El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

lunes, 27 de abril de 2020

Cuando el aire sea aire

Qué será de nosotros,
digo, cuando esto acabe;
cómo volveré a mirarte,
cómo será el ser libres,
o quizá nunca lo seremos
y atrapados en la costumbre
volveré a olvidar decirte
cuánto te quiero.

Qué será de nosotros
cuando la caridad termine,
cuando el río vuelva a su cauce;
¿será el compromiso un arte
fingido como muchos otros,
o será por fin parte
de nosotros, como el quererte,
perdonándolo todo?

Que será de nosotros,
y de ellos, y de tanta gente;
ojalá ya no haya nadie
que reparta, ni nadie que mezquine
esta riqueza de todos
cuando el aire sea aire
y la única máscara presente
sea tu rostro, sea mi rostro,
el rostro de ellos,
un mismo rostro.

jueves, 23 de abril de 2020

Día del libro, 2020

Un libro escrito en cerámica,
un rito - alfarera omagua.
en cada trozo de greda, una página,
un recodo del río,
un espacio de tiempo
en la espiral mágica.

Libro ilustrado de ríos
de pumas, serpientes y águilas,
historias de todos los seres
en la selva habitada;
selva descrita en cerámica,
en trazos negros y ocres
sobre páginas blancas.

Relatos de un tiempo sin dioses,
de rostros de luna pálida;
libro en braile para shamanes,
líneas sinuosas de ayahuasca
creando nuevas formas
floreciendo a la vida eterna,
vidas y días escritos en barro,
relatos de antiguos omaguas.

Urna funeraria Fase Napo (detalle)

martes, 21 de abril de 2020

Canto

Canto
sal de este cuerpo,
brota del alma,
rompe el encierro,
acalla el llanto,
haz nuevo viento,
empuja las alas,
recorre el cielo,
cruza montañas,
mares y pampas,
rompe el silencio:
un canto nuevo,
amor verdadero
a Pachamama.
En tu regazo
flores de mayo,
entre tus dedos,
solo caricias,
entre tu pecho
sólo el abrazo
propio y extraño;
mundo que sana,
un mundo nuevo.

domingo, 12 de abril de 2020

África

África.
No existes en ningún mapa,
de ti nadie habla,
¡qué sola estás, África!

África negra, África blanca,
madre de todos, olvidada
madre primera,
convertida en esclava.

Por sus hijos repudiada,
por sus hijos maltratada,
por sus hijos saqueada,
y abandona a tu suerte, África.

Cómo se atreven, África,
a pensar en su mañana,
buscando una vacuna,
jugándote a las cartas.

Llora, luna de África,
llora, no se borrarán las manchas ,
llora tu noche tan pálida,
tan negra y llena de estrellas,
y en cada estrella, un alma.

Desconectados

Escribo este pequeño artículo desde mi computador, en casa, tranquilo, mientras afuera llueve y la calle está desierta no por la lluvia de este domingo amazónico, sino por la pandemia que tiene en vilo al mundo.
"Ojalá fuese sólo la pandemia", pienso. La pandemia, y la contaminación (recientemente hubo un nuevo derrame de petróleo en la cuenca de río Napo, aquí en la amazonía ecuatoriana), también el dengue, la violencia doméstica, y sobre todo, LA POBREZA.

Si, LA POBREZA MAL REPARTIDA. Y es que si algo nos acaba matando es eso: el ansia de unos a acumular riqueza sin darse cuenta de que de nada sirve eso. Es como un placebo, el error que muchos comenten de automedicarse para esconder la enfermedad suponiendo que así se van a curar, ellos solos, sin ayuda de nadie más. Placebos y automedicación como las que receta ahora el gobierno, que esconde el bulto ofreciendo "supuestas ayudas de compensación para salir de la pandemia". Todo está preparado, a salvo en casa, y conectado para que todos, en nuestro aislamiento, nos ayudemos y salgamos todos juntos de esta pandemia. Pero, ¿y qué  pasa, digo yo, con todos los desconectados?

