El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

jueves, 21 de noviembre de 2019

Mi pueblo

Noviembre. Casi tres años sin venir al pueblo, muchos años sin sentir el otoño, sin ver ese cielo gris y sin respirar ese aire húmedo que sabe a infancia. Y bajo ese cielo, esas casas, las mismas casas, las mismas calles. Calles y casas ahora casi silentes en calles frías con poca gente, decoradas con escapartes vacios con letreros de se vende o se alquila. La poca gente vive por dentro. Nadie se asoma a la calle, quizá por el tiempo, pero también por ese otro tiempo, esos años que con la edad mete a la gente dentro de las casas, para ver pasar las estaciones tras los cristales: antes mineros caminos del trabajo, mujeres cargadas de compras, niños en los parques -llueva o haga sol-, estudiantes y jóvenes despertando al pueblo; ahora sólo las casas, impasíbles viendo cómo se quedan frías y se rescrebajan seis meses después bajo el sol del verano.

Ya no hay minas. El dinero de la reconversión minera duerme el sueño de los justos en edificios monumentales en los que sólo se oye el eco, duerme enterrado en polígonos industriales con solares y edificios en venta, duerme en opulentas cuentas bancarias en paraísos fiscales. El espejismo de la ciudad, cada vez más cerca y más conectada, embelesa a todos y convierte al pueblo en una especie de recinto dormitorio en el mejor de los casos.

El pueblo bosteza. Quiero sentirlo llorar al menos, o estremecerse bajo el frío de un otoño que parece querer dar paso al invierno demasiado rápido, pero no hay nadie para bostezar o temblar de frio. El pueblo y sus gentes, envejecidas, parecen haberse resigando a lo que hay, conformado con lo que hay. ¿Y mañana? Quizá una exposición de cómo era el pueblo antes, una que ya no estará colgada en las paredes del museo local, sino esparcida por un valle a lo largo de un río donde ya sólo se oyen cantar a los pájaros porque ya no hay nadie con la dulce malicia de un niño que quiera cazar pardales.

Hoy según se va el bus dejando atrás el pueblo, siento cierta pena. Ya no es nostalgia. Y mientras escribo estas líneas, viene a mi mente aquella canción de Bruce Springsteen, que ya no suena a nostalgia o imágenes de película americana si no a una realizadad se palapa en el aire:

[...] Hoy los escaparates de la Calle Mayor están pintados de blanco y las tiendas vacías,
parece que ya no hay nadie que quiera venir hasta aquí.
Han cerrado la vieja fábrica textil al otro lado de las vías del tren,
el capataz dice que los empleos se vuelven chicos y los chicos se van y regresan
a tu pueblo [...] 
(My Hometown, Bruce Springsteen. En Born In The U.S.A., 1984)

Se fue el trabajo y los hombres y las mujeres con él. Mejor dicho, nos quitaron el trabajo. Lo movieron a otro lugar donde aumenten los benficios de los empresarios y banqueros, donde cada vez menos necesiten hombres y mujeres para trabajar, donde los pocos que quedan trabajando y dando vida a otros pueblos -y ciudades- se convierten en engranajes de una maquinaria enorme, engranajes cada vez más pequeños que se pueden reemplazar o declarar obsoletos cuando la teconología avanza y damos el siguiente paso hacia el "progreso". 

Pueblos sin gente y ciudades deshumanizadas. Calles vacias y calles abarrotadas donde la gente vive sin vivir, gente que añora cómo fue su vida de niños pero que, atrapada por la cómoda postmodernidad no hace nada por salir de un círculo vicioso. Como siempre, sigo pensando que todo está en nuetras manos, en nuestra voluntad de elección y de arriesgarnos (porque sin riesgo no existe la elección) Pero las luchas pasaron, las ideologías se difumaron en resúmenes de dos líneas y sus consignas fueron etiquietadas como radicales, anárquicas y anti-sistema. Nadie lucha. Las luchas son ahora peleas desordandas, al menos según nos dicen los medios de comunicación y el sistema, y pelear es malo, siempre lo fue. Pero ¿y la Lucha? 

Creo que no voy a escribir más. No voy a dar más ejemplos ni intentar explicarlo todo. Voy a acabar este pequeño arículo de blog con una pregunta. Piensen en ella. Búsquela en el diccionario. Piensen que siginifca para cada uno de ustedes o qué podría signficar:

¿La Lucha?