El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

domingo, 28 de diciembre de 2014

Software Libre

"Como los hombres-libro de Ray Bradbury, pasando la sabiduría a pesar de la censura -en este caso económica-, luchando por y para la libertad del ser humano, entre unos y ceros."

Escribí esto a raiz de una charla por móvil con ese Bribón Bueno amigo mío. Se lo envié por correo, y al releerlo me doy cuenta de que queda muy bien aquí y de que hará mucho bien a propios y extraños. Es una explicación breve y sencilla, sin entrar en muchos detalles. Que cada cual judgue y actúe, pero que deje siempre actuar a los demás.

Así comenzaba mi correo al bribón:

"Te cuento un cuento:

En la década de 1980, Richard Stallman, un programador informático trabajaba en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets, EE.UU.) creando aplicaciones para un sistema operativo UNIX. Stallman se empezó a dar cuenta de que las aplicaciones acaban siendo propiedad del MIT, que era el propietario del código, y éstas no podían ser modificadas por nadie que no tuviese acceso al código. Incluso eso plantaba problemas de privacidad: si no tenías acceso al código no podías saber cómo estaba echa la aplicación y que te estaban haciendo con ella.
Así que Stallman, junto a otros programadores fundo la FSF (free software fundation) una organización dedicada a la creación de aplicaciones de código abierto y a dar resplado legal a esta opción totalmente nueva y totalmente opuesta al copyright: Crear algo, y dejar que cualquiera lo modifique o cree algo nuevo a partir de ello, con el único compromiso de que acreditase al los autores anteriores y mantuviese el código de su aplicación abierto. Con el tiempo, se han ido diseñando distintas licencias de código abierto, y muchos programadores usan distintas de ellas.
La idea de la gente de Stallman era crear un sistema operativo de código abierto basado en UNIX, una familia de sistemas operativos cuyo código había sido abierto a la comunidad. Crearon todos los componentes necesarios para que un sistema operativo funcione, menos el kernel, debido a la cantidad de tiempo que este requeria.
Mientras ellos hacían las distintas aplicaciones, un programado finés, Linus Torvalds, creó un núcleo para un posible sistema UNIX y lo publicó de forma libre siguiendo las licencias de código abierto de la FSF. Linus Torvalds utilizó las aplicaciones de código abierto para sistemas UNIX creadas por la FSF para crear un sistema operativo y apareció el primer sistema operativo GNU/Linux. Otros programadores hicieron lo mismo: juntaron el kernel de Torvalds con las aplicaciones de la FSF y fueron apareciendo otras distribuciones o sistemas operativos GNU/Linux.
Y desde entonces, siguen proliferando como la espuma:
Un ejemplo:
En 1993 se creo el SO GNU Linux Debian. Unos años después unos alemanes cogieron debian, lo modificaron para hacer de él un so autoarranque y apareció Knoppix. En el 2004 Mark Suttherworld (o como se llame), un filántropo sudafricano fundó Canonical, una empresa con el fin de crear una distribución GNU Linux cercana al usuario común: lo que hicieron fue coger Debian y modificarlo para que fuese "más amigable" y apareció Ubuntu. Algoo después a unos programadores no les gustaba el aspecto estético de ubuntu y lo modificaron para que tuviese el escritorio KDE: nació Kubuntu. En la comunidad autónoma de Madrid querían un sistema operativo adaptado a sus necesidades en escuelas e institutos: cogieron ubuntu, lo modificaron y nació MAX Linux.
Con el tiempo han aparecido tropecientas distribuciones GNU Linux, totalmente nuevas algunas, y la mayoría de las veces derivadas unas de las otras. Unas son puristas y se niegan a que presente o se puedan instalar en ellas software o componentes privativos, pues con el tiempo,también se han creado aplicaciones o controladores privativos para sistemas GNU Linux. Otras dejan que sea el usuario el que decida qué tipo de software (libre o no) quiere usar.
¿Moralemente bueno? Desde mi punto de vista -y el de millones de personas, sí lo es. Mucho más moral y humano que cualquier regulación de copyright. Y además, no se roba la idea a nadie: es cada programador el que decide si hace su código público (libre) o no. Nadie obliga a nadie a programar bajo la reglamentación del codigo libre o abierto, cada cual elige su marco legal.
¿Economicamente bueno? Sí, también. Software libre no quiere decir gratis. Mucha gente crea software bajo licencias libres y lo distribuye gratuitamente. Otros optan por vender su software. y ¡tienen exito comercial! Que el software sea gratis o no, es una decisión personal, independientemente de que el código sea libre o bajo copyright.
Yo personalmente, gasto más dinero en software desde que apoyo el software libre que cuando compraba licencias de windows, antivirus y demás. Una vez al año dono voluntariamente dinero a Videolan, Mozilla, Gnome u otras fundaciones que crean y apoyan software libre. ¿Por qué? Porque disfruto con el sotware que crean y creo en la filosofía que ellos defienden. Nadie me obliga a pagarles, su software se distribuye gratuitamente (porque ellos lo queren así, nadie les obliga) Soy yo el que decido si pago algo o no. Es una cuestión de principios, de ideología. Y funciona y sigue creciendo.

Varios ejemplos de software de codigo libre:
Firefox: A principios de la década del 2000, Netscape liberó el código de su navegador web. Unos programadores lo tomaron, crearon una fundación sin ánimo de lucro, Mozilla, y lanzaron un navegador de código libre: Mozilla Firefox. A partir del Firefox han nacido también varios otros navegadores: Iceweasel, SeaMonkey, y otros que modifican partes del Firefox para adaptarlo a su necesidades.
Chromium. Navegador de codigo libre a partir del cual google desarrolla Google Chrome

VLC Player
XBMC Media Center. Un "home cinema" para el ordenador. Nacio bajo el paraguas de la XBox y luego se hizo independiente. Varias empresas lo han modificado y creado variaciones a partir de él, como Plex por ejemplo. Es tambén la base del software de varios reproductores de DVD y BluRay.

