Había una vez un tiempo en que el cine eran sueños y uno se sentaba en la oscuridad del teatro y entre cuchicheos y risas, comenzaba la película, y de pronto, uno se veía atrapado dentro de la trama, fuese la que fuese, y al final, salía del cine, a encontrarse con el mundo real, con una sonrisa en la cara, o al menos con la sensación de haber pasado un buen rato, aunque la película no fuese ninguna joya.
Había un tiempo. Lo sigue habiendo, pero uno tiene que buscar y rebuscar para encontrar películas que funcionen con los espectadores de la manera arriba descrita. Por lo general, las películas que se estrenan en las salas comerciales, aquellas made in Hollywood (o made in Spain o donde sea) suelen dejar al espectador con una sensación de enfado, enfado por haber malgastado 6 Euros y 2 horas de su preciado tiempo.
Ayer fuí a ver Soy Leyenda (I Am Legend, 2007) Tercera adaptación de la magistral novela de ciencia ficción y horror de Richard Matheson. Un auténtico bodrio. La nueva película, me refiero. La primera adaptación a la gran pantalla, The Last Man On Earth (1964) es perfecta; la segunda El último hombre vivo (The omegan man, 1971) es buena, entretenida; la nueva versión que se acaba de estrenar en los cines es un asco, por no utilizar palabras peores.
A parte de ser una película efectista, que busca el fusto facil a base de escenas impactantes y efectos de sonido fuera de tono, destroza el espíritu, la esencia de la novela de Matheson. Sí, sí, la linea argumental es la misma, pero la película no tiene nada más que ver con la novela. Podría llenar páginas de este blog comentando los mil y un tópicos del cine acutal, todos bien reflejados en Soy Leyenda, podría destacar cuántos minutos desperdiciados hay en la película. Paso de hacerlo. Simplemente, no vayáis a verla. Haceros ese favor. No merece la pena.
Adaptar un libro al cine es una tarea bastante complicada, digo yo, y parece que hoy día, la industria cinematográfica, falta de ideas, llena de personas con el cerebro seco, se dedican a hacer remakes y nuevas adaptaciones de clásicos como churros. Claro, luego sale lo que sale.
La primera versión cinematográfica de esta novela, capturaba perfectamente el espíritu, la esencia de la novela, tal cual lo penso el autor, sin necesidad de efectos especiales, de sustos forutítos, de grandes decorados y escenas acrobáticas de acción increíbles. La película conseguía dejarte pegado al asiento, te incomodaba y te dejaba con una sensación de desasosiego al final. Tal y como lo quería Matheson. Era una adaptación de verdad, igual que el Fahrenheit 451 de Truffaut, o que muchas otras.
Debe ser que, como dice mi amigo Mario, estamos en una sociedad en decaimiento. No se si es eso, pero nos volvemos cada vez más simples y superficiales, y nos escandalizamos por cosas no tan importantes como pensamos, sólo porque no son lo que esperamos, porque van en contra de los valores y moral que nos han constrído poco a poco sin que nos diesemos cuenta y que nos venden como únicos e inalteralbes, ocultamos la muerte, lo desagradable, lo disfrazamos y damos explicaciones sencillas a asuntos realmente complicados, quizá para no pensar (o no hacer a la gente pensar)
La nueva adapación de Soy Leyenda es fiel reflejo de todo esto. No vayáis a verla. Quedáos en casa con la familia, con los amigos, o con el gato comiendo turrón y disfrutando de algo mejor.
Y si la vais a ver, leed luego la novela de Matheson, recientemente reeditada por Minotauro, o buscar por ahí la primera versión en cine, The Last Man On Earth. Y luego comparad la falsa adaptación acutal y la verdadera histoira original. Creo que entones entenderéis perfectamente de que hablo.
Y eso sí, cuando os sumerjáis en la novela, hacedlo sin prejuicios, aunque no os guste lo que está sucediendo. Las cosas, normalmente, no son como uno quiere, lo cual no significa que sean por tanto malas.
Realidad y ficción, una mirada personal al mundo exterior, una puerta de salida para pensamientos atrapados.
El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara
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lunes, 24 de diciembre de 2007
viernes, 21 de diciembre de 2007
Cine de ciencia ficción
Creo que al fin he visto prácticamente todas las principales películas del género de ciencia ficción. Quizá la afirmación parezca un tanto exagerada, evidentemente, no he visto todas, ni probablemente prácticamente todas, las películas de ciencia ficción que se han producido en estos más de 100 años de cine, pero puedo decir orgulloso que he visto la mayoría de los filmes que aparecen en los listados o recopilaciones de Las mejores películas de ciencia ficción. Yo mismo creé mi propio listado, el cual podéis ver en este mismo blog.
