Hace unos días me envían por e-mail un recorte de prensa de El País sobre las características y bondades de Ecuador, un país al que están emigrando numerosos españoles "por culpa de la crisis". Siempre la crisis.
Tengo la sensación de que todo el mundo culpa a la crisis como algo abstracto. Algo que está ahí, indefinido, en medio del aire, algo que nos ha tocado vivir y que tenemos que aguantar. No nos dejemos engañar, no tengamos miedo a enfrentar la verdad. La llamada situación de crisis actual quiere decir, simple y llanamente, que el sistema neoliberal que se impone (que nos imponen, que nos imponemos) ha sufrido un accidente: nos dejamos llevar en bus con los ojos cerrados, confiados en un conductor que conducía pensando solamente en sí mismo, y que saltó y se puso a salvo cuando vio que iba demasiado deprisa para tomar la curva y se iba a estrellar. Los damnificados, es de decir nosotros, no importamos. Él está a salvo. La crisis la sufrimos nosotros.
Lo mismo -o muy parecido- que sucede estos días en España y que obliga a muchos compatriotas a emigrar a Ecuador u otros países, es lo mismo que sucedió en Ecuador a finales de la década de los 90 y principios del 2000. Hoy día, diez años después, Ecuador es una economía próspera y emergente, un país al que no le acucian deudas internacionales, el FMI u otras supraorganizaciones internacionales no le dictan reglas, es un país donde la clase media a crecido notablemente, donde ha aumentado el poder adquisitivo de los ciudadanos, donde se van reduciendo los índices de pobreza, donde se genera suficiente empleo incluso como para absorber mano de obra inmigrante (ahora los inmigrantes somos los europeos)
¿Como es todo ésto posible? ¿Fue gracias a las medidas de austeridad, al sacrificio de millones de ecuatorianos que aceptaron ignominiosos recortes, que tuvieron que emigrar a otros países donde sufrieron el racismo y el abuso de otros pueblos?
No, para nada. Ecuador no salió de la crisis y llegó donde está ahora gracias a los recortes. Salió de la crisis y llegó donde está ahora porque en el 2006 ganó las elecciones un gobierno socialista, de izquierdas. Punto. Esa es la pura verdad. Ganó un gobierno que dijo: Ecuador debe ser para todos los ecuatorianos. El individuo en si mismo no importa, sólo tiene valor como parte del grupo, del pueblo.
Se renegociaron los convenios petroleros: de un país explotado (las compañías extranjeras se llevaban el 80% de las ganancias del petroleo) se pasó a un país soberano (ahora el estado se lleva el 80%), se reestructuró un sistema de recaudación fiscal antes inexistente o inoperante, se fortaleció la sanidad pública, la educación pública, se invirtió en infraestructura pública: carreteras, puertos, centrales hidroeléctricas. La compañía de teléfonos es estatal (sin impedir que haya también empresas privadas), la empresa eléctrica es estatal,...
La patria ya es de todos. Reza uno de los principales eslóganes del gobierno ecuatoriano. Y es verdad. Puedo dar testimonio de ello. Llevo en este país más o menos 5 años. No me vine por culpa de la crisis, sino por un compromiso como misionero, pero en estos 5 años he visto el cambio: donde antes sólo llegaba turismo extranjero, ahora disfrutan también turistas nacionales, en los restaurantes y locales "elegantes" donde antes sólo se veía clase alta adinerada (nacional y extranjera) ahora se ve clase media, en los vuelos internos viajan también personas de clase media. Nuevos hospitales públicos, con atención gratuita incluso para los extranjeros, servicio 24 horas, cada vez más especialistas; nuevas escuelas públicas, libros de texto gratuitos, programas para el fortalecimiento y mejoramiento de la educación pública, la formación de docentes cualificados. Más y mejores carreteras... La lista es muy larga, y todo ello, por y para el pueblo ecuatoriano.
No voy a negar que en el país no haya corrupción, y que hay políticas de estado con las que no estoy de acuerdo, pero la realidad es palpable, está ahí en las calles de las ciudades y pueblos del país: hay un gobierno socialista que piensa en la gente y trabaja para la gente para el pueblo.
Este tipo de gobierno socialista, es el que hace falta en España, en Europa para salir de una vez de esa crisis que nos ahoga. Hace 60 años, fue posible y ahora también. Recientemente he visto el documental el Espíritu del 45 de Ken Loach. Ese espíritu se respira hoy en día en Ecuador, por eso me tomo prestado el titulo de la película para esta entrada del blog. Ese espíritu del 45 es lo que se necesita en Europa para salir de la crisis. La solución está en manos de una ciudadanía quizá demasiado acomodada, que piensa que ya está todo hecho, que nadie le puede quitar lo que ya tiene, que no importan a quién se vote, pues todos los políticos son iguales. Una ciudadanía entumecida, adormecida en su propio sueño iluso que no se da cuenta de que la lucha, el trabajo diario por el bien del pueblo, que es su propio bien, nunca ha de detenerse, pues el egoísmo, la avaricia de unos pocos que no piensan nunca en su hermano, está siempre detrás, oculta en la sombra, como una mano de falso terciopelo que al mismo tiempo que acaricia se lleva lo que es de todos y no lo de vuelve.
¿Seguiremos dormidos, acariciados por manos de seda, o colocaremos unas esposas a esas manos y empuñaremos de nuevo el arado de la justicia? La decisión es nuestra.
El mañana es una carretera ancha y equitativa
y nosotros somos los muchos que viajaremos por ella.
El mañana es una carretera ancha y equitativa
y nosotros somos los trabajadores que la construiremos,
sí, nosotros la construiremos.
Ven, ayúdanos a construir un camino para toda la humanidad
un camino para dejar este malvado año atrás.
para viajar hacia un año mejor
donde haya amor y no exista el miedo,
donde esté el amor y no el miedo.
Ahora vivimos un año sombrío de hombres malvados
de hombres con malicia que amenazan de nuevo con guerra
¿Deben ser de nuevo libres los tiranos para pisotear
a nuestros más valientes y honorables muertos?
a nuestros valientes y honorables muertos.
Oh, camaradas, venid y viajad conmigo,
iremos hacia nuestro nuevo año de libertad.
Vamos, caminad firmes, a lo largo del camino del Pueblo,
desde la oscuridad hasta el Día del Pueblo,
desde la oscuridad hasta la luz del día.
El mañana es una carretera ancha e igualitaria,
y el odio y la avaricia nunca deberán viajar por ella,
solamente ellos, los que han aprendido el camino pacífico
de la hermandad para saludar al nuevo día que viene.
Saludamos al nuevo día que viene.
Tomorrow is a highway, de Lee Hays y Pete Seeger (1949) La letra original en inglés aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=GklhmKtdTkc
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