El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

domingo, 15 de diciembre de 2013

Yo no tengo novia

Así dice una canción de Sergió Makaroff, aunque en mi caso no me desespero sin saber qué hacer como le pasa a Sergio. Pero mi situación de vida tranquila sin compromiso es causa de más de una incomprensión que yo no logro comprender.

Aquí en Ecuador cuando uno llega y se presenta ante algún grupo de gente, a los pocos minutos, cuando aún está cogiendo confianza, le someten a un curioso interrogatorio:
-¿Está usted casado?
-No.
-Pero tiene novia, ¿no?
-No, tampoco tengo novia.
-Ah, bueno es usted cura, o religioso...
-No, no soy cura.
-¡¿Oiga, no será usted...?!
-No, tampoco.

El interrogatorio concluye en silencio, con miradas de reojo e incomprensión ante unas respuestas que no convencen, que no parecen tener cabida en los esquemas sociales y mentales de común denominador de personas en esta sociedad. Pero, ¿por qué no puede ser uno simplemente soltero sin más? No es algo tan raro, al menos no me lo parece a mí. En cierto modo supongo que es parte de esa herencia indígena no reconocida en los genes -y bagaje cultural- del 90% de los ecuatorianos: entre los indígenas un hombre sin mujer es un ser incompleto. Le falta la mitad de su ser. Y sin embargo, cuando miro un poco fuera de este país me encuentro con situaciones similares. Es simpático que, como hombre, si tengo amigos, nadie opine nada más fuera de una sana amistad, pero, si tengo amigas la concepción cambia totalmente: ya no son simples amistades y yo soy un "hombre" más buscando algo más, ya sea una relación afectiva o sexo.
-Quedé con mi amiga Z a tomar un café.
-¿A sí?
Y comienzan las miradas y preguntas con retintín.

Si intentas explicar que no es más que tu simple amiga, si encima, como para evitar cualquier otra idea explicas que tu amiga ya tiene su novio o su rollo pasajero con otro, o que está casada y tiene hijos, entonces complicas aún más el asunto y te miran con un bicho raro, o al menos como diciéndote: "cuidado donde te metes". Será que aquí está tan a la orden del día cambiar de novia cada segunda de turno, están tan mal vistos los rollos de una noche, y es tan común el adulterio, que, aún reconociendo esas situaciones, al sociedad sigue sin asumirlo e intenta desviar de tan deshonrosos caminos a las personas si corregir sus propios defectos.

Una interesante labor, diría yo, aunque no la comparto totalmente.

Así que es mejor no dar explicaciones. De nada sirve. La soltería parece el mayor de los pecados. Es mejor pasarse las noches de cama en cama, o ponerle los cuernos a alguien. Puedes ser cura, puedes ser gay, puedes ser lo que quieras, pero no puedes ser simplemente soltero. Eso no.

De verdad que no lo entiendo. Que mi abuela pensase así, ella que se crió en el siglo pasado, todavía con unas ideas y normas sociales que eran inclusive de un siglo anterior a ella, lo acepto y lo entiendo; pero que en la sociedad actual sigan intentando buscarle pareja a uno o psiconoanalizándole con las más perversas técnicas freudianas por no tenerla, señores, no lo entiendo. Debo ser de Marte. O ni siquiera eso, porque seguro que los marcianos también estaban locos por casarse y tener hijos y poblar el vasto y soltero universo.

Nadie conoce las vueltas que da el destino, seguramente un día encontraré a mi "media naranja" en el recodo más inesperado del camino, y seguramente me dedicaré a esa maravillosa labor de criar a nuestros propios hijos; o quizá nunca suceda eso y muera feliz y soltero contento de una vida plena y realizada igualmente. Pero, desesperarse por lo uno o lo otro, no, eso no.

1 comentario:

Alenaid dijo...

Alvaro... creo que el fin de semana tuviste una sesión de psicoanálisis o algo asi.. en tal caso ser monje, viudo, soltero, casado, divorciado, estudiante.. o algo así que es la letra de una de las canciones infantiles de mi bello país hace que la diferencia a lo común sea visto como extraño... Haber cuantos solteros existen en el país que viven tristez, amargados, deprimidos por no tener un compromiso.. los condicionamientos sociales nos han hecho mucho daño y hacen que muchos casados finjan una familia perfecta, muchos sacerdotes finjan un celibato perfecto, muchos soltero finjan una relación desesperada.. eso es el mundo en varios lugares.. un montón de mascaras para cumplir con lo que la sociedad asume que esta bien... que bueno que sigas cuestionando estas lógicas, heredadas,asumidas pero creo muy pocas veces cuestionadas ...