Aunque he conseguido ver auténticas -y en muchos casos maravillosas- rarezas, hay una serie de películas, clásicos, cine de culto, que no he podido localizar. Si alguien tiene información de dónde las puedo encontrar, o si tiene una copia, le invito a que la comparta poniéndose en contacto a través de este blog o en el email agundin[at]gmail.com
Las "joyas" inencontrables son las siguientes:
- Algol (1920) de Hans Werckmiester
- Madrid en el año 2000 (1925) de Manuel Noriega
- Una fantasía del porvenir (Just imagine) (1930) de David Butler
- The Twonky (1953) de Arch Oboler
- La lupa (1955) de Luís Lucía
- La hora incógnita (1963) de Mariano Ozores
- The Bubble (1966) de Arch Oboler
- Der grosse verhau (1971) de Alexander Kluge
- Vandaag of morgen (1976) de Roeland Kerbosh
Otras que he localizado en video o DVD pero sólo en sistema/ zona norteamericano:
- F.P. 1 (1932) de Karl Hartl
- The Creation of the humanoids (1962) de Wesley Barry
Aunque he conseguido ver auténticas -y en muchos casos maravillosas- rarezas, hay una serie de películas, clásicos, cine de culto, que no he podido localizar. Si alguien tiene información de dónde las puedo encontrar, o si tiene una copia, le invito a que la comparta poniéndose en contacto a través de este blog o en el email agundin[at]gmail.com
Las "joyas" inencontrables son las siguientes:
- Algol (1920) de Hans Werckmiester
- Madrid en el año 2000 (1925) de Manuel Noriega
- Una fantasía del porvenir (Just imagine) (1930) de David Butler
- The Twonky (1953) de Arch Oboler
- La lupa (1955) de Luís Lucía
- La hora incógnita (1963) de Mariano Ozores
- The Bubble (1966) de Arch Oboler
- Der grosse verhau (1971) de Alexander Kluge
- Vandaag of morgen (1976) de Roeland Kerbosh
Otras que he localizado en video o DVD pero sólo en sistema/ zona norteamericano:
- F.P. 1 (1932) de Karl Hartl
- The Creation of the humanoids (1962) de Wesley Barry
jueves, 20 de diciembre de 2007
El rostro
La calle peatonal el domingo era un río de gente. Había caído la noche en la fría tarde de diciembre, pero la gente, encogida dentro de sus abrigos, oculta tras guantes y bufandas, paseaba tranquila, fluyendo lentamente, sin prisa por desembocar en ningún sitio.
él avanzaba entre la gente, pensativo, dejándose llevaro por las luces y los colores de los escaparates de tiendas y cafés, observando la gente que caminaba tranquilamente, sola, de la mano, conversando, siguiendo la mano impaciente de un niño, gente refugiada en su mundo, lejos del frío de invierno, buscando el calor de un café o de un sueño de plástico.
Allí estaba ella. La vio pasar fugazmente, un rostro anónimo, desconocido, pero por alguan razón, él se le quedó mirando. Sus miradas a pensas se cruzaron, pero, de pronto, él estaba allí quieto, observando aquel rostro de facciones finas y decididas, de mirada cálida y despreocupada y pelo lacio, libre, suelto al viento.
El encuentro a penas duró unos instantes, pero aquel rostro permaneció en su mente durante el resto de la tarde. En casa, ya en la cama, no conseguía dormirse, aquel rostro seguía ocupando su pensamiento, aparecía grabado en el interior de sus párpados, brillando bajo la luz de la lámpara de la habitación. Se levantó y sobre un papel esbozó aquel rostro con trazos rápidos, libres y concisos.
A la mañana siguiente el dibujo permanecía sobre el escritorio mirándole fijamente, llamándole. Volvió todos los días, paseo por la misma calle, esperando cruzarse con ella de nuevo, doblando las esquinas impaciente, deseando que ella apareciese al otro fugaz, como aquella vez. Sin embargo, no había rostro tras las esquinas, ni tras los cristales de los cafés.
El boceto a lápiz colgaba ahora de la pared de la habitación. Ella le miraba a través de aquellos ojos vivos de carboncillo, llamándole, invitándole. ¿Por qué, por qué? Qué tenía aquella cara. la había visto una sola vez, durante apenas unos instantes, sin embargo, le hipnotizaba. Había algo que le instaba a buscarla, a conocerla, a hablar con ella...
Erea domingo por la tarde, ya anochecida. La gente paseaba tranquilamente por la calle peatonal bajo el frío de invierno. El viento soplaba juguetón, haciendo volar las bufandas de los niños como cometas, un viento inquieto que se colaba por las rendijas de puertas y ventanas, despertando a la gente adormecida en sus casas, despojándoles de esa fina pátina de polvo que se había depositado léntamente la tarde del domingo.
En una casa un ventana estaba abierta. No había nadie dentro de la habitacón, iluminada a penas por la ténue luz de una farola. Un cuarto vacío, apagado, recorrido por el frío viento que entraba y revoloteaba llevándo consigo papeles de sueños acumilados durante años, arrancándolos de su prisión y haciéndolos volar libres por la ciudad como copos de una nevada temprana. Y allí, viajaba aquel rostro sobre papel, volando entre los edificios, pasando veloz por las calles, hacia los campos, más allá de las vías del tren.