¿Quienes? Me podrían estar ustedes preguntando. Pues los "desconectados" aquellos que, elijan ustedes, no pueden o no disponen o no pueden aspirar a conseguir, los medios, las herramientas, las redes para estar conectados ser beneficiarios de las medidas, de las alternativas en confinamiento. Me explico. Se habla de educación a distancia, de los profesores dictando clases a través de internet, de dejarles tareas en plataformas virtuales. Se habla de teletrabajo: videoconferencias, videomeeting, plataformas virtuales de trabajo, chat, correo electrónico. Se habla de telemedicina, de mensajes de texto o de whatsapp. Se habla de aplicaciones para celular, de banca online, para pago de servicios y otras prestaciones del sector financiero. Se habla de información al instante a través del twitter, de comunicaciones oficiales por canales streaming. Se habla de cultura online, de ebooks, de películas liberadas en plataformas de video. Se predican incluso misas a través de internet, de la televisión. Todo esta orquestado para poder seguir funcionando desde la comodidad y seguridad de nuestra casa, todo, para todos aquellos conectados a "la red" pero, ¿y para todos aquellos que no tienen acceso a ella?

En Ecuador el 40% de los estudiantes no tienen acceso a internet. Esto quiere decir que no tienen computadora, o celular o tablet, o que en su casa no hay conexión de internet, tampoco datos en sus celulares. Muchas familias no tienen el dinero -ni el crédito- para comprar estos aparatos, otras no pueden costearse el pago mensual del internet o del plan de datos; pero también hay quienes ni siquiera tienen luz eléctrica en casa; de poco les puede servir a ellos el internet. Peor aún, hay sectores, regiones, parroquias, cantones en el país en los cuales no existen estos servicios: tendido eléctrico, internet o redes de telefonía móvil. ¿cómo va a hacer un niño en el suburbio en Guayaquil, o en algún barrio de muerte en Quito para acabar sus clases online si en su casa con suerte hay -si es que la hay- luz eléctrica? ¿Como lo van a hacer en tantas comunidades campesinas e indígenas en la región amazónica, por ejemplo, donde no llega ni siquiera la señal de celular y para mandar un mensaje o hacer una breve llamada hay que caminar y subirse a una colina donde con suerte llega a la señal?

Muchos me llamaran exagerado. Dirán que me voy a los extremos, que extremos, que pobreza extrema siempre habrá. Puede que siempre haya, sí, y ojalá deje de haberla algún día pero, el problema es que ese "extremo" del que dicen que hablo representa el 40% de la población del país, si no incluso algo más. Ahora ya no me llaman exagerado, ¿vedad? Ahora son ustedes los que esconden la cabeza bajo la tierra como avestruces, son ustedes los que miran incómodos a otro lado. Bien, pues alcen la cabeza y miren a realidad cara a cara. Mírenla. Sí, ¿les asusta, verdad? Sí, no escondan el rostro. Les asusta porque representa la muerte. La muerte de esas personas, y la muerte de ustedes mismos. De pronto, aquello que estaba lejos, que no importaba, se ha convertido en algo que les puede costar al vida a ustedes mismos, así, sin hacer nada, sin siquiera tocarles, sin robos, sin asaltos. La muerte llegando a la puerta de sus casas, entrando sin violentar a ninguna persona, sin romper ninguna puerta. Hoy están viendo una película en 4K y mañana ya no respiran.

Y todo por no hacer nada, por mirar con vergüenza hacia otro lado, por escatimar en recursos y medios, por pensar que la política no sirve, que de nada sirve votar, que todos los políticos son iguales, que hagan lo que quieran... ¿incluso prepara su propio funeral, el de ellos y de ustedes? Ah. De repente si empezó a tener importancia la política. Vea, ahora el no votar si les está pasando factura. Qué a gusto estaban ustedes en casa, y yo calladito, hasta que las cosas empezaron a quebrarse. Ustedes, que protestaron contra el gasto público, ustedes que criticaron hasta la saciedad un sistema educativo que nunca han usado, ustedes que criticaron hasta la saciedad a un sistema sanitario que nunca han usado, ustedes, que buscaron (cómplices de la corrupción y los sobornos) como pagar menos impuestos legalmente, claro; ustedes que siempre prefirieron cualquier producto hecho en Europa o Estados Unidos, a cualquiera producido en Ecuador, ustedes que manejan la trageta de crédito diestramente para comprar online, ustedes que siempre regresan del extranjero con las maletas repletas de mil y un artículos para no pagar aranceles, ustedes que pensaron que esa forma de vida les salvaba y les garantiza un bienestar y un porvenir, se quedan ahora temblando, lamentando no haber hecho el qué (no lo saben o no lo quieren reconocer)

