
Fue maravilloso llegar a tiempo y poder revolver un rato, ojear esos gloriosos vinilos de 12" x 12" y rebuscar entre esas joyas añejas ese disco especial que anda uno buscando pero que por desgracia está descatalogado o no se publica actualmente en nuestro país, pero que alguna vez, en un tiempo en que era la música y no el marketing lo que importaba, ocupó los estantes de alguna tienda de discos.
Si dieron publiciad a este curioso suceso de Miércoles, no fue mucha, yo mismo me enteré gracias a un amigo que pasó por casualidad por ahí. Es una pena que no se organicen ferias del disco, como se hace con el libro, el libro antiguo, cerámica y otro tipo de ferias que de vez en cuando ocupan por unos días plazas o calles de nuestra ciudad. Un día supo a poco, si al menos hubiese durado el fin de semana...
En una ciduad como León, en la que en 5 años han desaparecido casi todas las tiendas de discos, y en las que quedan es dificil encontrar un disco que no sea de "lo último", eventos como este mercen la pena. A ver si se repite y que dure más la próxima vez.
Menos mal que siempre nos quedará ese maravilloso puesto en el rastro (próximo a la plaza de toros)... y el amigo internet.
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