Él, pensativo, aguardaba sentando en el vagón, esperando, nervioso, a que el jefe de estación tocara el silbato de salida. Vió el rostro pegarse al cristal durante unos breves instantes, y después desaparecer de nuevo llevado por el viento. "Esta vez no te escapas", pensó.
Se oyó un silbido. El tren avandonó léntamente la ciudad, perdiendose en la lejanía, iluminando a su paso la oscura y fría noche de invierno.
él avanzaba entre la gente, pensativo, dejándose llevaro por las luces y los colores de los escaparates de tiendas y cafés, observando la gente que caminaba tranquilamente, sola, de la mano, conversando, siguiendo la mano impaciente de un niño, gente refugiada en su mundo, lejos del frío de invierno, buscando el calor de un café o de un sueño de plástico.
Allí estaba ella. La vio pasar fugazmente, un rostro anónimo, desconocido, pero por alguan razón, él se le quedó mirando. Sus miradas a pensas se cruzaron, pero, de pronto, él estaba allí quieto, observando aquel rostro de facciones finas y decididas, de mirada cálida y despreocupada y pelo lacio, libre, suelto al viento.
El encuentro a penas duró unos instantes, pero aquel rostro permaneció en su mente durante el resto de la tarde. En casa, ya en la cama, no conseguía dormirse, aquel rostro seguía ocupando su pensamiento, aparecía grabado en el interior de sus párpados, brillando bajo la luz de la lámpara de la habitación. Se levantó y sobre un papel esbozó aquel rostro con trazos rápidos, libres y concisos.
A la mañana siguiente el dibujo permanecía sobre el escritorio mirándole fijamente, llamándole. Volvió todos los días, paseo por la misma calle, esperando cruzarse con ella de nuevo, doblando las esquinas impaciente, deseando que ella apareciese al otro fugaz, como aquella vez. Sin embargo, no había rostro tras las esquinas, ni tras los cristales de los cafés.
El boceto a lápiz colgaba ahora de la pared de la habitación. Ella le miraba a través de aquellos ojos vivos de carboncillo, llamándole, invitándole. ¿Por qué, por qué? Qué tenía aquella cara. la había visto una sola vez, durante apenas unos instantes, sin embargo, le hipnotizaba. Había algo que le instaba a buscarla, a conocerla, a hablar con ella...
Erea domingo por la tarde, ya anochecida. La gente paseaba tranquilamente por la calle peatonal bajo el frío de invierno. El viento soplaba juguetón, haciendo volar las bufandas de los niños como cometas, un viento inquieto que se colaba por las rendijas de puertas y ventanas, despertando a la gente adormecida en sus casas, despojándoles de esa fina pátina de polvo que se había depositado léntamente la tarde del domingo.
En una casa un ventana estaba abierta. No había nadie dentro de la habitacón, iluminada a penas por la ténue luz de una farola. Un cuarto vacío, apagado, recorrido por el frío viento que entraba y revoloteaba llevándo consigo papeles de sueños acumilados durante años, arrancándolos de su prisión y haciéndolos volar libres por la ciudad como copos de una nevada temprana. Y allí, viajaba aquel rostro sobre papel, volando entre los edificios, pasando veloz por las calles, hacia los campos, más allá de las vías del tren.
Él, pensativo, aguardaba sentando en el vagón, esperando, nervioso, a que el jefe de estación tocara el silbato de salida. Vió el rostro pegarse al cristal durante unos breves instantes, y después desaparecer de nuevo llevado por el viento. "Esta vez no te escapas", pensó.
Se oyó un silbido. El tren avandonó léntamente la ciudad, perdiendose en la lejanía, iluminando a su paso la oscura y fría noche de invierno.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Peter Watkins en DVD
No se cuantos de vosotros ahí fuera sabéis quien es Peter Watkins, o si os habéis enterado de que ¡por fin! se publica algo suyo en DVD en España. Un auténtico milagro. Punishment Park, esta disponible en DVD en versión original con subtítulos en castellano.
Yo me he enterado de rebote, así que voy a darle un poco de promoción para que la gente descubra semejante maravilla y empiece a ver el peculiar cine de Watkins.
Peter Watkins en un director inglés que, creo es uno de los que mejor se merecen la etiqueta de independiente, porque, la factura de sus películas, escapa totalmente a los estándares a los que estamos acostumbrados. El propio Watkins es una de las principales figuras en la lucha por despertar la conciencia crítica del público, denunciando las manipulaciones a las que nos someten los medios de comunicación de forma pasiva, y ofreciendo alternativas a esta situación actual. Estoy empezando a leer el manifiesto que está colgado en su página web, así que en breve supongo tendré una mejor visión sobre lo que pretende este cineasta que, en los últimos meses, a empezado a ensanchar mi horizonte -cinematrográficamente hablando-, y eso que apenas he visto 3 películas suyas. Esperemos que la publicación en DVD de Punishment Park no se quede en algo anecdótico y se editen más títulos de Peter Watkins en España.
