El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

martes, 14 de febrero de 2017

Carta al viento, en febrero

¿Qué será de los amigos
que se lleva el tiempo
como la ajada libreta
donde apunté acaso
un número una calle
de mi puño o su letra
cicatriz en papel pautado?

Qué será le pregunto al viento
esta noche calma de febrero
su recuerdo vivo me asalta
y me hace recorrer la calle
hoy vacía pues no es la misma
ni es el mismo el café de la esquina
donde una vez bebimos el tiempo
borrachos sin creer perdernos.

Me veo mirando al espejo
mi vida mis manos
las páginas no escritas
los versos que debí enviarles
¿arrepentimiento o quizá vida?
Esa vida que nos lleva lejos
sin mirar atrás, al valle
donde alguien dice "adiós"
en incomprendido llanto.

Llanto que luego será recuerdo
agua para seguir viviendo
cuidando una nueva casa
y la gente que en ella cante
y recite poemas nuevos
nuevos compañeros de viaje
amigos en mi próxima parada
nuevas risas, llantos, rostros
abrazos, y luego de adiós besos.

La vida nos siembra de amigos
grabamos nuestro nombre en ellos
como en la corteza de aquel árbol
o en el blanco y fresco yeso
que fueron los años pasados,
hoy vivos recuerdos, arden
en mi memoria y mi pluma
pues, quizá, ¿quién sabe?
mañana se tornen carne y hueso,

y lo que el destino hizo olvido
sin lograr borrar su sello
será de nuevo un café, una tarde
una calle estrecha y la estampa
las risas cómplices del juego
El hogar donde la llama arde
y las ascuas nunca se apagan
como no se apaga el recuerdo
de los amigos que pienso.

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