El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

domingo, 19 de febrero de 2017

Todos, toditos

Todos, toditos. No hay un alma en la oficina. Es después del almuerzo y los 10 minutos antes de la hora de entrar que aún faltan no son, por una vez la razón para que esté sólo en la oficina. A las 14:30, hora oficial para poner el dedo en el reloj biométrico y reanudar labores tampoco llegará nadie, ni cambiará el panorama media hora o una hora más tarde.

Todos, toditos han pedido permiso por motivos personales. Así suscriben todos los volantes de permiso que descansan en el escritorio vacío de Talento Humano. Todo todito está bien arreglando, legalmente, sobre los papeles. La razón de la ausencia no es otra que la campaña electoral. No hay por qué guardar silencio ni mantener el enigma. Todo el mundo lo sabe: así es, así ha sido siempre: en una demostración de civismo sin precedentes, los trabajadores públicos piden permiso por motivos personales, con cargo a sus vacaciones, para apoyar la campaña política de un partido u otro. Todos, toditos. O casi todos.

Se salvan seguramente aquellos que están en puestos sobre cuyas cabezas no oscila la espada de Damocles, aquellos que por alguna razón han conseguido que se respete su derecho a no expresar en público su orientación política, creencias, o valores éticos, ya bien sea porque se han plantado firmes en su derecho porque por alguna razón les dejan ser y estar. El resto, ante la indirecta y el temor futuro, se pondrán una u otra camiseta, y se irán de "vacaciones políticamente correctas" a apoyar con logística, bulto y banderita el siguiente mitin de la campaña.

¿Y la atención al público me pregunto yo? Sí, yo que he tenido que hacer malabarismos para mantener bajo mínimos la atención al público en mi trabajo, no puedo sino preguntar cuán importante es servir al pueblo haciendo campaña por uno u otro partido político. ¿No sería más cívico, más responsable, un acto de ejemplo de compromiso social y político (recordemos que todos en democracia somos parte de la política de nuestro país) el mantenerse en el puesto de trabajo, brindar el mejor de los servicios, y, en nuestro tiempo libre, organizar nuestras actividades personales como cada uno crea más oportuno? Aunque lo he evitado, en algún momento, ante algún trámite o solicitud de algún ciudadano no he podido evitar el decirle: "mire, mejor venga la próxima semana, estos días estamos de cierre de campaña electoral y casi todos están de permiso". Duele decir eso, pues duele el ejemplo de compromiso y atención que se está brindando al ciudadano. Y es que con semejante manera de actuar, no puedo sino pensar en cuál es el fin de los distintos partidos políticos en ese país. ¿Si cada administración local, provincial, nacional, de uno u otro partido político, "invita" a todos su empleados públicos a pedir "permiso por motivos personales" en tiempo de campaña política y se los lleva a hacer barra entre otras labores, qué les está diciendo a los ciudadanos? Quizá que es más importante ganar unas elecciones que atender a los ciudadanos. Quizá que lo que importa no es ofrecer un buen servicio al pueblo, sino ganarse el puesto y continuar medrando para su (el suyo) beneficio personal. Quizá, sólo quizá, claro. Hay muchas lecturas y muchas pasiones de fondo.

La democracia se construye en libertad. El libertad y en respeto. En respeto a la intimidad de las personas que es la base de la libertad: expresar lo que cada uno siente, cuando lo quiera expresar, y guardarlo para sí cuando así lo prefiera. El día que se separen totalmente las ideas y compromisos políticos del compromiso público, ciudadano y profesional de ejercer un cargo público o privado, ese día, estaremos construyendo un verdadero clima de democracia y de entrega por y para el pueblo. El día que las administraciones públicas no traten con desdén a la administración saliente, no echen tierra encima de todo lo realizado en el pasado y sepan corregir los errores pero también ver y valorar y aprovechar los aciertos de quienes trabajaron antes, ese día, viviremos y disfrutaremos de la democracia, de ese gobierno del pueblo por y para el pueblo. Pero mientras sigamos mirándonos al ombligo con photoshop y órdenes subliminales, seguiremos alimentando y perpetuando un circo en el que siempre estaremos atrapados por el miedo ser de pronto ya no domador sino bestia domada. Quizá por ello escribo hoy este pequeño comentario en el blog, porque aunque la pluma vibró hace tres días, no quise que se cargase de descontento y fuese interpretado como ataque por unos y otros, porque al final no es el partido político x al que hay que analizar, sino a un comportamiento social, que por muy arraigado y propio de un lugar o país que sea, dice bastante de las pretensiones individuales y colectivas de esos ciudadanos y de su compromiso y entrega para con el prójimo.

Déjennos en libertad. Enséñennos a pensar en lugar de dirigirnos para elegir. ¿De qué tienen miedo? Hoy las papeletas seguían mostrando las fotos de los distintos candidatos a lado de su nombre. El día que desaparezcan y sólo quede el nombre, será el día que todos los ciudadanos puedan leer, y por ende pensar y elegir en libertad.

Yo voto por seguir trabajando para que llegue ese día.

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