Sobre la película. Punishment Park (1970)
Lo mejor que puedo hacer, creo, es copiar la sinopsis de la carátula del DVD
"1970. Se intensifica la Guerra de Vietman. hay masivas protestas públicas en Estados Unidos y en todo el mundo. El presidente Nixon declara un estado de emergencia nacional y las autoridades federales tienen autoridad para detener a personas que supongan <>. En una zona desierta al sudoeste de California un tribunal civil dicta sentencia sobre un grupo de disidentes y les da la opción de participar en ejercicios de entrenamiento para la seguridad del estado den Bear Mountain National Punishment Park. En una atmósfera de agresión e intimidación, y con altas temperaturas, los prisioneros deben luchar por sus vidas ya que son perseguidos por las fuerzas de la ley y el orden"
Si a esto añadimos que se trata de una película rodada con aspecto de documental (ficticio), partiendo de un supuesto que, por desgracia, podría hacerse realidad cualquier día, creo que resta poco más que decir. Ved la película. No hay otra cosa que se le parezca. Parece real. Pone los pelos de punta. Y asusta. Asusta que algo así pueda pasar. Es ficción, pero demasiado cerca de la realidad.
Yo me he enterado de rebote, así que voy a darle un poco de promoción para que la gente descubra semejante maravilla y empiece a ver el peculiar cine de Watkins.
Peter Watkins en un director inglés que, creo es uno de los que mejor se merecen la etiqueta de independiente, porque, la factura de sus películas, escapa totalmente a los estándares a los que estamos acostumbrados. El propio Watkins es una de las principales figuras en la lucha por despertar la conciencia crítica del público, denunciando las manipulaciones a las que nos someten los medios de comunicación de forma pasiva, y ofreciendo alternativas a esta situación actual. Estoy empezando a leer el manifiesto que está colgado en su página web, así que en breve supongo tendré una mejor visión sobre lo que pretende este cineasta que, en los últimos meses, a empezado a ensanchar mi horizonte -cinematrográficamente hablando-, y eso que apenas he visto 3 películas suyas. Esperemos que la publicación en DVD de Punishment Park no se quede en algo anecdótico y se editen más títulos de Peter Watkins en España.
Sobre la película. Punishment Park (1970)
Lo mejor que puedo hacer, creo, es copiar la sinopsis de la carátula del DVD
"1970. Se intensifica la Guerra de Vietman. hay masivas protestas públicas en Estados Unidos y en todo el mundo. El presidente Nixon declara un estado de emergencia nacional y las autoridades federales tienen autoridad para detener a personas que supongan <
Si a esto añadimos que se trata de una película rodada con aspecto de documental (ficticio), partiendo de un supuesto que, por desgracia, podría hacerse realidad cualquier día, creo que resta poco más que decir. Ved la película. No hay otra cosa que se le parezca. Parece real. Pone los pelos de punta. Y asusta. Asusta que algo así pueda pasar. Es ficción, pero demasiado cerca de la realidad.
martes, 11 de diciembre de 2007
Tierra de olivos y castillos
Provincia de Jaén. Pensando en ir allí este pasado puente de la Constitución, lo único que me venía a la mente eran los olivos y el aceite. Luego, mirando el mapa, empecé a recordar. Fue zona minera, de plomo si no me falla la memoria (La Carolina) y, aún más atrás, no ¿no fue una de las fronteras entre Al-Andalus y los reinos cristianos en la reconqusita? Las Navas de Tolosa, también están en Jaén.
Así, de repente, me encontré ojeando guías y páginas de internet, llenando mi agenda de notas sobre lugares de esta provincia andaluza que merece la pena visitar. Demasiado para tan sólo 4 días. Al final hubo que conformarse con ver las tres ciudades monumentales de Jaén: Baeza, Úbleda y Jaén capital, a la velocidad del rayo, y con alguna que otra escapada entre medias. Un viaje cansado, pero merecedor del mismo, y que me ha servido para dar una primera "descubierta" a zona de España.
El viaje comenzó con un horrible viaje hasta Madrid, pues el que aquí escribe, cometió la osadía de tomar un bus con paradas hasta la capital. ¡Ay! Me parece que después de esto me hago usuario perpetuo del tren... por lo menos así podré pasear y estirar las piernas. Lo del viaje a la capital es condición obligatoria. El trazado radial de nuestras carreteras, si bien tiene un montón de ventajas, tiene también la desventaja de que uno tiene a la fuerza que pasar por Madrid, aunque no quiera; y si uno viaja en tren o bus, se dará cuenta de que, a fectos de comunicaciones norte-sur, España está divida en dos zonas: no hay forma de ir directo desde estas tierras leonesas a la verde Al-Andalus; la parada en Madrid, al menos por un par de horas, es obligatoria.
Tampoco digo que Madrid sea un infierno. Salir o entrar o estar en transito lo es, pero una vez que uno llega al corazón de la ciudad, todo cambia.
