El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

jueves, 31 de enero de 2019

Descerebrado (II)

- ¡Serás descerebrado! ¡Tú, y el de la moto, aún más descerebrad! ¡Qué estarías haciendo por ahí a esas horas!

Ya te oigo decir, ya. Que me atropelló una moto, oye. Y aunque no lo creas no estaba haciendo nada malo.Sí, ya sé que no me crees, pero el caso es que acá estoy con cabestrillo, cicatriz para fardar y rodilla hinchada, en la cama, y acordándome de ti.

-¡Descerebrao!

Sí, ya sé. Gracias, Esas exhortaciones tuya son infalibles. Espero que desde ahí arriba intercedas por los necios como, aunque cierta persona ahí arriba ya debe estar cansado o acostumbrado a cierta palabra muy tuya que pronuncias cada vez que miras para abajo y ves semejantes desaguisaos... ¡pero qué le vamos a hacer! Yo y el de la moto, digo.
Gracias a Dios y tus improperios sé que esto y acá, seguro. Acá deberías estar tú también para jalarme de las orejas cada día, en esta casa de p... (de locos, perdón), pero se ve que te gusta gritarlo desde arriba. Y no sé que hiciste, pero la ambulancia llego a tiempo, y en el hospital todo salió perfecto, como si cierto bruto de Bilbao estuviese por ahí detrás de los médicos, reclamando a las enfermeras, y diciendo que sirviesen más gelatina a esta cosa inútil y que hoy escribe con brazo nuevo.

Así va la vida. Yo desvencijado desde una cama, tú con una sonrisa desde arriba. Te cuento que estos días acá tratan de entrar en tu conciencia virtual para poder resolver todos esos casos de posibles nulidades de matrimonio que tanto te gustan, pero nada, oye. Se ve a quedar todos en el limbo del matrimonio porque tienes la cabeza electrónica más dura que la otra. Haber, descerebrado, ¿a quién se le ocurre irse bloqueando tu correo a los mortales? ¿Qué hacemos con todas esas personas que esperan a tu visto bueno para la nulidad de su matrimonio, o a que  les mandes a la mierda por brutos? Pobres personas. Yo ya empiezo a sufrir por ellos porque acá ya sabes que acaban las cosas a hostias -perdón- o mentando a cierto padrecito para que medie.

En fin, no te escribo más. La casa sigue en pie, tú te ríes con tu conciencia tranquila, y a mi me cuesta escribir con e cerebro inflamado.Sí, yo sé, ahora si que estoy realmente descerebrao. Lo reconozco. Gracias por recordármelo, y mira a ver si me das un poco de materia gris entre tanto para ir llenando huecos.

Abrazos. Aunque te diga que cambies sé que no servirá de nada, así que sigue igual, recordándonos lo brutos y descerebrados que somos. Nos hace falta.

No hay comentarios: