El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

lunes, 31 de marzo de 2008

Cambio de hora

"... y recuerden que hoy adelantamos la hora, esta madrugada a las 2 serán las tres. Que pasen muy buena noche."
Mario apagó el televisor y se dejó escurrir en el sillón. Estaba molido. Muerto. Menuda semana. Otra más así y tendrían que llevarle al hospital. El único remedio que conocía para olvidarse de las penas laborales de la semana, era, engañar al cansacion con unas cuantas horas de marcha el sábado por la noche. Lentamente se levantó y empezó a caminar hacia el cuarto de baño. Hoy estaba aún más harto de su trabajo de jefes insoportables, de clientes insatisfechos, de una jornada laboral de 10 horas o más, y encima, hoy la noche era más corta. ¡Qué bobada! Nunca había entendido eso de cambiar la hora. ¿Ahorro de energía? ¡Pero si la mitad de la población baja las persinas y da la luz aunque haga un sol radiante! ¡Si todo el mundo pone el labaplatos, la labadora, la vitrocerámica, enciende el secador de pelo y le sube el volumen a la tele, todo al mismo tiempo!
¡Ahorro de energía! Ganas de fastidiar más bien.
Al cabo de un rato despertó de su enfado interno y empezó a levantarse lentamente.Se duchó y se afeitó perezosamente. Se vistió. Estaba atándose los zapatos cuando sonó el portero automático. Miró el reloj de pulsera. 23:15. "Me dan ganas de adelantarlo ya, va, luego..." pensó para si mismo. En el visor del telefonillo Julio esperaba impaciente con las manos en los bolsillos. No se molestó en contestarle. "Hace frío" Cogió su abrigo negro de paño y salió de casa dejando tras de sí la luz del baño encendida y el televisor mudo con algún presentador estridente danzando por un plato lleno de gente rara con mente de televisor panorámico en busca de sus 5 minutos de absurda gloria.
Llamó al ascensor. Estaba entrando en él, cuando la hija de los del 3º C se coló como un huracan, haciéndole tambalearse.
-Lo siento.
La miró de arriba abajo. No sabía si él pillaría algo esa noche. Pero ella seguro que sí. ¡Y sólo tenía 16! No recordaba que cuando él era un adolescente lleno de acné las chicas se vistiesen así. Durante unos instantes la envidió, y también a su novio, o a los chicos que saliesen en su grupo. "Vampiresa -pensó- ¿Qué vas ha hacer esta noche?"
La puerta del ascensor volvió a abrirse y la chica del 3º C voló hacia la noche. Mario salió del portal mirando a ambos lados intentando localizar al ángel de la muerte que le había acompañado en el trayecto de descenso a ese infierno que podían ser las calles de la gran ciudad. La noche se la había llevado ya.
-Sigo diciendo que las visten de putas.
Mario sonrió a su amigo.

Caminaro rapidamente hasta la parada del bus urbano. Hacía frío para ser finales de Marzo.
-Bueno. ¿Y que tal la semana?
Mario devolvió una mirada asesina a su amgio. Julio rió y le dió una palmada en la espalda.
-Vamos, ahí viene el número 2. Verás como en la fiesta de Jose se te olvidas de todo el mal humor de la semana. Creo que ha invitado a no se que ejecutivas danesas de su curro...

