Bogotá-tá-tá-tá-tá.
Se escucha un nuevo sonido,
se callan por fin las armas,
se abren por fin las vallas
de las calles del centro
y el silencio por fin calla.
Tus hijos e hijas pueblan
los parques y hablan y cantan
entre ellos de un futuro y una patria
donde las vidas ya no sangran
donde las heridas sanan.
Los cascos y fusiles ya no marchan,
se funden en la memoria
y dejan paso a la paz
entre hermanos y hermanas.
Bogotá-tá-tá-tá-tá.
Me gusta el nuevo sonido
de tu sabana.
1 comentario:
Gracias Alvarito. Una alegría esa esperanzada percepción de tu paso por nuestra tierra colombiana en la que confiamos que esa esperanza crezca y se vaya haciendo más común y más realidad cada día.
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