Estos días han sido una auténtica locura en el colegio en particular y en el país en general. Daba miedo asomarse a las calles de lago. Y todo por qué: Porque era Carnaval. Y aquí el carnaval es una auténtica locura.
En España uno se disfraza y desfila y sale de fiesta. Demasiado tranquilo y normal conparado con lo que se hace aquí. Aquí la cosa consiste en ensuciarse, mancharse, mojarse; o dicho de otro modo, en lanzar huevos, harina, agua, tinta, o lo que se pesque por el camino al primero que pasa por delante. Cuanto más consiguas pintar con tinta o achiote (una planta que hay por aquí cuyo fruto machacado es como pintura roja) mejor. Y además, aquí juega todo el mundo. El país se paraliza desde el sábado hasta el martes de carnaval y todo el mundo se dedica a enfrascarse en batallas campales. Si se te ocurre ir a la ciudad, te encuentras con que en los comercios, desde las ventanas de los pisos superiores, al coger el bus, todo el mundo se dedica a manchar a todo el mundo.
En el colegio, no pudo ser de otro modo, y, el día sábado y domingo organizamos juegos y les dejamos via libre para jugar al carnaval (y jugamos con ellos, claro está)
Es tan loco que ni siquiera me atreví a llevar la cámara a la guerra. Estas fotos son de después de la batalla. Sirvan como testigo :)
2 comentarios:
Que bien os lo pasais. Me dan ganas de el año que viene ir a echar una mano.
Un beso hermanito, te echo muchsiiisimo de menos.
Kiko: si parece el magosto de aquí! :)
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