Fundido en negro.
Abro los ojos,
el tiempo lento,
el silencio que cambia,
como Braudel, entiendo
mi historia anclada al río.
Un paisaje, desde lo alto,
que toma sentido,
se encadena y encaja sólo
si percibimos todo,
ideas, vida, río,
en el mismo tiempo.
Nada se alcanza
si miramos adentro
y con ojos obtusos
vemos la parte sin el todo,
sin tierra ni tiempo,
sin amores o amigos,
sin caricias y alientos,
sin rostros que buscan
y hogares abiertos.
El fluir no es rápido,
el limo siempre descansa
en las orillas del lecho;
lluvias, vidas, dejando semillas
como las charapas dejan su huevos
en las arenas de la orilla.
Los hombres, ni malos ni buenos
cambian el curso del río
y el rio les cambia a ellos.
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