El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

viernes, 30 de marzo de 2018

Pastel de cumpleaños

Con cuerno de unicornio
con pellejo de sapo,
hojas molidas de eneldo
y cordón de zapato
usado de pie de elfo
y sangre o positivo vampiro
y fuego de dragón ebrio.
Con polvo de páginas de libro,
y tapizado de sofá viejo
al crepitar del fuego encendido
y al ronroneo perenne del gato
cocino a fuego lento
este pastel de cumpleaños.

¡Arrodíllense hordas de orcos!
¡Que tiemble el bosque vivo!
Que ondeen pendones al viento
y los cuernos suenen a unísono.
Hoy es el día primero del tiempo,
el primero del nuevo ciclo.

Que se cumplan augurios y presagios:
larga vida y prósperos años.

Soylent Green

Voy al super a hacer la compra, como cada viernes. He retomado la clásica costumbre de hacer la lista de la compra no tanto para no olvidarme de algo, si no para no comprar cosas que no necesito por muy vistosas que se vean en el super:
- Atún en conserva
- Tomate frito
- Cebollas
- Spaguettis
- Fruta
- Té verde
- ...

Cuando llego al estante de las conservas veo una marca de atún con un diseño horroroso, de esos que dan al ojo: Tarrico. No es mucho más barata que las otras, así que paso y compro la de toda la vida. A lado están las mayonesas, ketchups y salsas de tomate. De nuevo la misma marca: Tarrico. Sigue sin convencerme la nueva marca de conservas. Varios estantes más lejos, llego a la sección de tés y hierbas para infusión y para mi asombro encuentro: Té verde Tarrico, Hierba Luisa Tarrico, Manzanilla Tarrico, Anís Tarrico... ¿qué demonios es esto? Nada de malo con que introduzcan  nuevas marcas en el super, pero ¿qué tienen que ver el tomate o el atún en lata con las hierbas aromáticas? Empiezo a maldecir a este sistema económico monopolista de falso mercado mientras meto mi compra en en la cesta y camino hacia las cajas registradoras. Por el rabillo del ojo alcanzo a ver salchichas Tarrico, estropajos Tarrico, fundas de basura Tarrico, gallegas Tarrico...

¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede haber una empresa alimenticia con tan diversificada cantidad de alimentos? Alguien me dará la explicación, lo sé, y tampoco hace falta que me la den: seguramente comprar productos a diferentes casas, cada una especializada en lo suyo y luego los empaquetan con su horrible marca y diseño y alquilan los mejores puestos en las perchas del supermercado para que todo el mundo los vea y los compre, pero a mi no se me borra de la cabeza otra historia: ¿y si realmente es la misma empresa, la misma fábrica, con unas máquinas especiales como trituradoras y mezcladoras gigantes donde por un extremo entran masas informes de alguna sustancia y por otro sale un alimento con una textura y sabor distinta lograda a base de químicos y proceso artificiales? Da igual lo que no compre: Atún, arroz, tomate, o fundas para botar la basura: todo está hecha de esas misma masa sin forma ni sabor manipulada químicamente para convencer al paladar y al ojo humano. No es atún, ni tomate, ni té, es... algo comestible. Y nos gusta. Nos peleamos por llevárnoslo de los estantes del supermercado.

Sé que suena a ciencia ficción, y quizá lo se a estas fechas que corren de 2018. Pero quizá dentro de poco ya no lo sea. Cualquier día despertaremos y mientras nos duchamos el tostador vomitará sobre un plato dos tostadas geométricas de supuesto pan, lo suficientemente bien hechas como para que en nuestro cerebro se dibuje la palabra pan al verlas y olerlas, mientras que la tetera vierte un líquido amarillento que nos convence de que es té, y la refrigeradora sirve dos manzanas golden de proporciones aristotélicas. Alguno algún día se asombrará, se preguntará de dónde salen esos alimentos y seguirá los cables y los tubos que unen la refrigeradora, la tetera y la tostadora con un depósito centran en los bajos de el edificio, un depósito conectado por tuberías a otro más grande en algún punto de la ciudad, depósitos de una masa informe que se balancea al compás de bombas de presión que la hacen fluir como el gas hacia los dispensadores-transformadores de comida de nuestros hogares.

La rabia llenará el corazón de algunos ante tan macabro descubrimiento, pero la mayoría no temblará siquiera y seguirá comienzo tranquila, sin darse cuenta como su tostada de pan o su jugo o su manzana del desayuno se transforman poco a poco en tablitas rectangulares, geométricamente perfectas y de un sabroso color verde.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Puntualidad y seriedad con el servicio, señores

Salgo de la Federación de Mujeres de Sucumbíos y tomo un taxi que me lleve al terminal, pues se supone que los buses interprovinciales ahora sólo pueden recoger pasajeros allá. De camino paso por el nuevo Parque Ecológico, pero no me bajo ahí porque los buses interprovinciales no pueden para ahí, luego veo como pasamos por delante del antiguo hospital, pero tampoco me detengo ahí, porque los buses interporvinciales no puede recoger pasajeros ahí; y unas cuadras más allá pasamos por el mercado, pero tampoco me bajo ahí porque se supone que los buses interprovicniales pueden recoger pasajeros ahí, y cuando llegamos al terminal pasamos por delante de la puerta principal del mismo, y el taxi se detiene en ella y yo me bajo e indiferente a toda la gente que hay ahí en la puerta esperando, yo ingreso al edificio del terminal, porque los buses interprovinciales no pueden recoger pasajeros en la puerta del terminal. La ciudad se ha organizado y hay que ser buenos ciudadanos organizados, utilizar los taxis y el transporte urbano para lo que son, y así lograr que los buses interprovinciales salgan del centro, tengamos una ciudad más ordenada, y acaben las continuas peleas y competiciones entre los distintos transportistas por arañar unos centavos.

Así que como buen ciudadano, pago mi taxi al terminal, pago mis 20 centavos de dolar para ingresar a los andes y me subo tranquilamente al primer bus que sale para el Coca, el cual está casi vacío, y elijo el asiento que más me gusta. A los pocos minutos el autobús arranca. Nada más salir del terminal, se detiene en la puerta del mismo y al grito de "Al Coca, al Coca", invita a nuevos pasajeros, que evidentemente siguen su llamado, a subir a bordo, aunque realmente no está permitido recoger pasajeros en la puerta del terminal. Luego el bus se dirige al centro, y aunque no puede, se detiene en el mercado y recoge gente, y aunque tampoco puede, se detiene en el antiguo hospital y recoge gente, y luego se de tiene en el Parque Ecológico, donde tampoco puede detenerse y recoge más pasajeros, y ya a la salida de la ciudad, se detiene en la Federación de Mujeres y ya no recoge gente, no porque no pueda, porque realmente no puede, sino porque ya no queda ningún pendejo esperando ahí el bus, pues todos -o el único- han cogido un taxi y se han ido al terminal de buses y han pagado 20 centavos para subirse a un bus que les va a llevar por el mismo tour urbano que acaban de hacer hace unos minutos en taxi.

Eso sí, el país cambia, las leyes ordenan, y la gente, la gente sigue como siempre, caminando por esa línea imaginaria que es Ecuador, donde no importa lo que se haga, si no lo que se escriba, lo cual tampoco importa porque en este país eminentemente fonético, nadie lee (O leen entre líneas imaginarias, que es lo mismo)

domingo, 11 de marzo de 2018

Canto número 2

Canto porque nadie canta
canto porque tengo miedo
canto porque en mi alma
siento que sangra mi pueblo.

Canto porque es mi casa
mi calle, mi jardín, mi fuero
el que con tantas falacias
nos quieren quitar de nuevo,

canto porque en la plaza
han sembrado un cementerio
de vidas ya marchitadas
sin voz, sin luz, sin sueños.

Canto porque en la jaula
oigo cantar al jilguero
el canto de todas las almas
que viven en cautiverio.

Canto para los que cantan
y para los que guardan silencio
presos en sus propias casas
por aquellos que siembran miedo,

que con este canto se avivara
la llama que llevan dentro
las lluvias serían savia
y sus ojos un canto nuevo.

Canto porque alguien canta
canto porque en el silencio
escucho una voz que ama
que da la luz a los ciegos,

canto porque hay esperanza,
canto, brisa, pueblo nuevo.
Canto porque el mañana
es un amigo sincero.

Canto número 1

Oigo el canto en mis sueños
canto de voces quebradas
voces sobre el asfalto y cemento
pies que sin descanso marchan.

Oigo el canto en las calles
en todo los parques y plazas
oigo las voces que surgen
desde balcones y ventanas.

Canto que es mi propio canto
el canto que labró mi casa
canto que llevo por dentro
canto de mis padres y mi alma,

canto de la raíz que crece
de la llama que nunca se apaga
canto de las ramas verdes
donde el jilguero canta.

Canto de un cautiverio
impuesto por las mordazas
de los que nos callan con ciemo
y nos venden en su subastas.

Canto que canto despierto
voz de mis vidas pasadas
que alguien desterró al desierto
y ahora con fuerza llaman.

Golpean en el cerebro
la razón, el corazón en llamas
los pies que arden quedos,
y las manos aún crispadas.

Fuerza y lucha de un canto
de un puño-mano-caricia
que sana del desencanto
y nos devuelve la vida,

que sin canto somos muertos
y la muerte no tiene prisa
de vivir es ahora tiempo,
de luchar, de empujar la vida.