El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

martes, 28 de julio de 2009

Enciclopedias on-line: ¿Información fiable?

En los últimos años se ha vuelto una práctica habitual buscar cualquiert tipo de información a través de intenet. Consultas de todo tipo, en cualquier materia del saber, se realizan cada vez más a través de la red en vez de acudir a las enciclopedias y libros de consulta hasta ahora habituales.
Resulta más cómodo y quizá también más rápido acudir a la red que pasar las páginas de una o varias enciclopedias para encotrar la respuesta a la prengunta que nos hacemos o para elaborar un trabajo escolar de esos tan de moda hoy día de "corta y pega". Intenet a causado una revolución tal al respecto de las consultas del saber que, tengo entendio, las ventas de enciclopedias han caído en los últimos años. Pocos son los que se animan ya a comprar una carísima enciclopeida en varios y pesados tomos. El precio de las mismas y el espacio que ocupan en nuestros hogares, en los que nos decimos que no hay espacio para tanta cosa, hace que sea mucho más práctica una enciclopedia en CD-ROM. Pero tampoco esas han trinfado. Internet parece ofrecer más información y, además, gratis.
Sin embargo, cabe preguntarse ¿Cuán fiable es la información que nos encotramos colgada en la red? Sería totalmente erróneo e iluso pensar que todas las páginas web que existen sobre un determinado tema son válidas, fiables, en el sentido de tener contenidos contrastados o que responden a cierta rigurosidad científica. Internet está lleno de basura online. Basusra tanto en forma de anuncios, casinos, pornografía, ... y también en forma de información falsa o de dudosa fiabilidad en las más diversas materias del saber. Y esto hace que el internauta tenga que bucear por ese inmenso océano virutal y separar las joyas de entre la porquería que flota por ahí, un trabajo que puede hacer que una consulta online no sea tán rápida como pensábamos.
Me explico. Cuando uno consultaba una enciclopedia, se encontraba con unos contendios fidedignos, redactados, estractados, elaborados por todo un equipo de personas, llamense doctores, licenciados, investigadores, ciéntificos, además de todo un equipo editorial que aseguraba que lo que ahí se contenía era verdad, fidedigno. Y además estaba redactado y presentado de manera que fuese inteligible y aceptable para un determinado tipo de público según el tipo de presentación.
En internet, por el contrario nos encontramos con artículos que no sabemos quién ha escrito. La mayoría de enciclopedias online, desde wikipedia pasando por muchas otras, no ofrecen en muchos de sus artículos citas diciendo de dónde han tomado esa información -quizá por los problemas con los derechos de autor-, o, en caso de ser producto personal de alguno de los miles de colaboadores, usuarios de estas enciclopedias, estos no citan ni un sólo libro -no presentan bibliografía de consulta en ningún artículo- que atestiguen en qué se basa el autor, ya de por sí anónimo, para presentar esa información; no en vano, si uno visita el mismo artículo de alguna de estas enciclopedias online, dejando pasar cierto lapso de tiempo entre cada visita, es probable que advierta que el artículo ha cambiado, a sido modificado, respecto a su anterior visita.
Si esto resta ya bastante fiabilidad a la información que ofrece estos sitios web (hasta el punto de que algunas universidades han prohibido a sus estudiantes utilizarlos como información para sus trabajos y tesis) el asunto se agrava cuando añadimos que cualquiera puede escribir en estas enciclopedias online o que cualquiera puede crear una página web o un blog y escribir en ella lo que le plazca. Aún menos fiabilidad.
No todo es basura, por supuesto. Hay instituciones de prestigio, hay universidades, hay editoriales, que han decidido ofrecer parte de su saber, parte de sus publicaciones, de manera gratuita a través de internet. Pero de momento son las menos, y hay que bucear en una maraña de páginas, de basura cibernética para enconrarlas. Hay que contrastar un montón de información online, valiéndose únicamente de las herramientas personales que cada uno posee (la formación de cada uno) para discernir qué información es la más acertada, la más fiable. Si a una persona con estudios superiores le cuesta hacer este trabajo (sobre todo le cuesta en tiempo) no pensemos ya en un pobre escolar que aún se está formando. Todo ese trabajo de selección y preparación de textos que hacián los equipos editoriales para ofrecernos las carísimas enciclopedias que ya no queremos, lo tenemos que hacer nosotros ahora.
No me parece una elección muy sabia. Muy en líena de la actual postomodernidad, que lleva a crear seres humanos multiusos que valen para todo y serían capaces de enfrentarse ellos solos, desnudos, al próximo holocausto nuclear, sí. Pero no más allá. Y algo me dice, que si sobrevivimos a la próxima catástrofe -que por supuesto nosotros mismos provocaremos- no será por ser superhombres autosuficientes, sino por trabajar en equipo, por dejar que otros nos aconsejen y nos ayuden en nuestro trabajo diario.
Creo que sigue siendo mejor, hasta que las cosas cambien, seguir perdiéndose por blibliotecas a través de enciclopedias y otros libros de consulta, y seguir confiando en aquellos que ha impreso en esas páginas su duro trabajo de años a confiar ciegamente en informaciones sin contrastar dándonoslas de super-sabios capaces de decidir si algo es "verdad o no".

