Guardaron el sol en el sótano
curadores, ministros, alguaciles,
felices estaban de su trabajo:
el sol por fin está a salvo
de un pueblo salvaje y bárbaro.
Y el nuevo soberano electo
en unas unras de cartón
se coronó los rayos del sol,
con la gloria y el engaño
del traje nuevo del emperador.
Y mientras unos aplaudían al amo
otros se quedaron sin luz
y la luna lloró desde lo alto,
reflejando en su luz el dolor
de un sol cautivo y encerrado,
en la tierra del sol.
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