se animan ya a comprar una carísima enciclopeida en varios y pesados tomos. El precio de las mismas y el espacio que ocupan en nuestros hogares, en los que nos decimos que no hay espacio para tanta cosa, hace que sea mucho más práctica una enciclopedia en CD-ROM. Pero tampoco esas han trinfado. Internet parece ofrecer más información y, además, gratis.
Sin embargo, cabe preguntarse ¿Cuán fiable es la información que nos encotramos colgada en la red? Sería totalmente erróneo e iluso pensar que todas las páginas web que existen sobre un determinado tema son válidas, fiables, en el sentido de tener contenidos contrastados o que responden a cierta rigurosidad científica. Internet está lleno de basura online. Basusra tanto en forma de anuncios, casinos, pornografía, ... y también en forma de información falsa o de dudosa fiabilidad en las más diversas materias del saber. Y esto hace que el internauta tenga que bucear por ese inmenso océano virutal y separar las joyas de entre la porquería que flota por ahí, un trabajo que puede hacer que una consulta online no sea tán rápida como pensábamos.
Me explico. Cuando uno consultaba una enciclopedia, se encontraba con unos contendios fidedignos, redactados, estractados, elaborados por todo un equipo de personas, llamense doctores, licenciados, investigadores, ciéntificos, además de todo un equipo editorial que aseguraba que lo que ahí se contenía era verdad, fidedigno. Y además estaba redactado y presentado de manera que fuese inteligible y aceptable para un determinado tipo de público según el tipo de presentación.
En internet, por el contrario nos encontramos con artículos que no sabemos quién ha escrito. La mayoría de enciclopedias online, desde wikipedia pasando por muchas otras, no ofrecen en muchos de sus artículos citas diciendo de dónde han tomado esa información -quizá por los problemas con los derechos de autor-, o, en caso de ser producto personal de alguno de los miles de colaboadores, usuarios de estas enciclopedias, estos no citan ni un sólo libro -no presentan bibliografía de consulta en ningún artículo- que atestiguen en qué se basa el autor, ya de por sí anónimo, para presentar esa información; no en vano, si uno visita el mismo artículo de alguna de estas enciclopedias online, dejando pasar cierto lapso de tiempo entre cada visita, es probable que advierta que el artículo ha cambiado, a sido modificado, respecto a su anterior visita.
Si esto resta ya bastante fiabilidad a la información que ofrece estos sitios web (hasta el punto de que algunas universidades han prohibido a sus estudiantes utilizarlos como información para sus trabajos y tesis) el asunto se agrava cuando añadimos que cualquiera puede escribir en estas enciclopedias online o que cualquiera puede crear una página web o un blog y escribir en ella lo que le plazca. Aún menos fiabilidad.
No todo es basura, por supuesto. Hay instituciones de prestigio, hay universidades, hay editoriales, que han decidido ofrecer parte de su saber, parte de sus publicaciones, de manera gratuita a través de internet. Pero de momento son las menos, y hay que bucear en una maraña de páginas, de basura cibernética para enconrarlas. Hay que contrastar un montón de información online, valiéndose únicamente de las herramientas personales que cada uno posee (la formación de cada uno) para discernir qué información es la más acertada, la más fiable. Si a una persona con estudios superiores le cuesta hacer este trabajo (sobre todo le cuesta en tiempo) no pensemos ya en un pobre escolar que aún se está formando. Todo ese trabajo de selección y preparación de textos que hacián los equipos editoriales para ofrecernos las carísimas enciclopedias que ya no queremos, lo tenemos que hacer nosotros ahora.
No me parece una elección muy sabia. Muy en líena de la actual postomodernidad, que lleva a crear seres humanos multiusos que valen para todo y serían capaces de enfrentarse ellos solos, desnudos, al próximo holocausto nuclear, sí. Pero no más allá. Y algo me dice, que si sobrevivimos a la próxima catástrofe -que por supuesto nosotros mismos provocaremos- no será por ser superhombres autosuficientes, sino por trabajar en equipo, por dejar que otros nos aconsejen y nos ayuden en nuestro trabajo diario.
Creo que sigue siendo mejor, hasta que las cosas cambien, seguir perdiéndose por blibliotecas a través de enciclopedias y otros libros de consulta, y seguir confiando en aquellos que ha impreso en esas páginas su duro trabajo de años a confiar ciegamente en informaciones sin contrastar dándonoslas de super-sabios capaces de decidir si algo es "verdad o no".

jueves, 23 de julio de 2009

Fleet of Hope

¡Cómo me identifico últimamente con esta canción...!

