El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

miércoles, 9 de noviembre de 2022

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Un teléfono despierto
diez mensajes de madrugada
un océano por medio
y seis hora de sueño.
Dos llamadas al desayuno
una en la ducha, no contestada,
dos, tres, ocho, mensajes de mi hermana.
una foto comiendo botillo
un mensaje de mi primo
un saludo de mi mejor amigo
(de toda la vida)
los saludos de mis tías
barullo en el chat de la familia
un saludo en italiano
dos pasteles de cumpleaños
un corazón en el muro
innumerables saludos
una mentira, con cariño, y a medias.
Las mañanitas, por teléfono, al hora de la siesta.
Un almuerzo multitudinario
una fuente de mangos
las mangas azules de mi tío
unos versos de Juanito
Un monseñor camarero,
otro fotógrafo (Dios sabe cuánto les quiero)
y un carpintero al teléfono.
"Zorionak" en un canto
(igualito que tú, descerebrado)
El Mario comiendo un helado,
y yo víctima de un secuestro.
Mis amigos de los museos
dos libros nuevos,
algunos mensajes de voz,
y más mensajes de texto.
Llamadas de amigos y amigas,
Una canción de Bob Dylan,
felicitaciones de mis primas,
una funda de regalo
con bigote dibujado.
Una foto con un lazo
rojo y unas cervezas.
Un cuadro de la selva,
al mediodía una llamada
(mi mamá que nunca falta)
de merienda, empanadas.
Y este poema desordenado
para decirles a todos
para decirles a todas,
les quiero, gracias.

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