Se sentaron en los primeros asientos del bus. Al fondo una tropa de universitarios y casi-universitarios reía y bromeaba. Mario les miró de reojo.
-A veces creo que me gustaría perderme por ahí con ellos. Hecho de menos lo de los pubs y el ruido... ¿No nos hemos vuelto demasiado carrozas con fiestas privadas en casa y luego el tradicional fin de fiesta en el Crazy Floor?
-A cada edad lo suyo- contestó Julio- Tienes 32 tío, eso ya pasó.
-En mi clase, en la facultad había un tío con treintaitantos y no veas como se lo montaba.
-Hombre excepciones siempre hay. Piensa en todas las cosas que no podías hacer cuando tenías 20...
Bajaron 15 minutos después, el autobus se marchó avenida adelante llevándose todas las risas infantiles con él. Portal 33, 2º piso, puerta 1. Parecía un chiste. Sólo Jose podía haber acabado viviendo allí. Era un edificio viejísimo. Ni siquiera tenía portero automático, sólo una colección de timbres antediluvianos que parecían dispuestos a dejar al visitante con los pelos de punta. Llamaron con insistencia.
-¡Ahora mismo baja mi mayordomo a abriros camballeros!
Miraron hacia arriba. Jose con una copa en la mano y una chispeante camisa hawayana brindaba al aire de la noche.

-¿A quién debo anunciar?- Marcos, vestido de punta en blanco, pajarita incluida, apareció al poco en la puerta del portal.
- A las Hermanas Pajarito- Dijo Julio riendo.
Marcos subía la escalera con elegancia de marqués de segunda.
- Señoras y señores, las hermanas Pajarito. Gertrudis y...
- Gwendolyn -dijo Julio.
- Déjalo.- Mario se quitaba el abrigo y echaba un vistazo rápido al piso. Había un montón de gente. A más de la mitad no les conocía. Y probablemente no llegara siquiera a decirles hola a muchos de ellos, y los que le fueran presentados serían otra vez otra vez extraños cuando el domingo amaneciese con resaca...
- ¡Hermosas damiselas! -Jose apareció con dos copas una en cada mano- Venid, venid, os persentaré a dos gemelas que dicen que son lesbianas.

La fiesta transcurrió como todas las fiestas. Mario se dejó llevar por la música y el alcohol y la charla insulsa de siempre. Rió, grito, insulto a su jefe un millón de veces, se hacercó otro millón de veces más a las gemelas lesbianas y vailo Yummy Yummy Yummy de Ohio Express con Jose una y otra vez hasta que alguien quitó el disco y lo lanzó por la ventana. El martini con vodka se le empezaba a subir a la cabeza, camino del baño, tropezó con las gemelas en el pasillo. Empezaba a pensar que sí eran lesbianas pero no gemelas... toda la noche juntas. Julio salió del baño con una cerveza en la mano gritando.
-¡Esperad, esperad! Hola tio.
Mario, sonriente le miro mientras marchaba dando tumbos por el pasillo y se encerro en el baño. Se miró en el espejo. Parecía un muerto viviente. Se aclaró la cara con agua fría. De repente le dio un mareo. Todo daba vueltas.... martini con vodka ¿sólo?... Jose.... Gemelas.... Hola tío.... Lo siento... Yummy Yummy Yummy.... A las 2 serán las 3... Chewy Chewy.... Gwendolyn, Gwendolyn y Cecilly... A las dos serán las tres.... ¡Soul Finger!... hermanas pajarito.... a las dos serán las 3, a las II serán las III, alasdoseránlastres....

Despertó de repente. ¿Acababa de darse un golpe? Afirmativo. Contra el lababo. Miró a su alrededor. Estaba sentado en la taza del váter, le dolía la cabeza horrores, lo veía todo un poco borrorso. Por lo menos tenía los pantalones subidos. Se levantó agarrándose de toallero y agarró con la mano su copa hasta que se dió cuenta de que era la escobilla del váter. "Menudo caballero andante estás hecho". Se lavó las manos y se dispuso a salir del baño. Quedó quieto con la mano en el pomo. No se oía música, risas, gritos. Nada. Sacudió la cabeza y salió fuera. El piso estaba en penumbras. Parecía muerto. "¿Cuanto tiempo llevo ahí dentro" se dijo a sí mismo. Avanzó hasta el salón. En un sillón había un tipo gordo durmiendo la mona delante de un televisor con la pantalla en niebla. No le recordaba de la fiesta, quién sabe.
¿Qué hora era ya? Miró su reloj de pulsera. ¡Las 2 en punto! Llevaba en el baño... bueno, no sabía a que hora había entrado... daba lo mismo. Las 2. Miró de nuevo su reloj... la dos, osea las tres. Un momento. Giñó ambos ojos a la vez. Se hacercó a la lámpara que había en una esquina del salón, la encendió y miró el rejol. Seguía borracho, no había duda. 1, 3, 2, 4, 5, 6, la esfera del reloj no seguía un orden muy matemático que se dijese. Sacó la cornona para adelantar la hora... no podía ser ¡Las 13! ¡Coronando la esfera ahora había un 13! Empezaba a marearse otra vez. Se apoyó contra la pared al principio del pasillo. ¡¡Plum!! Risas. Risas de mujer. Venían de una de las habitaciones. La segunda puerta a la derecha se abrió Y Julio salío riendo acompañado de las gemelas, que ahora eran... ¡Trillizas! Mario tuvo que agarrase fuerte al muro mietras con la otra mano se apretaba en la sien.
-¡Hola tío, menuda cara que tienes! ¿Ya no aguantamos nada eh, Vejestorio? Jajaja- Rio Julio rodeado por tres rubias de ojos verdes.
-Oye... Dónde ¿Dónde está todo el mundo?
-¡Y yo que sé! ¿Has mirado debajo de las colchas? Ja ja ja
-Yo... creo que me he dado un golpe...
-Pobre- Dijo la tercera gemela mientras le acariciaba la barbilla.
-Chicas, a la disco. La necrofilia para más tarde.
Julio y las gemelas-que-eran-tres abandonaron el piso entre risas. Cansado y aturdido, Mario se miró en el espejo del recibidor. Sí, parecía un muerto.
-Menuda la hemos hecho hoy ¿eh? -le dijo a su propio reflejo- ¡Los dos mosqueteros, los dos moqueteros-zombies, los dos...! En una esquina del espejo, al fondo, había un tercer Mario con cara de zombie. Se sintió fatal, se mareó. Vomitó en el paraguero de Jose y empezó a reirse como un tonto tirado en el suelo.

Despues de lavarse la cara con agua fría ya estaba mejor. Se puso el abrigo y salió del piso. Al cerrar la puerta se quedó pensativo en el descanso de la escalera. No podía ser. No. TERCERO. Lo ponía con todas las letras. TERCERO. Miró de nuevo su reloj, Las tres y media. Pero el 3 estaba donde antes estaba el 2 y el 2 estaba donde... Bajó corriendo la escalera, TERCERO. También ponía TERCERERO. Siguió bajando. TERCERO, TERCERO. ¿Es que en este edifcio no había Segundos? Tropezo y cayo rodando escalera abajo, cuando recobró el conocimiento se entoró en el suelo ante la puerta del portal. Se levantó. No tenía nada roto. Miró hacia la escalera, algo le decía que subiese a comprobar de nuevo el número de cada piso. No, mejor no.
Salió a la calle. Estaba desierta, sólo un coche pasaba veloz de vez en cuando. Miró la hora otra vez las tres y media, pero las tres y media que eran las dos que... Se dió media vuelta. 22. El portal era ahora el ¡22!