Continuando con el viaje, después de mi noche madrileña, me monté en un tren cargado hasta los topes de gente y maletas y atravesando La Mancha y cruzando Despeñaperros (que pensé sería mas imponente) llegué a una tierra sembrada de norte a sur, de este a oeste, de olivos, todos en ileras, en una cuadrícula de precisión matemática que se extiende más allá de donde alcanza la vista. Y en medio de estos campos de olivos, salteados, pequeños pueblos, de pequeñas casas pintadas de blanco, vigiladas por un castillo subido en lo alto de una loma. Y es que la provincia de Jaén, es la que más castillos tiene.
Tras dejar el tren, la primera parada fue Baeza, pequeña ciudad monumento de la humanidad -o algo así,.. hablo de memoria- que yo conocía por el Palacio de Jabalquinto y por estar en ella la academia de la Guardia Civil -será porque el verde del uniforme se camufla con el de los olivos (chiste malo número....)- gracias a lo que, dicho sea de paso, yo me vi puesto en ruta a tierras jeneses para ver a un amigo guardia civil en pontencia.
Tras un paseo por las calles de Baeza, por la tarde, antes de que los últimos rayos de sol nos mandasen para casa, visitamos Cazorla, esperando encontrarnos con un pueblo de montaña al estilo de la montaña leonesas, y en su lugar dando con un precioso pueblo colgado a los pies de una montaña con un imponente castillo vigilando a los vecinos. No tuvimos tiempo ya de pasear por ninguna de las rutas del parque natural, otra vez sera, pero callejeamos disfrutamos de las vistas de este hermoso enclave.
A decir verdad, lo único que echaba para casa a uno en estas noches jienenses era la necesidad de dormir y descansar para madrugar y aprovechar el día siguiente, porque, a pesar de estar ya en diciembre, por aquellos lares del sur, el tiempo es todavía agradable. Se puede caminar una tarde con apenas una chaqueta sobre los hombros, es como si allí acabase de llegar el otoño con los árboles empezando a mudar el color de las ojas y la niebla apoderándose de las calles alguna que otra mañana. Ésta es una de las maravillas de este país. Recorriendo unos 600 kilómetros, uno cambia de clima, incluso de estación.
Jaén capital, es, al menos para nosotros, nerviosos personajes del norte, un auténtico caos circulatorio. Quizá fuese que eran el puente y había más gente de lo habitual, pero la verdad, es que cirucularo -y no digamos aparcar- por esa ciudad, es decididamente dificil. Supongo que no hace falta más que paciencia, buen humor y una sonrisa amable, algo de lo que, por suerte, gozan todos los andaluces con que nos cruzamos por el camino. Gente amable, tranquila, que se toma la vida con clama y que, es capaz de meter un minibus urbano por medio de unas callejuelas estrechísimas sin que nadie se vea perturbado (salvo el asombrado turista que se queda mirado "que demonios..."
Jaén tiene mucho que ver: su catedral, los magníficos baños árabes, palacios, museos,... pero yo me quedo con el imponente casitillo de Sta. Catalina que vigila la ciudad desde un un cerro próximo. Sobran palabras para describir la emonción del ascenso hasta el castillo y las vistas que se disfrutan desde el mismo si el tiempo lo permite. Además de aprender un poco de historia gracias al maravillos montaje que han preparado dentro de los muros de la fortaleza.
La tercera ciudad monumental de la provincia no se queda atrás. Úbeda es un auténtico sembrado de casas solariegas, palacios, iglesias,... no da tiempo de perderse por todos los rincones y monumentos de la ciudad en una solo día. Aquellos que llegan y se quedan en Carrefour, a la entrada del pueblo desde Baeza (y haberlos hailos) no saben lo que se pierden. A nosotros nos llevó un poco de tiempo dar con el corazón de la ciudad, pero, a falta de plano en mano, siempre hay un vecino presto a dar todas las indicaciones necesarias para que no se pierda uno por la ciudad. Esta amabilidad desinteresada de los andaluces, es algo que no deja de sorprenderme y agradarme, a ver si aprendemos algo de ellos por aquí arriba.
El último día decidimos escapar de las tierras de Jaén y poner rumbo a la capital del califato: Córdoba. La última vez que estuve en esta ciudad, hace ahora más de 10 años, fue en una visita relámpago a la magnífica mezquita y la también preciosa sinagoga, así que, me gustó volver y esta vez, al margen de pelearme con una auténtica borágine de turistas-saca-fotos por entrar en los distintos monumentos, perderme por las callejuelas de la ciudad, viendo portales azlejados, hermosos patios andaluces, y degustando algún que otro palto típico cordobés.
Si hay algo del viaje que cambiaría, sería la fecha del mismo. Las vacaciones de la gente deberían ser por turnos y no todos la la vez. Es un caos de tráfico, de gente en tránsito en las estaciones, de colas interminables y empujones en todos los monumentos, y cabezas asomando por las esquinas del objetivo de la cámara de fotos. Me gustan viajes más tranquilos, pero a veces no queda otra opción, y, también es bueno de vez en cuando dejarse llevar por la riada de gente y perderse y desconectar, para despertar después metido en un tren o bus, adormecido, cansado, pero contento y con ganas de más y más viajes.
