El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

domingo, 23 de octubre de 2016

El faro

Miro en sus ojos. Son la luz a través de la niebla, una niebla que se confunde con su pelo cano libre al viento, que soplan y susurra y arrastra melodías intrincadas, melodías que la marea arrastra desde las enigmáticas profundidades abisales para dejaras reposar tranquilamente en la espuma en la orilla del mar. Las últimas notas se apagan en la guitarra, en el aire queda la vibración de la última cuerda vocal, como un espíritu en el aire.

Me sobrecojo. Me estremezco. Una canción más: un viaje más, un baile más. Me emociono. Me pierdo en el viaje en la noche, no entiendo sus caminos al principio, pero la melodía me llama, me arrastras, me invita a seguirla con los ojos abiertos a la oscuridad de la noche. Hay algo extraño y familiar a la vez en esos acordes. Y de pronto, después de varias vueltas, soy yo mismo. Yo y los acordes somos uno, y volvemos a surgir y a escondernos como la marea, incansable, cantando armónicamente sobre una playa en alguna cosa.

El viento. El abrazo que me rodea, la voz estremeciéndome por dentro y la luz, rompiendo a través de la niebla. No encuentro palabras sencillas, no encuentro una explicación al porqué la música de este hombre me estremece, me emociona y me deconstruye como ninguna otra para volver a hacer juntar todos los pedacitos de mi ser.

Desde el inicio él era el raro. El que mezclaba folk con ritmos de jazz, el que elegía acordes extraños y trazaba armonías imposibles y escribía canciones que no sonarían en ninguna radio de éxitos pero que permanecían ahí, latiendo en mi subconsciente de manera perenne cuando los éxitos se habían apagado. Cómo me atrae el arte de este hombre. ¿Uno de mis héroes? Varias veces me han preguntado eso. No me atrevería a llamarlo así. En el fondo, creo que no me parezco a él: el hippie abierto a todo tipo de experimentaciones, una persona sin pelos en la lengua hasta el punto de ser tan sinceramente aplastante que puede llegar a ser irreverente y herir. ¿Será esa sinceridad suya lo que me atrae? ¿Será su compromiso social y político, ese que mantiene vivo a pesar de que los soñadores años 60 quedaron ya muy lejos, lo que une a él? No lo podría decir, y creo que tampoco importa. Lo que me atrapa de él es su arte: su música. "No tienes que amar a alguien para compartir y reconocer su arte". Él mismo lo dijo. Por encima de cómo pensemos cada uno de nosotros, de cuáles sean nuestras creencias o ideologías, hay algo que nos une y nos hace estremecernos ante el misterio de la vida y caminar juntos a pesar de nuestras diferencias: el arte. La música, la poesía, la pintura,... arte.

Recojo los pedazos de mi mente y alma diseminados en el aire de la sala mientras suenan las últimas notas y me siento pensativo unos segundos antes de volver a escuchar el disco una vez más. La música me arrastra y la honestidad y libertad de lo que expresa me hace salir a fuera a gritarlo, a expresarlo, a compartirlo, a gritar mi mismo yo.

Lighthouse es es el último faro que ha encendido David Crosby. Surgió espontáneamente del atreverse a convivir, componer, compartir con otros músicos: descubrirse y escucharse y no tener miedo a dejar que surja algo nuevo de un trabajo hecho juntos. Es en parte la historia del encuentro entre Michael League, un joven músico de jazz y David Crosby, el hippie eterno, siempre dispuesto a probar de nuevas aguas musicales y a tender su mano y prestar su voz a otros artistas. Es también un disco honesto y directo, grabado en apenas dos semanas y lanzado al aire así, fresco, desnudo, sin adornos. Una mirada penetrante a nuestros ojos para hacernos partícipes de esa realidad nuestra y de ellos que tantas veces nos ocultamos.

Una luz encendida guía y brilla con la fuerza del arte y mantiene viva la llama de lo humano, que es el arte mismo.

Look in their eyes (Mira en sus ojos) (D. Crosby - M. League)

Amigo de una sombra
vagabundea
no conoce país ni dios ni rey
pasa desapercibido a tu lado
no le oyes cuando llora
pero si te acercas un poco
hay una ventana a su vida
mira en sus ojos:
obsérvalos en la oscuridad
¿qué encuentras?
sin vida, sin chispa.
Mira en sus ojos
y observa la oscuridad.

Abraza a su niño
del mismo modo que te abraza tu madre
se está dando la vuelta
es lo que realmente quieres hacer
pasa desapercibida a tu lado
ni te das cuenta cuando muere
realmente nunca la ves
¿puedes mirar dentro de sus ojos?
Mira en sus ojos
observa el fuego ardiente
¿qué encuentras?
la libertad es el único deseo
mira en sus ojos
observa el fuego

Arrastrándose por una playa
lágrimas en la espuma del mar
extraños en una tierra extraña
sobreviviendo desde el día que nacieron
ni te das cuenta cuando pasan a tu lado
no significan nada para ti
pero si miras atrás verás
que es tu historia también.
Mira en sus ojos
huellas en la arena
¿que encuentras?
los ciudadanos olvidados de este mundo
mira en sus ojos
verás miles de kilómetros
¿qué encuentras?
madres, padres, hijas, niños
mira en sus ojos
familias abandonadas
¿que encuentras?
todo está expuesto ahí.

mira en sus ojos
¿qué encuentras?

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