Te quise buscar una canción, y no asomó ninguna. Escribo la letra
¡Ay Javier!, el de la tuna
el de la bandurria y guitarra,
el de las gaitas por tierras do Minho
donde Dulce canta las cantigas
de gentes de rostros de río y prado,
de los índios da Meia-Praia
y el espíritu siempre vivo de Zeca.
¡Ay Javier!, con un pie en cada orilla
la madre y el pueblo, y el mar
y al otro lado... ¿quién sabe?
Para soñarlo que no falte el buen vino
y esa lucha vestida de esperanza
y amores que cantaba Violeta,
que nos abraza y siempre crece
"como el musguito en la piedra".
¡Ay Javier!, de noviembre y castañas
en el mismo número nos recibió la vida,
para buscar nuestra historia en otros siglos,
y en la búsqueda forjar un mañana
donde todos tengan el pan y las flores
donde los sueños sean tan verdad como las canciones
que hablan de gentes, amores y penas.
Esas que no cantamos por cantar,
esas que son verdades verdaderas.