Así, de repente, me encontré ojeando guías y páginas de internet, llenando mi agenda de notas sobre lugares de esta provincia andaluza que merece la pena visitar. Demasiado para tan sólo 4 días. Al final hubo que conformarse con ver las tres ciudades monumentales de Jaén: Baeza, Úbleda y Jaén capital, a la velocidad del rayo, y con alguna que otra escapada entre medias. Un viaje cansado, pero merecedor del mismo, y que me ha servido para dar una primera "descubierta" a zona de España.
El viaje comenzó con un horrible viaje hasta Madrid, pues el que aquí escribe, cometió la osadía de tomar un bus con paradas hasta la capital. ¡Ay! Me parece que después de esto me hago usuario perpetuo del tren... por lo menos así podré pasear y estirar las piernas. Lo del viaje a la capital es condición obligatoria. El trazado radial de nuestras carreteras, si bien tiene un montón de ventajas, tiene también la desventaja de que uno tiene a la fuerza que pasar por Madrid, aunque no quiera; y si uno viaja en tren o bus, se dará cuenta de que, a fectos de comunicaciones norte-sur, España está divida en dos zonas: no hay forma de ir directo desde estas tierras leonesas a la verde Al-Andalus; la parada en Madrid, al menos por un par de horas, es obligatoria.
Tampoco digo que Madrid sea un infierno. Salir o entrar o estar en transito lo es, pero una vez que uno llega al corazón de la ciudad, todo cambia.
Continuando con el viaje, después de mi noche madrileña, me monté en un tren cargado hasta los topes de gente y maletas y atravesando La Mancha y cruzando Despeñaperros (que pensé sería mas imponente) llegué a una tierra sembrada de norte a sur, de este a oeste, de olivos, todos en ileras, en una cuadrícula de precisión matemática que se extiende más allá de donde alcanza la vista. Y en medio de estos campos de olivos, salteados, pequeños pueblos, de pequeñas casas pintadas de blanco, vigiladas por un castillo subido en lo alto de una loma. Y es que la provincia de Jaén, es la que más castillos tiene.
Tras dejar el tren, la primera parada fue Baeza, pequeña ciudad monumento de la humanidad -o algo así,.. hablo de memoria- que yo conocía por el Palacio de Jabalquinto y por estar en ella la academia de la Guardia Civil -será porque el verde del uniforme se camufla con el de los olivos (chiste malo número....)- gracias a lo que, dicho sea de paso, yo me vi puesto en ruta a tierras jeneses para ver a un amigo guardia civil en pontencia.
Tras un paseo por las calles de Baeza, por la tarde, antes de que los últimos rayos de sol nos mandasen para casa, visitamos Cazorla, esperando encontrarnos con un pueblo de montaña al estilo de la montaña leonesas, y en su lugar dando con un precioso pueblo colgado a los pies de una montaña con un imponente castillo vigilando a los vecinos. No tuvimos tiempo ya de pasear por ninguna de las rutas del parque natural, otra vez sera, pero callejeamos disfrutamos de las vistas de este hermoso enclave.
A decir verdad, lo único que echaba para casa a uno en estas noches jienenses era la necesidad de dormir y descansar para madrugar y aprovechar el día siguiente, porque, a pesar de estar ya en diciembre, por aquellos lares del sur, el tiempo es todavía agradable. Se puede caminar una tarde con apenas una chaqueta sobre los hombros, es como si allí acabase de llegar el otoño con los árboles empezando a mudar el color de las ojas y la niebla apoderándose de las calles alguna que otra mañana. Ésta es una de las maravillas de este país. Recorriendo unos 600 kilómetros, uno cambia de clima, incluso de estación.
Jaén capital, es, al menos para nosotros, nerviosos personajes del norte, un auténtico caos circulatorio. Quizá fuese que eran el puente y había más gente de lo habitual, pero la verdad, es que cirucularo -y no digamos aparcar- por esa ciudad, es decididamente dificil. Supongo que no hace falta más que paciencia, buen humor y una sonrisa amable, algo de lo que, por suerte, gozan todos los andaluces con que nos cruzamos por el camino. Gente amable, tranquila, que se toma la vida con clama y que, es capaz de meter un minibus urbano por medio de unas callejuelas estrechísimas sin que nadie se vea perturbado (salvo el asombrado turista que se queda mirado "que demonios..."
Jaén tiene mucho que ver: su catedral, los magníficos baños árabes, palacios, museos,... pero yo me quedo con el imponente casitillo de Sta. Catalina que vigila la ciudad desde un un cerro próximo. Sobran palabras para describir la emonción del ascenso hasta el castillo y las vistas que se disfrutan desde el mismo si el tiempo lo permite. Además de aprender un poco de historia gracias al maravillos montaje que han preparado dentro de los muros de la fortaleza.
