Una carta me siento a escribir
sobre viejo papel de biblia;
le escribo al viento,
me escribo a mi,
estas tenues y livianas líneas.
Mi mano autómata intenta decir
dibujando trazos de escriba,
angustias del tiempo
que toca vivir,
sentires ahogados buscando salida.
Que por dentro siento el fluir
de los ríos ocultos de mi vida;
dolores que no cuento,
oculto sufrir,
llantos en tristes melodías.
Cuando mi mano no sabe seguir,
cuando me desvelo hasta el alba,
cuando quiero y no puedo
de este corazón sus puertas abrir,
de dolor unas lágrimas llora mi alma.
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