Y mientras tiemblan e intentan escapar del mea culpa, las noticias siguen, y el gobierno recorta el presupuesto de la sanidad pública, y donde había 3 para 100 personas ahora hay 2 médicos para 100 personas; y el gobierno recorta la educación pública, y vuelve a meter a los niños y niñas en cuchitriles escuelas unidocentes, sin luz y sin internet; y el gobierno apaga y desmantela los infocentros, "desconectando" a unos cuantos más, y el estado elimina bonos, y subsidios básicos, y elimina aranceles a las importaciones mientras deja de fomentar la producción local. Y el estado crea, con la venia de todos ustedes, cómodamente en sus casas, más y más desconectados.

No me pregunto cuántos de ustedes seguirán teniendo internet mañana, no, sino cuántos lo podrán seguir usando: unas computadoras perfectas, ceros y unos ordenándose creando imágenes fantásticas, para unas personas que dejaron de respirar, que se fueron. Casas automáticas, ausentes de sus dueños, ya no "desconectados" sino apagados sin remedios, sólo por no querer compartir la pobreza. Sí, la pobreza de muchos otros.

Mañana vendrán lluvias suaves*. Espero que no sea como las de aquel futuro que escribió Ray Bradbury.

*Cf. Vendrán lluvias suaves, en Crónicas marcianas (1950) de Ray Bradbury

viernes, 10 de abril de 2020

Fe

Lola Mora me dejó este Cristo en el whatsapp esta mañana. "Si quieres, ponle letra", me dijo...
Gracias Lola.


 
Te vendimos Señor,
te vendimos a los bancos,
te cambiamos por aquellos
que juegan a ser Dios.
Por unas monedas de plata,
creímos comprar la Gracia,
y te vendimos Señor.

Te vendimos señor,
tu viacrucis hoy avanza
por calles desiertas,
repletas de muerte y dolor;
tu sangre mancillada
fluye por ríos silentes,
sólo se oye tu llanto, Señor.

La Tierra grita Señor,
La Mama sufre, tiembla
sus hijos - tus hijos,
mienten antes que salga el sol,
buscan refugio en casas,
se arrodillan ante tu estampa,
perdón, perdón, Señor.

No somos dignos de tu calvario,
y tú nos perdonas, Señor,
nos consuelas y nos das la mano;
ahí estas siempre Señor,
dos mil años y veinte más,
cargando la cruz del mundo,
trayéndonos luz.

jueves, 9 de abril de 2020

De qué sirve la riqueza

De qué sirve la riqueza,
si la riqueza mata,
de qué sirve la riqueza
si tiñe de negro ríos,
si convierte en veneno el agua,
de sirve la riqueza,
si deja las playas desiertas,
si troca las selvas en pampas,
si sólo siembra muerte,
¡no sirve de nada!

De qué sirve la riqueza,
si no se invierte en hospitales,
si no se invierte en escuelas,
y sólo en cajas de cartón,
la riqueza mata,
De qué sirve la riqueza,
la producción, el proceso,
si cada calle y plaza,
se vuelve un cementerio,
¡no sirve de nada!

De qué sirve la riqueza,
cuando la riqueza mata,
y encerrados en jaulas de oro,
y escondidos tras máscaras
N95 los líderes se agolpan y callan,
cómplices de un exterminio,
mezquinando los últimos votos,
vendiendo las últimas patrañas
¿de qué sirve entonces la riqueza?
¡no sirve de nada!