La tercera ciudad monumental de la provincia no se queda atrás. Úbeda es un auténtico sembrado de casas solariegas, palacios, iglesias,... no da tiempo de perderse por todos los rincones y monumentos de la ciudad en una solo día. Aquellos que llegan y se quedan en Carrefour, a la entrada del pueblo desde Baeza (y haberlos hailos) no saben lo que se pierden. A nosotros nos llevó un poco de tiempo dar con el corazón de la ciudad, pero, a falta de plano en mano, siempre hay un vecino presto a dar todas las indicaciones necesarias para que no se pierda uno por la ciudad. Esta amabilidad desinteresada de los andaluces, es algo que no deja de sorprenderme y agradarme, a ver si aprendemos algo de ellos por aquí arriba.
El último día decidimos escapar de las tierras de Jaén y poner rumbo a la capital del califato: Córdoba. La última vez que estuve en esta ciudad, hace ahora más de 10 años, fue en una visita relámpago a la magnífica mezquita y la también preciosa sinagoga, así que, me gustó volver y esta vez, al margen de pelearme con una auténtica borágine de turistas-saca-fotos por entrar en los distintos monumentos, perderme por las callejuelas de la ciudad, viendo portales azlejados, hermosos patios andaluces, y degustando algún que otro palto típico cordobés.
Si hay algo del viaje que cambiaría, sería la fecha del mismo. Las vacaciones de la gente deberían ser por turnos y no todos la la vez. Es un caos de tráfico, de gente en tránsito en las estaciones, de colas interminables y empujones en todos los monumentos, y cabezas asomando por las esquinas del objetivo de la cámara de fotos. Me gustan viajes más tranquilos, pero a veces no queda otra opción, y, también es bueno de vez en cuando dejarse llevar por la riada de gente y perderse y desconectar, para despertar después metido en un tren o bus, adormecido, cansado, pero contento y con ganas de más y más viajes.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Big Judy
Buff. Aún tengo sobredosis musical. Pero tenía que recomendar este disco ya de algún modo u otro. Me da la sensación de que me he metido en una camisa de once baras, pero allá voy. Digo lo de la camisa porque si he escuchado alguna vez a una artista dificil de clasificar y describir, esa es Judy Henske.
Creo que la mejor manera de que sepáis como suena esta dama -a parte de oyendo sus discos, evidentemente- es contar aquí a grandes trazos su biografía, o mejor dicho su curioso periplo musical.
Judy Henske destacó a principios de los años 60 dentro de ese "revivial" que tuvo la música folk en Estados Unidos entre finales de los 50 y principios de la década de 1960. Una etapa que nos dejó voces femeninas como las de Joan Baez, Judy Collins, Carolyn Hester, Buffy Saint-Marie, o, más avanzado el tiempo, Joni Mitchell. Sin embargo a diferencia de estas intérpretes, Judy Henske fue mucho más allá, optó por seguir un camino diferente, propio, personal, saliéndose contiuamente de lo que la industria podía esperar de una intérprete folk. Así, en sus trabajos Judy Henske empezó a mezclar el folk con gotas de Jazz, a incluir secciones de viento, batería, en sus grabaciones, eligiendo letras divertidas, atrevidas, llevando su música fuera de las cafeterías folk y metiéndola en clubs nocturnos. Sus primeros discos, Judy Henske (1963) y High Flying Bird (1964) son prueba de ello.
Pero la cosa no se paró ahí. Poco después Miss Henske grababa con Jack Nitzsche y empezaba a encaminarse hacia el folk-rock y la psicodelia y, en 1968 nos regalaba un maravilloso LP grabado a duo Jerry Yester -por entonces su marido- titulado Farewell Aldebaran. Un disco incomprendido y olvidado en su tiempo que hoy desata pasiones. A principios de los 70 militó en Rosebud, una banda de Folk/Country-rock muy acorde con los tiempos y de vida muy efímera (apenas un disco) y luego, se retiró, despareció para dedicarse a su familia, para criar a su hija fuera del rudio del mundo del espectáculo.
Judy Henske siguió estando ahí, apartada, pero viva, escribiendo maravillosos temas con su marido el pianista Craig Doerge (famoso por su trabajo como músico de estudio con Crosby & Nash, Jackson Browne, James Taylor y muchos otros) Canciones como la mítica "Yellow Beach Umbrella" que tanta gente a grabado (entre ellas Bette Midler) o la maravillosa "Might As Well Have a Good Time" que grabaron Crosby, Stills & Nash en 1982.
Sólo sus fans más acérrimos buscaban sus discos y la seguían recordando, cuando, a finales de los 90, con su hija ya crecida, Judy Henske decidió volver al escenario llena de energía. Desde entonces Mrs. Henske, acompañada por Craig Doerge, viene actuando por la geografía nortemaericana manteniendo vivas viejas canciones y regalándonas otras nuevas que podemos oir en sus magníficos nuevos CDs -Loose in this world (1999) y She sang California (2004)
Dicho esto, a principios de 2007 Rhino publicaba Big Judy: How Far This Music Goes 1962 - 2004, una maravillosa caja de dos CDs resumiendo toda la carrera de Judy Henske, incluyendo rarísimos singles inencontrables y algún que otro tema inédito, todo ello acompañado en un libreto hecho con mucho mimo. Una joya para todos sus fans, y la mejor manera para empezar a conocerla para aquellos aún no iniciados, que, probablemente no sabían bien por donde empezar a escuchar a Judy Henske dado diverso -y personal- que es su repertorio.
