Cuando las nubes abandonan
el cielo de Quito
los gigantes dormidos
vestidos de blanco
sobre el azul infinito
del cielo, del tiempo testigo
de su desnudez oculta
a hombres de ceniza y mito,
desafían el juego.
Cuando las nubes abanzonan
el cielo de Quito,
se pueden ver las entrañas
convexas de una tierra árida
donde se aman los dioses andinos
y a los pobres mortales graban
en el rostro las marcas
símbolos de lo finito:
vidas humanas, eternos montes,
Cuando las nubes abandonan
el cielo de Quito
El Sol saluda a los dioses
que lucen sus blancos colores
y hablan con rostro dormido
del sobrecogimiento de hombres
que aún han entendido:
que no so más que simples mortales,
que en los cerros duermen los dioses.
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