Hace tiempo que no escribo,
la primera carta es a mi padre,
dorada como el son en la montaña
calentando los huesos en la tarde.
Dice eso que dicen los hijos,
la vida sigue, caminado la misma calle,
con las manos sembrando sueños,
esos mismos que me enseñaste.
Hace tiempo que no escribo,
la primera carta es a mi madre,
doblada y metida en un libro,
para que nunca se escape,
y vuelva a contarle los domingos
un cuento de Rodari
que ella escribió en mis zapatos,
en mis manos, en mi sangre.
Hace tiempo que no escribo
a mi musa que la pereza espante
y que la primera carta sea a mi tía
con aroma a salitre y mares,
con voces de caracolas
con voz de niño con parche,
playa, toalla y sombrilla,
con estampado de flores.
Hace tiempo que no escribo,
y mi mudo corazón lo sabe:
sabe que siempre os pienso
y que es por vosotros que late.
No hay comentarios:
Publicar un comentario