- No puede ser. ¡No y mil veces no! ¿Pero cómo...?
Mientras desayunaba, bebiendo a sorbos rápidos y nerviosos su taza de café humeante, pasaba una y otra vez las páginas del periódico, volviendo una y otra vez a la portada, mirándola con cara de incrédula sorpresa. Nada, no había nada dentro de el diario del lunes que explicase semejante portada.
- Es como una broma pesada, como si fuese 28 de diciembre... No tiene sentido. ¡Cóño, no tiene ni pizca de gracia!.
Su mujer lo miraba indiferente mientras untaba mantequilla sobre la tostada
- ¡¡Te digo que no puede ser!!
El grito de su marido y la cara de enfazado le sobresalto haciendole soltar el cuchillo, que rebotó en el borde de la mesa y calló al suelo. Mientras, tranquilamente se agachaba a recogerlo y lo limpiaba con cuidado en una servilleta, su marido continuaba con su asombro.
- ¡Dime, a ver, cómo puede ser que un energúmeno como este, gangoso, vacio, monigote estúpido, segúndón de turno... Dime, ¿como puede alguien con semejante cara de pánfilo llegar a presidente del pais?! ¡Ahora sí que estamos jodidos! ¿Querían crisis? Tengan dos tazas. Traguen.
Fuera de sí, miraba la portada del diario con rabia, golpeaba en la cara del nuevo presidente electo, no sabía si reir o llorar, impotente, queriendo cambiarlo todo simplemente arrojando el periódico del lunes a la basura.
- ¿Quieres decirme, cómo, por qué, cuándo, cuándo sucedió esto?
- Mientras dormías, cariño, mientras dormías.
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