El cine de Terry Gilliam

Brazil, wherehearts were entertained in June, stood beneath an amber moon, and softly wishpered "someday soon"...
Un día allá por 1996 vi una película titulada Brazil, gracias a un profesor de instituto que decidió llenarnos las horas tontas de "estudio" con buen cine. Recuerdo que me quedé como un bobo pegado con la nariz al televisor mientras el resto de la clase empezaba a bostezar y garabateaba en las mesas, incluso tuve que decirle al profesor, con cierta impaciencia ¿Mañana la acabamos de ver, verdad? temiendo que, ante la indiferencia general, al día siguiente ya no hubiese más Brazil. Y es que, supongo que este tipo de cine no es para todos los mortales. Hay que tener los ojos, la mente, el corazón muy abiertos, reconocer nuestros errores humanos, librarse de todos los prejucios que hemos adquirido según crecíamos, y estar dispuesto a soñar para que el mundo de Terry Gilliam entre para quedarse.
Lo que primero me atrapó de este peculiar personaje que desafía a productores y espectadores con su particular visión de la realidad, fue la estética de sus películas. Brazil era futurista, pero tambén una mirada a un pasado no muy lejano, era subrealista, grotesca, extraña, un sueño en imágenes que se tornaba pesadilla. Luego, cuando años más tarde conseguí ver de nuevo la película, me enamoré del argumento, de los personajes, y soñe con Sam Lowry mientras rompe con su rutina y pelea por conseguir a su amor. Cuanto más la veo más me gusta.
Y lo mismo me sucede con casi todas las películas de Terry Gilliam.
Sus películas son sueños, intentos de escapar a una realidad adversa, deshumanizada, creando otras realidades donde lo imposible es de pronto factible, donde esa linea que separa la realidad de los sueños se hace muy fina, casi imperceptible. Pero no son sueños de color de rosas, no. Gilliam nos muestras en sus películas los defectos de esta sociedad, sin darnos respuestas, solucciones a ellos, dejándolos en el aire, para que cada uno sueñe la mejor manera de cambiar la realidad.
Recientemente he vuelto a ver todas su películas (si dejamos a un lado las que hizo como integrante de los Monty Python, sólo son 9) y la verdad es que aún no se bien cómo describir el cine de este hombre. Me gustaría poder ponerme unas gafas especiales para poder ver el mundo como él lo ve. De momento, eso no es factible, así que lo mejor es sentarse delante del televisor y ver sus películas, sin prejuicios sin ideas preconcebidas sobre qué esperamos ver... o cómo lo esperamos ver.

Os dejo aquí una pequeña reseña personal de cada una de sus películas. No se si será de ayuda a alguien o si aclara o lía más las cosas, me ha costado lo suyo escribirlas. Lo mejor es que busquéis las películas y las veías vosotros mismos.