OpenOffice. Suite de ofimática. Cuando parecía que los propietarios iban a privatizar el proyecto, los programadores cogieron el código fuente que era (y es) libre y crearon LibreOffice bajo el paraguas de The Document Foundation, una organización dedicada a crear una suite de ofimáica totalmente libre. Hoy ambos, OpenOffice y LibreOffice siguen en desarrollo, y su fuerza es tal que Microsoft tuvo que dar su brazo a torcer y hacer que el MS Office reconociese el formato de documento ODF que es libre, es decir cualuqier programa puede guardar archivos de texto y demás en ese estandar, frente al de MS Office que requiere que MS le de permiso.
Vorbis. Desarrolladores del formato de audio comprimido ogg. El Mp3 no es de código libre. Para usarlo, tienes que conseguir permiso -licencia- de sus propietarios (lame y otros) El usuario no se da cuenta porque cuando compra un reproductor u ordenador, esa licencia gratuita normalemte, ya esta entre el copyright del aparato. Si a alguien se le cruzasen los cables, podriamos tener que empezar a pagar por ripear o escuchar mp3. Vorbis trata de evitar eso: el código es libre, cada cual puede usarlo a su merced, sin permiso alguno, simplemente siguiendo la filosofía open-source
Emule, y su clon para linux y MAC amule
GIMP: Un programa de dibujo y fotografía compatible con Photoshop y Paint Shop Pro (que son privadas)
La lista es muy larga para ponerla aquí...

Y también, en los últimos años, han aparecido empresas que utilizan algunos de estos componentes libres para crear sistemas operativos o aplicaciones. Por ejemplo Android, que aprovecha el kernel linux que es de código libre, y le añade otra serie de componentes y aplicaciones que en su mayor parte no son llibres. O por ejemplo el cliente de sincronización de dropbox, cuyo motor de sincronización está hecho con código libre mientras que la interfaz gráfica es privativa. ¿Son libres? En parte sí. Aunque a mi me parecen unos aprovechados: ¿si se benefician de las venajas del software libre, porque no registran sus apliaciones bajo dicha normativa?
La respuesta para mi es sencilla: Avaricia y medio. Miedo a tener que competir, a permitir que otro mejore lo que tú has echo, pues eso supone que lo tuyo puede dejar de venderse, o por lo menos que no serás el único en el mercado, que es a lo que aspiran las grandes corporaciones: construir grandes monopolios inquebrantables.

GNU Linux, Software Libre, Codigo abieto. Un desafío. Una realidad. Una filosofía de vida. Una apuesta por valores humanos: libertad, compartir, ayudar, crecer."

3 comentarios:

Kiko dijo...

No acabo de ver la moraleja. Android es una base libre, pero en ella se asientan aplicaciones propietarias. ¿Porqué no puede una aplicación propietaria correr bajo una plataforma de código abierta?
Definitivamente, lo que más me llama la atención y me resulta paradójico a partes iguales es que recién aterrizado en España utilices un móvil basado en Android e instales la aplicación de pago más cojoneramente cojonera (y valga la expresión), cuya dueña es ... Oh, sorpresa de de los defensores del código libre... ¡la oronda y tragadora multinacional de Internet Facebook!

Álvaro Gundín dijo...

Simplemente no es que no pueda. De hecho lo hace, pero como es propietaria, restringe la libertad del usuario. No se puede crear nada a partir de ella sin permiso explícito del propietario. Y ahí se rompe la cadena del software libre y se acaba la libertad.
Como te dije, es más cuestión de principios y filosofía, una opción de vida.

Respecto a porqué tengo un teléfono Android: Bien sencillo: no hay otra cosa de momento: Android, Windows phone y Apple. Pero en unos meses, veremos :)
Y lo del whatsapp, es como el facebook: estoy ahí para comunicarme con mucha de la gente que tengo lejos en otros países y que ya no lee ni escribe correos ni tampoco llama. Yo llamo, pero no contestan, escribo, pero no escriben o escriben e-mails de dos lineas.
Así que me meto en el facebook y hago a través de él propaganda para que la gente se pase a otras plataformas, les doy un abrazo y un tirón de orejas, pero negarme a usarla sería perder el contacto con mucha gente a la que aprecio. Es el precio que hay que pagar para esparcir la semilla del cambio.

Esperemos que poco a poco ellos vean la libertad que pierden al atraparse en su redes, igual que la veo yo.

Álvaro Gundín dijo...

Y por otra parte, lo de las multinacionales, sí, me preocupa, y busco la manera de combatirlas. No usarlas es una opción, pero no me parece que esté dando resultados ya hay quien lo hace y sin embargo la gente ni siquiera se entera de que hay quien no las usa o que usa alternativas. Así que quizá utilizarlas como medio de propagación de alternativas sea una opción, quién sabe. Yo sigo buscando y probando.

¿Renunciar a Facebook, Google, Microsoft, Apple, Adobe, etc.?
Una opción.
¿Hacer presión para que respeten la privacidad y libertad del las personas?
Otra opción.
¿Hacer un uso responsable y razonado de sus productos y servicios?
Otra opción más.

La vida no es blanco y negro. En los matices, en el mantenerse firmes y en el saber aceptar, esta el misterio de este bailes humano.