El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

miércoles, 8 de abril de 2020

Y la tierra tiembla de nuevo

Ahí no existía carretera, no había camino. La ruta para ingresar a la selva discurría más al sur. Pero el petroleo apareció al norte. Los ingenieros trazaron una nueva ruta, casi el linea recta, desde un campo petrolero -Lago Agrio- hasta la costa norte -Esmeraldas-, pusieron primero un tubo y a su lado trazaron después la carretera, pues primero va el petroleo y después las personas.
Cuando trazaron el curso del oleducto/ carretera, los cofanes, que desde siglos venía ocupando esas tierras de Lago Agrio, que desde siglos habían hecho de intermediarios entre la sierra y la selva, les dijeron que no hiciesen la carretera/ oleoducto subiendo a las sierra por esas tierras cercanas Reventador, que estas tierras se movían, estaban "vivas".
Nadie les escucho. O nadie les hizo caso. Puedo oír la carcajada de burla de los ingenieros hace más de 50 años.

Pero la tierra se mueve. Ayer. También en el 2013, y en otras tantas ocasiones. Escuchemos. Escuchemos a los que realmente saben escuchar a la naturaleza, los que son uno con ella y la respetan.
Estos días la pandemía nos enseña que de nada sirve el dinero, la acumulación de riquezas. Y la tierra, la tierra nos dice que de nada sirven títulos de ingenieros, doctores, licenciados delante de un nombre si no sabemos ser humildes, si no sabemos escuchar; no con los oídos, sino con el espíritu.

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