Filmografía como Director
La Bestia del Reino (Jabberwocky, 1977) Parodia de las historias de princesas y caballeros andantes que luchan contra dragones, con mucha ironía y humor negro. Es la película que más recuerda al cine de los Monty Python. Es, para mi gusto un poco floja -cinematográficamente hablando, pero no deja de tener su encanto.
Los Héroes del Tiempo (Time Bandits, 1981) Kevin es un niño que disfruta leyendo libros de historia. Un día unos extraños enanos salen de su armario y se lo llevan de viaje por diferentes épocas históricas para robar algo en cada una de ellas, acabando en la tierra de la fantasía luchando contra el mal supremo. Esta es una de mis favoritas. Una de esas películas para todos los públicos (para gente de 5 a 500 años, dice Michael Palin, co-guionista) que se disfrutan tanto de niño como de adulto. (Me encanta la crítica que hace a este mundo excesivamente atrapado en una cada vez más estúpida tecnologia...)
Brazil (1985) Nos muestra una sociedad futura, excesivamente burocratizada, donde todo está controlado por un ministerio central, y la gente se preocupa únicamente por cumplir su papel en la sociedad, preocupados únicamente de sí mismos, e indiferentes a todas las cosas anómalas, todos los problemas que les rodean en la realidad cotidiana. Es una de las mejores distopías que he visto o leído. Real y aterradora, grotesca, a la vez un canto a la liberta del ser humano. La película en la que la particular imaginería de Terry Gilliam alcanza su punto extremo, y, para mí al menos, una de las mejores películas que alguna vez se han hecho. No dejéis de buscar también la maravillosa banda sonora a cargo de Michael Kamen.
Las Aventuras del Baron Munchausen (The Adventures of Baron Munchausen, 1988) retoma el mítico personaje de los cuentos clásicos que viajaba por mundos imposibles montado en una bala de cañon. Bienvenidos al mundo de la fantasía, de los cuentos. Un flme que tenía olvidado y que he disfrutado como un crío al verlo de nuevo esta semana pasada, y es que es de esas películas que hay que verlas con los ojos del niño que todos llevamos dentro (y del cual habitualmente nos olvidamos) Estéticamente es barroca, preciosista, un sueño en imágenes, mucho mejor que cualquier superproducción hecha con ordenador de hoy día.
El Rey Pescador (The Fisher King, 1991) Es, quizás, la película más accesible y normal de Gilliam. Uno de sus trabajos más humanos, también, y una película que siempre me emociona al final. Una joya. La historia de un locutor de radio sin excrúpulos que ve arruinada su carrera cuando un oyente perturbado se toma en serio los comentarios de su programa de radio. No cuento más, creo que es mejor descubrir la historia poco a poco.
12 Monos (Twelve Monkeys, 1995) En el futuro la raza humana a sido diezmada por un virus y un grupo de científicos manda a un hombre al pasado para conseguir información sobre dicho virus. Cuando la vi por primera vez allá por 1995 - 96 me pareció una obra maestra. Hoy, después de haber visto La Jeteé de Chris Marker, mediometraje de 1962 en que se inspira esta película, me parece muy buena, aunque pierde parte de la originalidad de su argumento. Eso sí, estéticamente vuelve a ser una locura salida de la mente de Gilliam, y es, por su maravilloso ritmo y acción, un cartel capitaneado por superestrellas de Hollywood, la película más vista de este director y quizá la más adecuada para que el público genera entre su particular universo.
Miedo y Asco en Las Vegas (Fear and Loathing in Las Vegas, 1998) De todas las películas que he visto sobre las drogas, los efectos de estas, los yonkis,... esta es la mejor. Una fantasía psicodélica a ritmo de LSD y buen rock de los 60, cómica y cruda a la vez. Genial. Algún día leeré el libro de Hunter S. Thompson en que se basa esta película sobre un periodista y su abogado que viajan a Las Vegas colocados hasta las cejas...
El Secreto de los Hermanos Grimm (The Brothers Grimm, 2005) "Biografía" de los hermanos Grimm, narrada como si fuera uno de sus propios cuentos, en la que Terry Gilliam hace las veces de director de oficio. La película es entretenida, incluso tiene momentos muy buenos, y es de lo mejor de lo que se hace ultimamente, pero peca también de algunos de los tópicos del cine de fantasía y aventuras actual, además de estar a años luz del particula "Universo Gilliam" Ojalá le hubiesen dejado hacerla a su modo...
Tideland (2005) En plena postproducción de Los Hermanos Grimm, Gillian hizo las maletas y se marcho a Saskatchewan para rodar esta pequeña joya. Es el retorno del genio a su mundo, a su ambiente. Una película que es y será detestada por muchos y adorada por otros tantos. Simplemente porque cuenta las cosas de una manera muy poco ortodoxa para los estándares actuales. Es ese cine en la linea entre la fantasía y la cruda realidad que caracteriza a Gilliam y que me atrapa constantemente. No os voy a decir nada sobre esta película. Vedla, y vedla como si fuerais unos niños inocentes, olvidaos de todo lo que habéis aprendido en vuestra vida adulta, como dice el director, de todos vuestros prejuicios. La útima obra maestra -de momento- del Sr. Terry Gilliam.

martes, 4 de marzo de 2008

Jackson Browne - Looking East (1996)

Esta pensando en algo optimista para estos días en que cada vez que uno enciende la tele le dan ganas de marcharse al medio de la selva o algún lugar desierto donde no se oigan tantas bobadas juntas y llegue un mensaje -o sensación al menos- de coherencia, optimismo. El egoismo es, sin duda, una de las plagas más extendidas hoy día en la sociedad. Muy poca gente mira más allá de las paredes de su casa y trabaja por los demás.

