El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

jueves, 2 de mayo de 2019

Micrococa # 11: El día de fiesta que no era fiesta

Todo comenzó creo hace más o menos un mes, quizás algo más, cuando apresuradamente desde la gerencia se solicitó todas las actividades programadas para el mes de abril, con el fin de incluirlas todas en la agenda de las fiestas cantonales. "¿Todo abril?", pregunté. "Sí, sí, todo lo que tenga en abril." fue la respuesta indefinida.
Decidí no seguir con la réplica. Las fiestas son el día 30, martes, la fiesta debería empezar el fin de semana previo; exageradamente se podría estirar hasta el martes antes, pero ¿todo el mes de abril? ¿Qué tendrán que ver el Día de Libro, o el Día Nacional del Patrimonio Cultural, que también son en abril, con las fiestas del Cantón? ¿Qué tendrán que ver todas nuestras actividades, programas, conciertos, sesiones de cine, etc., que de desarrolla de manera habitual todas las semanas, todos los meses del año?

El resultado de todo el mes de abril fue una agenda, en forma de postal, en la que no había como escribir nada porque las letras, minúsculas por cierto, tan apretadas, ocupaban todo el reverso de la postal. Uno no sabía si empezar al leer por el principio, pues se iba a cansar leyendo tanto, o no leer y quedarse sólo con la foto e ir al museo a preguntar. Lo único indiscutible es que era un instrumento sin pérdida: ahí estaban todas las fechas, todas las actividades de abril. Todas así escritas de corrido. Parecía una maratón. Uno quedaba exhausto sólo de leerla.

Exhaustos quedamos todos: Cine todos los jueves y todos los sábados de abril. Conciertos o teatros todos los viernes de abril. Semana dedicada al Patrimonio Cultural, Día Nacional del Patrimonio Cultural lleno de visitas y juegos, semana de mediación y difusión de la literatura, Día del Libro dos veces porque así duplicado se fue en la agenda... Y al final, llegaron las fiestas. 29 y 30 de traca final, y el 1 de mayo para descansar.

Estábamos preparando los cohetes para el último día cuando empezaron a llegar los rumores y luego los decretos. "Se les informa que el 1º de mayo se celebrará el viernes día 3", dijo el Presidente de la Nación. Luego, para no quedarse corto, el alcalde o el gobernador, vaya usted a saber cuál de los dos, sacó otro decreto: "Se les informa que la festividad por el aniversario del Cantón, 30 de abril, se trasladará al jueves 2 de mayo". Toma ya. Fantástico feriado para irse a la playa, con la postal-agenda de fiestas de abanico, porque a eso quedó convertida con tanto cambio inesperado.

Nosotros claro, fieles a nuestra agenda, seguimos con las actividades de fiesta aunque ya no fuera fiesta: compromisos hay, visitas programadas hay, alguien vendrá, seguro. Y al alcalde también parece que se le atragantó tanto cambio: el 30 de abril, día de fiesta aunque ya no era fiesta, dijo que habría el desfile cívico y la sesión solemne: la ciudad amaneció con traca pirotécnica y todo el mundo, aunque ya no fuera fiesta, se echó a la calle, con bastoneras y tambores incluidos, al son de las bandas de de guerra. Los locales de negocios, abiertos porque ya no era fiesta, se vaciaban en el momento en el que el desfile pasa por delante de ellos, y en las oficinas, aquellos a los que les tocó quedarse hacían fiesta aunque no fuera fiesta mientras sus compañeros desfilaban por las calles de la ciudad.

Cuando llegó la tarde y acabó el día de fiesta que no era fiesta, nadie estaba seguro de si habían trabajado o no, los niños no sabían porqué se habían levantado para ir a clases en el día en que no había clases, y todos se iban a casa o al último concierto de las fiestas, aunque ya no era fiesta, para luego descansar porque tampoco se sabía a ciencia cierta si mañana el Día del Trabajo sería o no Día del Trabajo.

Así lo escribo, para que conste y quede registro, en este dos de mayo que debería ser día laboral pero que ya no lo es porque es fiesta.

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