"El pescado aparece
pone sus dos postes en la arena
mira fijamente al mar,
exactamente igual que yo
pero yo tengo un libro en la mano.
Habremos atrapado algo cuando acabe el día
pero sobre todo pensamos en aquel que se nos escapó.

He visto como un pájaro
qué placeres podrían surgir de la superficie.
Perdí mi mejor barco
Llendo ilusamente de nuevo
a donde cantan las sirenas.
He mirado fijamente al lugar donde el agua toca el cielo
Y aunque dejé de respirar, sigo pensando que lo debo intentar.
Quizá pase un barco en busca de tesoros perdidos

Porque la Flota de la Esperanza es tan hermosa
cuando brilla en el puerto
Y en el puerto se adiere el muelle
ofreciendo protección y ayuda.
Fuera en las aguas agitadas los tiburones nadan y juega
Estás apañado cuando Poseidon se enfada.

He caminado a través del desierto
Subí montañas muy altas
através de selvas y llanuras
tomé buses y trenes
y aviones a través del cielo,
pero hasta ahora no he encontrado nada más seductor que el océano
y ahora se porqué
llenaste tus bolsillos con piedras

Porque la Flota de la Esperanza es tan hermosa...

Cuando era una niña
y todas mis fantasías tomaron vuelo
Tenía un este sueño
que podía iluminar cualquier cosa,
incluso la noche más oscura.
Ahora espero como una viuda a alguien que regrese del mar.
Siempre he sabido
que estaba esperándome a mi.

Porque la Flota de la Esperanza es tan hermosa..."

- Fleet of Hope (Emily Saliers) en el disco de Indigo Girls Poseidon and the bitter bug (2009)

(Perdón por la traducción casera)

Librerías

Cada vez que llego a una ciudad nueva, a un país diferente, me gusta perderme en alguna librería. Tanto en las grandes cadenas donde uno encuentra casi de todo, como en las pequeñas librerías, de esas con cientos de libros usados que siempre tienen algún tesoro oculto entre sus paredes.
Leer es una de mis aficiones preferidas. Junto con escuchar música, es la mejor manera de matar tiempo, de relajarse o emocionarse, de viajar sin moverse de casa, de aprender, de desarrollar la imaginación y despertar el espíritu crítico.
Como me inculcaron el hábito a la lectura desde niño, como mi casa siempre estuvo repleta de libros, para mi era algo normal y habitual. Luego descubrí que no era así, que en algunas casas no se leía ni el periódico, que era algo habitual en la sobremesa de los domingos en mi hogar; recuerdo las palabras de uno de mis compañeros del instituto: "El peor regalo que me pueden hacer es un libro". Me impactó y sentí lástima por el. Cuántas cosas se estaba perdiendo. Hace años que no le veo, ojalá haya cambiado de parecer.

Cuando llegué a Ecuador, uno de mis principales intereses era entrar en alguna librería del país para rebuscar entre sus estantes y encontrar alguno de esos libros que, por estar publicados en sudamérica, son difíciles de localizar en España. ¡Que chasco me llevé cuando por fin entré en una librería! (y mayor aún cuando me decían que esa era la mejor) No había mucha variedad de libros. Era dificil encontrar algo que escapase a las vistosas publicaciones de los grandes sellos editoriales multinacionales, la mayoría estaban importados de España y eran relativamente caros, sobre todo para el bolsillo del Ecuatoriano medio. Yo esperaba encontrarme con más publicaciones sudamercanas, de Argentina, de Méjico, que, por proximidad geográfica pensé serían más fáciles de econtrar aquí que en España. Menuda decepción: lo mismo que encontraba en mi país, y además más caro.
En Ecuador no hay mucho hábito de lectura. La gente por lo general no lee. No lo digo sólo yo. Lo dicen los propios ecuatorianos. Pero por lo que oigo y veo tampoco hay muchas medidas que faciliten que aumente el número de lectores en el país, que los niños y niñas ecutorianos descubran el placer de leer: no hay buenas bibliotecas públicas o escolares, no hay muchas librerías, y los libros son caros. Yo me he pasado el año haciendo propaganda de lo sano que es leer en el colegio allá en la selva, donde tienen la suerte de contar con una biblioteca bastante bien surtida y probablemente sin comparación en los alrededores. Siempre estaba con un libro en la mano: en los descansos entre clases, en la residencia mientras los estudiantes miraban televisión o jugaban. ¿No te cansas de leer, profe? me decían. ¿Y no te cansas tú de mirar TV? Alguno al final se animaba a leer y muchos lo hubiesen echo si hubieran tenido más tiempo libre para encerrarse en la biblioteca a leer. Un comienzo es un comienzo.
Pero los libros en Ecuador siguen siendo pocos y caros.

