Cuando trazaron el curso del oleducto/ carretera, los cofanes, que desde siglos venía ocupando esas tierras de Lago Agrio, que desde siglos habían hecho de intermediarios entre la sierra y la selva, les dijeron que no hiciesen la carretera/ oleoducto subiendo a las sierra por esas tierras cercanas Reventador, que estas tierras se movían, estaban "vivas".
Nadie les escucho. O nadie les hizo caso. Puedo oír la carcajada de burla de los ingenieros hace más de 50 años.
Pero la tierra se mueve. Ayer. También en el 2013, y en otras tantas
ocasiones. Escuchemos. Escuchemos a los que realmente saben escuchar a
la naturaleza, los que son uno con ella y la respetan.
Estos días la pandemía nos enseña que de nada sirve el dinero, la acumulación de riquezas. Y la tierra, la tierra nos dice que de nada sirven títulos de ingenieros, doctores, licenciados delante de un nombre si no sabemos ser humildes, si no sabemos escuchar; no con los oídos, sino con el espíritu.
Estos días la pandemía nos enseña que de nada sirve el dinero, la acumulación de riquezas. Y la tierra, la tierra nos dice que de nada sirven títulos de ingenieros, doctores, licenciados delante de un nombre si no sabemos ser humildes, si no sabemos escuchar; no con los oídos, sino con el espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario