El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

miércoles, 27 de julio de 2011

Made in U.S.A.

En el poco tiempo que llevo en ecuador una de las cosas que más me llama la atención es el contraste entre la tirria que le tienen aquí a los Estados Unidos, y lo metida y aceptada que está aquí la cultura estadounidense. Ellos parecen no darse cuenta, pero yo, que vengo de Europa, me fijo una y otra vez en detalles que sólo había visto en películas made in USA, lo cual, dada la fama de los Estados Unidos acá, no deja de ser chocante.

Fíjense. Suelen hablar de la unidad latinoamericana, de no dejarse caer bajo el dominio yankee, y sin embargo, acá gran cantidad de cosas son made in USA:
Aunque ya empieza a verse el made in china (made in PRC pone ahora quizá para despistar) aquí gran cantidad de electrodomésticos están fabricados en Estados Unidos. El tipo de señales de tráfico (las pocas que hay) son de modelo norteamericano; del mismo modo una doble raya amiralla separa los carriles de la carretera. Hay Kentucky Fried Chickens sembrados en cada esquina, los enchufes son de patillas planas, la luz a 110 V., es fácil encontrar mantequilla de maní... La gente con plata ansía irse de compras a Miami, los malls, como pequeñas ciudadelas donde la gente hace la vida proliferan por doquier, coches enormes paseándose por la ciudad, tragando litros de gasolina (hoy mismo vi un Ford que debía ser el Ford Bestia)
Incluso en el tipo de construcciones y planificación urbana veo un recuerdo de las películas de Estados Unidos: casas bajas, extensiones de calles bajas, por la ciudad, en ciudadelas a todo lujo y con calles muertas en las afueras de la ciudad. Apenas hay edificios de pisos.
Y más y más detalles que no me vienen ahora a la cabeza.

Quizá exajere, quizá algún ciudadano de Estados Unidos me diga que la vida en su país no es así, que sólo me fijo en clichés. Quizá algún ecuatoriano se sienta ofendido. Nunca he estado en Estados Unidos, mis referencias son el cine y la televisión, y mi visión aquí es todavía muy extranjera, pero, en un país que trata de definirse buscando sus valores en las culturas propias, cuando uno sale de las comunas en la selva o de los pueblitos de la sierra, esto se asemeja, o se me asemeja a mí a un Estados Unidos de segunda clase, con calles de barro y gente pobre, pero comiendo pollo frito.

Quizá sea que echo algo de menos la vida citadina europea... sobre todo cuando salgo de esa realidad en construcción (o reconstrucción) de la selva y piso en la realidad que vive y siente la mayoría de personas en este país, para las que los indígenas son algo ya muy lejano sacado de alguna película o documental.

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