Hace tanto sol en El Coca
que las cigarras se han quedado roncas.
Los grillos no dicen ni pio,
y en la calle ha subido,
el precio de la vereda con sombra.
Cuchuchos tirados a la bartola,
tiene sangre caliente las boas,
a punto de ebullición los caimanes,
los monos subido a los árboles,
se abanican moviendo las hojas. ¡Está que arde la cosa!
Cinco días que no cae ni gota,
se fue agosto y trajo a septiembre,
pero éste tampoco llueve,
sube el calor, el agua se agota.
En la calle no se mueve una mosca,
por las puertas nadie asoma
hasta que a las seis cae la noche
y todos rezan al viento que sople
aire importao de Laponia.
"Cuando un árbol cortas,
cortas también la sombra,
cortas la lluvia y el agua.
Eso olvidaron, por desgracia,
los habitantes de El Coca".
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