No le pude sacar foto, así que le escribo este poema a modo de crónica de su visita.
Quiero un cuento a rayas
con sabor a sardinas en lata
para mi gato lector
que espera tomando el sol
tumbado en la cornisa
de la biblioteca y mira
con curiosidad el interior,
lleva lentes de gato lector.
O el cuento de la luna
o el del shamán y el puma
primo de mi gato perdido
turista a orillas del río
donde surcaron las aguas
las killas de los omaguas
y enterraron su tesoro:
huesos y arcilla cual oro.
Gato equilibrista del MACCO
¿al museo, qué te trajo?
Le pregunto y me maúlla
quizá está buscando su urna,
los huesos de una vida anterior
espíritu polvo reencarnación
de un shamán en gato
nacido a orillas del Napo.
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