Hace 10 días llegué a Chile. Aterrizaba en un país desarrollado, al menos más desarrollado en Ecuador. Las calles de Santiago el domingo en la madrugada así me lo confirmaron. La manera de vivir de la gente en el país, las carreteras, las construcciones... volví a la civilización occidental. O casí. Mi amigo chileno discrepa conmigo: él no conoce aún Europa, pero dice que en Chile aún falta mucho por caminar.
De nuevo, al margen de maravillarme con gentes y paisajes naturales y urbanos, una de mis inquietudes era colarme en alguna librería. De nuevo, decepción. Primero, los libros en Chile son muy caros, más aún que en Ecuador. Me dicen que tienen unos impuestos sobre el valor añadido muy altos. Y tampoco es que haya muchos: pocas librerías y con poca variedad. La mayoría de publicaciones vienen de España y en algunos casos de Argentina, o simplemente no vienen. Títulos que están disponibles sin problemas en los mercados español o argentino (que está a tiro de piedra de Chile como quien dice) no aparecen ni por asomo por las librerías chilenas. Parece que finalmente tendré que hacer algún viaje a Buenos Aires para encontrarme con esas joyas que no localizo.
Pero lo más triste es de nuevo ver que aquí la gente no leer, o no lee mucho. De nuevo no lo digo yo, lo dicen los chilenos, y la excusa es esa: los libros son muy caros. Yo mismo lo he comprobado: unos 15 o 20 dólares es el precio medio de cualquier libro.
Es una verdadera lástima que no se promocione más lectura en estos países, que los gobiernos no den ayudas (como bajar el IVA de los libros) y se promocione más la lecura en los colegios y en los medios de comunicación. Acá en Chile yo desconecto automáticamente cuando alguien enciende la tele y me pongo a leer: no hay más que telenovelas, seriales, reallitis y programas de tertulia donde el tema de conversación es lo que sucedió la noche anterior en la serie o el reallity de turno. Y en Ecuador es similar.
Apaga y vamos, coge un libro... ah.. ¿es tan caro? Y yo que me quejaba de mi país...

miércoles, 22 de julio de 2009

Enfermedades

"La salud es el natural estado del hombre y la enfermedad es la carencia salud. Quien cumple las leyes de la Naturaleza no puede estar enfermo. Cuando se contraviene alguna ley natural se manifestan ciertos síntomas a los que llamamos enfermedad [...]
Mucho de lo que llamamos enfermedad no es sino la acción defensiva y el efecto reparador de la fuerza vital. No es una acción deprimente sino estimulante del organismo vivo. Es el instinto que siempre se esfuerza en acrecentar la vida, en mejorar la salud y a veces nos pone enfermos con objeto de que estemos más sanos, nos acarrea alguna dolencia para expulsar alguna materia insana que por nuestra negligencia se introdujo en el organismo.
Si nos herimos, la fuerza vital se apresta a sanar la herida con admirable sagacidad y precisión. [...] la fuerza vital hará lo necesario para remediar el daño, sin que por nuestra parte debamos hacer otra cosa que no estorbar su acción.
Vivimos en una civilización que nos ha apartado de la Naturaleza, y a la fuerza vital le cuesta mucho trabajo hacer todo lo que quisiera en nuestro beneficio. No comemos, ni bebemos, ni resperiamos ni vestimos de conformidad con la naturaleza. Hacemos lo que no debiéramos hacer, y omitimos lo que deberíamos hacer, y así es como andamos muy mal de salud.
Respirar bien y alimentarse bien son las mejores recetas para tener una buena salud. Si no llega suficiente aire puro a nuestros pulmones no es posible purificar la sangre venosa, aquella que nos intoxica. Quienes respiran debidamente no están expuestos a resfríos ni pulmonías.
Alimentarse bien no es ser comilón ni aficionarse a exquisitos y suculentos platos. Por el contrario, quien bien se alimenta prefiere los manjares sencillos y nutritivos a los superfluos y pesados ingredientes de los complicados platos de quienes desconocen el verdadero significado de la alimentación. [...]"

- Juan Marcos Coquinche, en La utopía de los pumas, de Milagros Aguirre. (CICAME, Quito, 2007)