El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

sábado, 28 de septiembre de 2024

Que haya luz

Llueve en la selva,
el cielo gris trae esperanza,
sobre las tierras calcinadas,
sobre los árboles que se quejan
calma la fiebre y nos lava.
 
Mira ese pájaro en la ventana
golpeando con el pico en el cristal,
me despierta como la lluvia,
como la alegría a alba
con nueva luz, sonrisa blanca.
 
Vuelta entre las gotas
cuando me asomo a atraparlas
dejando que mi rostro se empape,
cierro los ojos, respiro profundo
y doy gracias.
 
Gracias al viento, y a los pájaros,
y a los árboles que siguen en pie
como yo en lucha contra los canallas
y pido que llegue a luz al pueblo,
que ya llueve en la selva
porque en la mente de los gobernantes,
solo hay oscuridad malvada.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

El reciclador de cartones

Le veo todos los días, con la espalda curva, los zapatos gastados, cargando un enorme fardo de cartón atado con cuerdas sobre sus hombros. Le veo, o la veo, rebuscando en la basura, recogiendo en las esquinas pedazos de cajas, envoltorios, carteles...
Hay de todo: lavadoras, televisores, galletas de salvado, Play Stations, presidentes, promesas falsas, ilusiones sin nada adentro. Todas juntas valen unos centavos, unos dólares para sobrevivir, para engañar al estómago y pasar el día como quien pasa una página donde las últimas palabras estarán escritas sobre una losa, o sobre una caja de cartón.
Dólares a cambio de cartón prensado. Dólares como billetes de Monopoly donde sólo el hombre del sombrero de copa hace dinero. Él si acaso tiene un sombrero como Carpanta, y unos zapatos raídos mientras cambia centavos por salchipapas en un carrito en la esquina de la calle. Noche sin luz ni techo, mañana vuelta al trabajo.
Reciclador de cartones, como su padre. Algún día cambiarán las cosas, piensa. Pero las falsas promesas electorales cada vez pesan menos en la romana.
¿No habría que reciclar otras cosas?

El apagón

No hay luz, ni lunas, ni lluvia
en la noche negra.
La selva se queja y restalla
y de noche arde desde las entrañas:
los mecheros son la única luz
que iluminan estos días.

Un espectáculo de chispas
que no forman vida:
luciérnagas apagadas, polillas
con las alas chamuscadas,
fuego del día en la noche
llora la selva sin lágrimas.

Gota a gota,
llama eterna,
no es cirio, es muerte,
muerte lenta.

Y hombres y mujeres ciegos
de rostro seco y curtido,
claman al cielo pidiendo agua,
agua que mueva las máquinas
oxidadas de la la avaricia:
palas eólicas, turbinas… abandonadas.

Claman a líderes en el espejo,
y en su arrogancia queman las entrañas
de la tierra – sus entrañas:
noche tras noche, día tras día,
país de la abundancia al tacho arrojada
país sin bosques, país sin agua
si energía.

Quiero apagar una luz
para que vuelva la luna.
Quiero apagar una luz
para que brote la esperanza.

domingo, 1 de septiembre de 2024

Canciones

Cuántas canciones sonaban en la radio
cuando yo estaba aún sin crecer,
hoy sé que estaban esperando
a que llegarás tú, viendo en las letras,
rasgándome la ropa, para volverla a coser.

Cuantos canciones para decirte te amo,
para mirar tu sonrisa y verte amanecer,
ahora que coincidimos en el abrazo,
las canciones son como el agua
de tus labios y no me canso de beber.

¡Cuantas canciones!
Y es que estoy que me las bailo,
siento cosquillas, mi dial es tu piel,
hoy ya no me voy a ningún lado,
todo contigo, lágrimas y risas,
mi florecita roquera, me quedo donde estés.