Caen las hojas como si fuera otoño
en el calendario de estos días de sol
calentado para muchos, para otros un poco
su calor alberga sueño o los parte en dos.
Caen las hojas, se acaba otro año,
la balanza esta llena de golpes, dolor.
De promesas y vítores y engaños,
también de sueños, de rabia y de voz.
Y mientras preparamos luces y vinos,
y el cielo se tiñe de púrpura diciendo adiós,
yo miro al horizonte, y al nuevo año le pido
buena suerte, salud, fortuna y amor:
que repartan suero en todos los hospitales
que el agua como el aire sea de todos,
que no falten libros, tampoco pupitres
que no importe la raza, sexo o condición.
Que hagamos un viaje de lujo en metro
y caminemos como señores el domingo
por las calles y parques del centro
y nuestro festín sea helados y nubes de algodón,
Que después de ocho horas tengamos descanso
vacaciones pagadas y derecho a jubilación,
que la enfermada no venga con miedos,
con despidos ni amenazas de destitución.
Y fruta y pan en las tiendas del barrio,
y teatros y cines con doble función,
carril bici para ir a cualquier lado,
un cielo más azul, sin polución.
Que no me hipotequen el año,
que no inviertan mi pensión,
en mentiras y tarjetas de plástico;
quiero salud, bienestar y educación.
Salud y bienestar para todos,
la misma educación, sin condición,
calle libre con derecho a protesta,
sin censura, sin violencia, sin represión.
Repartamos la pobreza en el nuevo año:
que la riqueza sea tesoros en bolsillos de niños
que el dinero estén en los bancos de la plaza
donde las palomas y los viejos disfrutan del sol.
1 comentario:
Muchas gracias por ese poema, estimado Álvaro.
Que el 2020 sea 20/20
Abrazo !
Publicar un comentario