El caso es que pensando en ese "algo" que me devolviese la esperanza, la fe en mis principios, vino de nuevo a mi mente este disco de Jackson Browne de 1996. Un disco alegre, lleno de vida y energía, un canto a la vida, una apuesta por un mundo más igualitario, sin fronteras, una apuesta por hacer por y para los demás. Jackson Browne, acompañado de amigos nuevos y viejos, con una energía juvenil nos regaló entonces 10 canciones, que, como ya es normal en él, se repartían entre canciones íntimas y personales, y otras de espíritu más crítico, de temática social. Sin embargo, en estas segundas no hay un mensaje claro anti-sistema o anti-política del momento, sino un canto a la vida, a la esperanza, una apuesta por trabajar por los demás, por poner los puntos sobre las íes y reclamar lo que se nos niega, poníendo a la vez alegría en ello.
Desde que lo escuché por primera vez, hace ya más o menos 10 años, se convirtió en uno de mis discos favoritos, uno de esos, a los que, sin ser catalogado por obra mestra por la crítica, vuelvo una y otra vez a lo largo de los años. Y es que a veces los críticos buscan demasiado la perfección los logros técnicos imposibles y se olvidan del ser humano que hay detras de la música (Muchos músicos, por desgracia, también lo olvidan)
Jackson Browne no. Su música sigue siendo poesía cálida, llena de esperanza, de resentimiento, de crítica, de amor. Un pedazo de la vida misma, como este disco.

Vivo en el mundo
Quiero vivir en el mundo, no dentro de mi cabeza
Quiero vivir en el mundo, quiero mantenerme firme y ser contado
Con los esperanzados y los voluntariosos
Con los abiertos y los fuertes
Con las voces en la oscuridad

que dan forma a la luz con su canción

Y los millones de amantes
Vivos en el mundo

Quiero vivir en el mundo, no tras un muro
Quiero vivir en el mundo, para poder oir si otra voz llamase
Al prisionero en mi interior
Al cautivo de mi duda

que entre sus fantasías guarda el sueño de levar anclas
y probar suerte vivo en el mundo

Abrir mis ojos y despertarme vivo en el mundo

Abrir mis ojos y finalmente llegar al mundo

Con su belleza y su crueldad
Con su tristeza y su alegría
Dando a luz constatnemente nuevas vidas y fuerzas destructoras
Y el infinito poder del cambio

Vivo en el mundo

(Alive in the world, Jackson Browne)

Un poco de música:
Some bridges - The Barricades of Heaven

P.D.: Jackson Browne acaba de publicar nuevo disco: Solo Acoustic vol. 2 (Inside Recordings)