3 comentarios:

Kiko dijo...

No hay que ser tan drásticos. Está claro que internet está llena de basura, como lo está la vida real en sí, pero hay que saber filtrar un poco la información. Si alguien quiere hacer su tesis doctoral, está claro que no acudirá a wikipedia, pero tampoco a la biblioteca para consultar "la gran enciclopedia infantil".
La información online está muy bien sobe todo cuando quieres una respuesta rápida sobre un tema que desconoces, luego ya puedes profundizar por otros temas o no.
Eso que citas como la desventaja de tener varias respuestas anónimas para un artículo, yo lo veo como una ventaja: la ventaja de la riqueza cultural, de tener varias opiniones, que en ocasiones llevan al debate. No en vano he visto algún libro cintífico "de papel" escrito por un sólo autor, en el que se dicen auténticas barbaridades.
A veces nos fijamos sólo en la "internet del vulgo", sin darnos cuenta de que existen también tesis doctorales, trabajos de investigación, novelas, ensayos, etc. colgadas en la red (con sus citas bibliográficas y todo).

Álvaro Gundín dijo...

No creo ser tan drástico. Se que hay buenas cosas online, con citas y todo, pero el grueso de los mortales no llega hasta ellas.
Tú, con tu preparación te molestas por buscar más allá de nosequepedia, pero la gente, el vulgo, que es el que importa, pues hay que despertarlo y evitar así que el 90% del público acabe con el cerebro seco a base de tanta telenovela, really, noticias cargadas de sensacionalismo y adrenalina, es 90% de gente normal, se queda con la enciclopedia online nosecuantos que es lo primero que sale en el buscador online cuando realizan una consulta... si se molestasen por escarvar entre el resto de resultados, no me preocuparía tanto...
Pero de momento, mientras los buscadores sigan mostrando sus resultados por "orden de popularidad" (para mi que hay alguna otra razón oculta para el orden de los resultados), las cosas no creo que cambien mucho... salvo que enseños a la gente que hay "otras opciones", "algo más" que lo que se les ofrece en masa...

Kiko dijo...

Sí, pero eso pasa en distintos ámbitos de la vida. Vamos a lo fácil, a lo fácil de leer, de ver, de escuchar. Cuanto más simple, cuanto más facilón para pasar el rato, mejor.
El parecido del cerebro humano con una habichuela ya no está siendo meramente morfológico, ahora también empieza a ser una cuestión de tamaños...
Aichhhh que ganas de verte para distutir estar cosas como antes! y más ahora con tu año de experiencia en otros mundos! :) jaja
Comienza la cuena atras!