El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

martes, 29 de enero de 2013

Héroes

De pronto, me he dado cuenta de que todos mis héroes, esas personas que admiro por su filosofía, por su ejemplo de vida, han muerto o están ya próximos a dejar este mundo. Se que es ley de vida, que, el tiempo pasa, y nos hacemos viejo, y un día nos vamos dejándo el testigo a los que vienen detrás, pero, parece que muchos de mis héroes se han puesto de acuerdo para dejar el mundo estos últimos meses, y, ese adios, me produce cierta anguista. ¿Y ahora, qué, qué vamos a hacer?

Por más que busco, no encuentro con quién reemplazarlos. No veo modelos similares entre las personas más o menos jóvenes, de mi edad, o de una o dos generaciones antes. Las ideas que mis héroes defendían no parecen tener mucho eco hoy día, pocos parecen seguir su ejempo, al menos, pocas personas públicas. ¿Que sucede, que pasa? ¿Ya sólo quedan héroees anónimos? Se qué esos son tan héroes como los otros, pero, necesitamos modelos que seguir: una imagen, una canción que cantar. ¿Quién va a cantar ahora? ¿Quién va a escibir, a pronunciar ese discurso contracorriente?

En el fondo se que las canciones perdurarán, que pasarán de generación en generación, y seguirán alentando los corazones de miles de personas que busquen alimento para su fe, pero, al desaparecer aquel que la compuso o aquel que la cantó y se la enseñó a cientos, aquel que cantó contra vientos y mareas, sin miedo, al ya no estar él presente, tengo la sensación de que la canción pierde vigencia, actualidad y valor.

Me ha tocado ser parte de una generación, vivir un tiempo, que carece de héroes, de verdaderos héroes. Lo único que hay son figuras de cartón piedra, marionetas de efectos especiales que nos quieren vender como héroes. Una generación sin valores, que no parece preocuparse por buscarlos, y que parece condenada a desparecer, momificada delante de un televisor de pantalla plana. Por eso me ha tocado buscar mis héroes entre los héroes que alentaron generaciones pasadas, y por eso, ahora que el tiempo se los lleva, y me deja sólo sus canciones, sus libros, sus palabras, siento que me falta una parte de mi ser.

Supongo que ha llegado el tiempo de crecer. De recoger el testigo, de cantar con fuerza la canción, y de esparcirla al viento, para que aliente los sueños de generaciones quizá más soñadoras, más vivas que la mía. Quizá dentro de nosotros esté ese nuevo héroe.

Caminaremos pues, con fuerza, por esa senda que tantas veces hemos cantado y soñado, de la mano de los que está, con el espíritu de los que ya no están, y con la vista, mente y corazón puestos en los que vendrán.

¿No sabes que el momento más oscuro es justo antes de manecer?
Es este pensamiento el que me hace seguir
si pudiesemos escuchar estos tempranos avisos
ahora es el momento, en la tranquila y temprana mañana.
Si pudiesemos escuchar estos tempranos avisos
ahora es el momento, en la tranquila y temprana mañana.

Algunos dicen que la raza humana no durará
pero ¿que les hace estar tan seguros?
Yo sé que tú que oyes mi canto
puedes hacer que sigan sonando las campanas de la libertad.
Yo sé que tú que oyes mi canto
puedes hacer que sigan sonando las campanas de la libertad.

Y así seguimos mientras vivimos
hasta que no tenemos nada más que dar.
Cuando estos dedos no puedan rasguear más,
entrega el viejo banjo al que es joven y fuerte.
Y así seguimos mientras vivimos
hasta que no tenemos nada más que dar.
Cuando estos dedos no puedan rasguear más,
entrega el viejo banjo al que es joven y fuerte.

Así que anque el momento más oscuro es justo antes del amanecer
Estos pensamientos nos hacen seguir
a través de este mundo de alegrías y penas
aún podemos cantar mañanas.
a través de este mundo de alegrías y penas
aún podemos cantar mañanas.

Quiet early morning, de Pete Seeger.
(perdón por la traducción casera... si alguien la puede mejorar, se le agradece)
La letra original en inglés, aquí

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