domingo, 2 de marzo de 2008

El deber de votar

Otra vez, como cada cuatro años, vuelvo a plantarme en mis trece, y vuelvo a llamar a la gente a reflexionar. Nuestros políticos –y digo nuestros, porque somos nosotros los que los elegimos- han perdido el norte. Su horizonte, su perspectiva de futuro, abarca como mucho cuatro años, y su principal objetivo en esos cuatro años, es convencer a la gente de qué ellos son los únicos que se merecen estar ahí ocupando los cómodos sillones del Congreso y el Senado y los diferentes ministerios.
Sin embargo, creo, que como ciudadanos, nuestras aspiraciones tienen que ir más allá. Sólo porque a la clase política le interese más este juego (ellos parecen tomárselo en el sentido literal de la palabra, como niños pequeños pero con ocultas intenciones no declaradas de adultos) nosotros no tenemos por qué aceptarlo tal cual ellos nos lo venden. Todos los votantes somos personas adultas, con capacidad de decisión propia, con capacidad crítica, capacidad de análisis, y por lo tanto tenemos el deber de pararnos a pensar y decidir qué tipo de política queremos, al margen de ideologías o de colores –ideologías pocas quedan-; teniendo en mente, además, que este deber es también un derecho nuestro como ciudadanos, un derecho por el que debemos trabajar, de manera que dicho derecho a pensar, a razonar, a adquirir unos conocimientos y unas herramientas de juicio propias, sea algo real y efectivo además de duradero: es un derecho que debemos mantener para las generaciones futuras, porque, ¿De que sirve tener libertad de voto, de palabra, de pensamiento, si poco a poco, sin que nos demos cuenta, se va recortando la capacidad de pensamiento de las personas?
Nuestra perspectiva de futuro, como ciudadanos responsables que somos, tiene que ir más allá de los cuatro años que abarca la de los políticos. Tiene, por lo tanto, que basarse en actitudes, en formas, en actos encaminados a ofrecer garantías estables y duraderas, no sólo para nosotros a fecha de 2008, sino para nuestros hijos que aún están por venir.
No nos podemos conformar con promesas electorales tangibles. No. Tenemos que pedir soluciones a largo plazo, encaminadas a resolver los problemas actuales de una manera duradera, si bien soluciones definitivas no existe, pues la sociedad cambia con el tiempo y es su deber adaptarse –no sin recelo y sin pensar- a las nuevas situaciones. Los políticos hoy día se han convertido en verduleros, en vendedores de barraca de feria, que a voz en grito ofrecen mil y un regalos, promesas palpables a los votantes. Si uno ofrece 5.000 nuevas viviendas de protección oficial y una rebaja de los impuestos de un 2% el de enfrente construye 6.5000 viviendas, y desgrava un 4%. Una auténtica guerra que no va más que destinada a tener al público contento en debates vacíos de contenido, donde los líderes se arrojan los unos a los otros un montón de basura en forma de improperios y recriminaciones, apenas rascando así la superficie del verdadero problema pero manteniendo al público contento y entretenido y dando la sensación de que de verdad, les importamos y de verdad hacen algo por nosotros y nuestros hijos.
Pan y circo.
Siempre igual.
Y nosotros nos sentamos delante de la tele y disfrutamos y reímos y discutimos quién lo ha hecho mejor. Y votamos. Al que nos parece que lo ha hecho mejor, sin realmente llegar a saber cuáles son sus verdaderas intenciones, su programa.

No pido el voto por ningún partido o ideología. Nunca lo he hecho, creo que todos somos lo suficientemente maduros como para acceder a la información que se nos ofrece, analizarla y tomar nuestras propias decisiones. Pero, en vistas del circo, cada vez de mayores dimensiones, que se monta cada cuatro años en este país, pido desde aquí a todo el mundo que vote. Es nuestro derecho y nuestro deber. Pero que vote con convicción y razonamiento, pues es nuestro derecho y nuestro deber votar de una manera responsable, convencidos de nuestra acción, sin dejarnos engañar por promesas electorales disfrazadas de caramelos para niños, sin dejarnos convencer con conceptos como voto útil, con nombres y caras simpáticas, con frases elegantes –e incluso emotivas y patrióticas- pero vacías de significado.
Nadie va a encontrar un partido, una opción política que encaje al 100% con sus aspiraciones, porque todos somos humanos y por lo tanto diferentes los unos de los otros en aspectos difíciles de discernir. Pero, como humanos, seguro que encontraremos alguna que más o menos encaje con nuestras ideas, aunque tengamos que modificar algunas para ponernos de acuerdo. Y si aún así, no encontramos ninguna que nos represente, no encontramos ninguna opción política que realmente defienda unas ideas, sean las que sean, siempre nos queda el voto en blanco.
Quedarse en casa nunca es solución. Conformarse con pan y circo tampoco.
La única es sentarse a pensar, mantenerse firme, y defender nuestras ideas de la mejor forma posible: votando responsablemente.