Ray Badbury despertó mi interés por el día de los muertos. Hasta entonces, para mí, esa fecha no era más que una aburrida tarde en la que mi familia me hacía ir al cementerio. Yo no entendía entonces para qué. Y aunque hoy día sigo sin comprender bien esa necesidad del hombre de velar a sus antepasados ya fallecidos, y me uno a ese grupo de gentes con alas que quieren que sus cenizas sean un día esparcidas al viento y que acá en la tierra no quede otra cosa que el recuerdo en la mente y corazones de los seres queridos, me llama cada vez más la atención los rituales y costumbres que en torno a los difuntos, y en especial en torno a ese día, tienen lugar en distintas partes del mundo.
Acá en Ecuador, es tiempo de wawas de pan (niños de pan) y colada morada.
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