El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

domingo, 20 de mayo de 2007

Turn! Turn! Turn!

Dije en alguna entrada anterior que iba a proponerme recomendar un disco o artista cada mes, para obligarme así a escribir algo en el blog y compartir esa pasión mía por los discos. Este més estaba esperando al nuevo cd de John & Mary, pero parece que retrasan su fecha de salida. Seguiremos al tanto.
El caso es que tengo ya tantos discos que no se por donde empezar a recomendar. Hay tantos que listaría aquí como esenciales, como maravillas perdidas... Una cosa sí es cierta, y curiosa también. Hay una serie de discos, de artistas, a los que uno siempre vuelve. O al menos eso me pasa a mi. Hay días que me dispongo a escuchar música un rato (sin más, esuchar música, literalmente, aunque sea algo no muy común) y no se bien que disco elegir. Pues bien, curiosamente siempre acabo escuchando los mismos. Hay una serie de artistas o discos a los que vuelvo una y otra vez y que nunca me canso de oir, y que, cada vez que suenan de nuevo, me hacen pensar, sí, son lo mejor, no hay nada como esto.
Y normalemte, esa sensación sucede siempre con el mismo grupo: The Byrds. Hace ya más de 10 años que descubrí su música, y parece que fue ayer. Recuerdo que fue el verano de 1996, volviendo de un campamento de verano, que paramos en un centro comercial a tomar algo y estirar las piernas. Yo tenía algún dinero que mis padres me habían dado para gastar en el campamento por si las moscas, y, como yo apenas había gastado en nada, decidí emplearlo en comprar la banda sonora de Forrest Gump. Tenía una cinta que me había grabado un primo mío con algunas canciones que sonaban en la película, pero yo había visto el film y sabía que había muchas más, algunas las conocía, otras no, pero la música de esa película era simplemente genial. Así que compré la banda sonora para conseguir todas (bueno, todas, todas, no) aquellas canciones que había más o menos percibido en la película. Entre los temas nuevos que descubrí en ese doble cd, había uno titulado Turn! Turn! Turn! (To Everygthing There Is a Season) interpretado por una banda llamada The Byrds. Ni idea. No solían poner cosas así en la radio. Yo estaba bastante metido en la música de los 60: Beach Boys, Beatles (era un auténtico Beatlemaniaco) Mamas and the Papas, Simon & Garfunkel,... pero ¿The Byrds? No, ni idea. Y lo más curioso, es que lo que esa gente tocaba no se parecía a nada de lo que había oído hasta entonces. El sonido de esa guitarra, esas harmonías etéreas, el rítmo de esa cancio que quería ser Pop pero era además otra cosa... quede hipnotizado. Debí escuchar aquella pista del CD cientos de veces, y cuando acabó el verano, corrí a la tienda de discos (la ya desaparecida Discos Liverpool de León) y le dije al dueño, que tantas joyas me había conseguido (y seguiría consiguiendo a lo largo de los años -gracias, Luis-) quiero algo de The Byrds.
15 días después tenía en mis manos el recopilatorio clásico del 67. 11 temas de una banda de los 60 que no tocaban exactamente pop. Folk-rock alcanzaba a leer en las notas del disco. Y ahí estaba el enigma. Yo no había oído prácticamente nada de folk norteamericano por aquel entonces, y los Byrds eran mucho más folk que cualquiera de los grupos que yo había oído. Recuerdo que, salvando 3 o 4 canciones más movidas, la primera vez que lo oí, pense ¿que demonios es esto? Poco después, a fuerza de probar, me encontré escuchando el disco una y otra vez, sin parar. Creo que no hay otro disco que haya escuchado tantas veces, ni tampoco he encontrado otro artista que me haya impactado de tal manera. Desde entonces vengo coleccionando todos sus discos, y también los de los diferentes miembros de la banda, en solitario o en otras formaciones, porque si algo es especial en los Byrds es su caldiad, conjunta y colectiva.

Cada vez que les oigo vuelvo a tener la sensación de oir algo nuevo y familiar a la vez, algo perenne, y de una calidad artística que -desde mi humilde punto de vista- muy poca gente a logrado alcanzar. Música para escuchar, para fijarse en las elegantes estructuras melódicas y en las letras de las canciones, que descubrí contaban algó más que los romances chico-chica habituales, pero también para bailar, para levantar el ánimo o calmar el cuerpo al final del día. Harmonías etéreas y guitarras de 12 cuerdas, ritmos comunes y extraños a la vez. Los Byrds me abrieron todo un nuevo campo de música que aún hoy sigo descubriendo, el folk, el country, la música "de raices" música directa, sin edulcorar, sin ese "toque comercial" de la industria pop, musica verdadera que bebe de nuestro pasado y permanece sonando hoy día y permanecerá en el futuro, aunque nunca haya estado en las listas de éxitos o no sepamos quién o quienes fueron sus autores.
Me gustan los Byrds en todas sus variantes, pero me quedo sobre todo con aquel maravillos quinteto original formado por Roger McGuinn, Gene Clark, David Crosby, Chris Hillman y Michael Clarke. Nunca sonaron mejor. Y sigo creyendo que el "Greatest Hits" de 1967 (cuya portada podéis ver encabezando esta entrada) es el mejor disco para entrar en el peculiar universo de este grupo.

No hay página oficial de The Byrds... aquí van algunas creadas por fans:
Byrds Flyght - The Byrds Homepage - Byrds Online Appreciation Society - ByrdWatcher
Atrapad también a estos "pájaros"
Roger McGuinn - Chris Hillman - David Crosby - Gene Parsons - John York

¡Música maestro!

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