Una caja perfecta. Lo único malo es que es una edición limitada y numerada. Sólo se han publicado 5.000 copias. Y la mitad ya han "volado" Atrapad la vuestra mientras estéis a tiempo. Merece la pena. Como Judy, es algo irrepetible e inigualable.
Nota: La caja no se vende en las tiendas habituales, se puede adquirir diréctamente de Rhino Handmade y también en otras tiendas que distribuyen las ediciones limitadas de Rhino como Collector's Choice, Amazon o Amazon UK entre otras.
Página web de Judy Henske, donde podéis comprar muchos de sus discos y oir algunos temas No olvidéis echar un vistazo al CD de Craig Doerge en solitario.
Para escuchar // Para escuchar y ver
Creo que la mejor manera de que sepáis como suena esta dama -a parte de oyendo sus discos, evidentemente- es contar aquí a grandes trazos su biografía, o mejor dicho su curioso periplo musical.
Judy Henske destacó a principios de los años 60 dentro de ese "revivial" que tuvo la música folk en Estados Unidos entre finales de los 50 y principios de la década de 1960. Una etapa que nos dejó voces femeninas como las de Joan Baez, Judy Collins, Carolyn Hester, Buffy Saint-Marie, o, más avanzado el tiempo, Joni Mitchell. Sin embargo a diferencia de estas intérpretes, Judy Henske fue mucho más allá, optó por seguir un camino diferente, propio, personal, saliéndose contiuamente de lo que la industria podía esperar de una intérprete folk. Así, en sus trabajos Judy Henske empezó a mezclar el folk con gotas de Jazz, a incluir secciones de viento, batería, en sus grabaciones, eligiendo letras divertidas, atrevidas, llevando su música fuera de las cafeterías folk y metiéndola en clubs nocturnos. Sus primeros discos, Judy Henske (1963) y High Flying Bird (1964) son prueba de ello.
Pero la cosa no se paró ahí. Poco después Miss Henske grababa con Jack Nitzsche y empezaba a encaminarse hacia el folk-rock y la psicodelia y, en 1968 nos regalaba un maravilloso LP grabado a duo Jerry Yester -por entonces su marido- titulado Farewell Aldebaran. Un disco incomprendido y olvidado en su tiempo que hoy desata pasiones. A principios de los 70 militó en Rosebud, una banda de Folk/Country-rock muy acorde con los tiempos y de vida muy efímera (apenas un disco) y luego, se retiró, despareció para dedicarse a su familia, para criar a su hija fuera del rudio del mundo del espectáculo.
Judy Henske siguió estando ahí, apartada, pero viva, escribiendo maravillosos temas con su marido el pianista Craig Doerge (famoso por su trabajo como músico de estudio con Crosby & Nash, Jackson Browne, James Taylor y muchos otros) Canciones como la mítica "Yellow Beach Umbrella" que tanta gente a grabado (entre ellas Bette Midler) o la maravillosa "Might As Well Have a Good Time" que grabaron Crosby, Stills & Nash en 1982.
Sólo sus fans más acérrimos buscaban sus discos y la seguían recordando, cuando, a finales de los 90, con su hija ya crecida, Judy Henske decidió volver al escenario llena de energía. Desde entonces Mrs. Henske, acompañada por Craig Doerge, viene actuando por la geografía nortemaericana manteniendo vivas viejas canciones y regalándonas otras nuevas que podemos oir en sus magníficos nuevos CDs -Loose in this world (1999) y She sang California (2004)
Dicho esto, a principios de 2007 Rhino publicaba Big Judy: How Far This Music Goes 1962 - 2004, una maravillosa caja de dos CDs resumiendo toda la carrera de Judy Henske, incluyendo rarísimos singles inencontrables y algún que otro tema inédito, todo ello acompañado en un libreto hecho con mucho mimo. Una joya para todos sus fans, y la mejor manera para empezar a conocerla para aquellos aún no iniciados, que, probablemente no sabían bien por donde empezar a escuchar a Judy Henske dado diverso -y personal- que es su repertorio.
Una caja perfecta. Lo único malo es que es una edición limitada y numerada. Sólo se han publicado 5.000 copias. Y la mitad ya han "volado" Atrapad la vuestra mientras estéis a tiempo. Merece la pena. Como Judy, es algo irrepetible e inigualable.
Nota: La caja no se vende en las tiendas habituales, se puede adquirir diréctamente de Rhino Handmade y también en otras tiendas que distribuyen las ediciones limitadas de Rhino como Collector's Choice, Amazon o Amazon UK entre otras.
Página web de Judy Henske, donde podéis comprar muchos de sus discos y oir algunos temas No olvidéis echar un vistazo al CD de Craig Doerge en solitario.
Para escuchar // Para escuchar y ver
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