De qué sirve la riqueza,
cuando el mundo se apaga,
fundido en negro en una pantalla,
fundido en negro sobre los ríos
fundido en negro sobre las casas,
sobre palacios de gobierno y bancos,
repletos de liquidez contaminada
sin nadie que la reciba,
la riqueza, la riqueza,
¡no sirve de nada!

miércoles, 8 de abril de 2020

Y la tierra tiembla de nuevo

Ahí no existía carretera, no había camino. La ruta para ingresar a la selva discurría más al sur. Pero el petroleo apareció al norte. Los ingenieros trazaron una nueva ruta, casi el linea recta, desde un campo petrolero -Lago Agrio- hasta la costa norte -Esmeraldas-, pusieron primero un tubo y a su lado trazaron después la carretera, pues primero va el petroleo y después las personas.
Cuando trazaron el curso del oleducto/ carretera, los cofanes, que desde siglos venía ocupando esas tierras de Lago Agrio, que desde siglos habían hecho de intermediarios entre la sierra y la selva, les dijeron que no hiciesen la carretera/ oleoducto subiendo a las sierra por esas tierras cercanas Reventador, que estas tierras se movían, estaban "vivas".
Nadie les escucho. O nadie les hizo caso. Puedo oír la carcajada de burla de los ingenieros hace más de 50 años.

Pero la tierra se mueve. Ayer. También en el 2013, y en otras tantas ocasiones. Escuchemos. Escuchemos a los que realmente saben escuchar a la naturaleza, los que son uno con ella y la respetan.
Estos días la pandemía nos enseña que de nada sirve el dinero, la acumulación de riquezas. Y la tierra, la tierra nos dice que de nada sirven títulos de ingenieros, doctores, licenciados delante de un nombre si no sabemos ser humildes, si no sabemos escuchar; no con los oídos, sino con el espíritu.

viernes, 3 de abril de 2020

Ojalá

Ojalá
y si tu quieres también,
pasen los días de espera
movidos en el vaivén
de hamaca y suave brisa,
de cambios de vía de tren,
de raíles que acercan,
vagones repletos de sobres,
llenos de besos y flores,
cariños dejados en la estafeta
para decirte "ánimo, no llores",
"pronto saldremos de casa,
pronto pasearemos sin prisa,
un tarde, quizá hasta el parque,
pronto nos envolverá la lluvia,
así, como hacía antes,
lavando penas y brotando en risas,
ojalá,
más plenas y más grandes".

Los animales están de vacaciones













Gaviota con gafas de sol
-no es broma-
lobo de mar con bloqueador,
y corriendo por la playa
hay un ejército de cangrejos
van para atrás,
no llegarán muy lejos.
¡Todo bicho está de vacaciones!
ostras, conchas, mejillones,
no cabe un alfiler en las peñas
y si en la noche se ven estrellas
más hay en el fondo del mar,
que dice el señor calamar
que no hay un sitio tranquilo,
entre tanto coral y caballito
donde descansar a gusto.

¡Mirad, ahí viene el pulpo!
vestido con escafandra,
para respirar fuera del agua.
En un resort en la costa
quedó con la señora langosta
para tomar un aperitivo:
el camarero, con barbijo,
no sale de su asombro,
mientras les sirve un espumoso
con salitre y sal yoyada,
y de primero piden algas.
Por detrás le pincha el pez espada.
"¡Por favor tráigame la cuenta,
los piqueros surfistas me esperan!
Va a comenzar la competencia,
y yo soy el rey de la cresta."

"Hay olas de nueve metros"
dice un pelícano de buche lleno.
Y ya se preparan los piqueros:
patas azules y tabla de sepia,
el pez espada alardea,
pero el tercero en la lid
ovaciones de asombro:
es el delfín.
¡Pero qué estilo que destreza,
sin quitarse la pereza
deja a todos en la cuneta.
y se lleva los premios, todos.
"¡Yo quiero una foto!"
-dice un niño camarón-
"una foto con el campeón"

Y pasa el día y todos se van a casa
y limpia y ordenada queda la playa,
y el mar es de un azul intenso
donde la luna ve su reflejo
y el viento lleva lejos,
hasta Orión, quizá más lejos,
el canto de las ballenas,
que se abrazan y dan vueltas
y soplan burbujas en el aire,
en esta noche, de vacaciones.