Dónde se van las palabras,
que no digo, que el tiempo calla.
Dónde se van la sonrisa
ante los besos y caricias.
¿Dónde se va la poesía?
Se quedan adentro, atrapadas.
Versos que quise escribir, cartas...
De nada sirve pensarlas
si no salen, si no llegan, si no abrazan.
La poesía se convierte en lágrimas,
empaña los ojos y el alma
que no ríe o ríe tarde,
cuando ya no hace falta
y llora en lágrimas guardadas.
Ya no quiero seguir guardándolas.
Quiero que fluyan en un abrazo
en verso y un beso,
que devuelvan la mirada
la caricia y un te quiero
y esa sonrisa vestida de llantos
que da vida y sana.
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