Estaba Liliana jugando indor
y se cayó al piso, qué lindo.
Ahora viste azul color yeso
a la sombra con cóctel y sombrero,
Ay Lili, no puede ir a ningún sitio.
Desde Mi Caja
Realidad y ficción, una mirada personal al mundo exterior, una puerta de salida para pensamientos atrapados.
Páginas
miércoles, 13 de noviembre de 2024
La cumbia de la pata coja
jueves, 7 de noviembre de 2024
La espera
Vestida de verdes selvas
sábado, 2 de noviembre de 2024
8 horas sin luz
I
Era un hombre raro:
se fue la luz,
sacó un libro
y se sentó en un banco.
II
¿Qué les vecino?
Preguntan los niños
curiosos y aburridos
hijos de los vecinos
de las casas cueva sin luz
asomándose por la puerta.
III
Ay amor
dos palabras escritas a mano.
Te amo
otras dos en un sobre
con pétalos de una flor
fueron la luz,
una luz que no se marcha,
una luz que no se apaga,
un faro y una estrella,
dos.
IV
Tac tac tac tac tac tac
tac tac tac tac tac tac
bailaba la cinta manchada en tina
con las cosquillas de letras
frenéticas de dedos frenéticos
y en un papel en blanco
con un traslúcido galgo
las palabras forman el guion
escrito a doble espacio,
la campana sonando en cada renglón.
Música para Leroy Anderson
desempolvada tras tantos años
olvidada hace años luz
despertaba a propios y extraños
¡qué maravilla!
En carril se desenrollaban los sueños,
en letras de imprenta
cartas, informes y cuentas,
y versos, versos de amor.
V
A la luz tenue de la última vela,
en el velador junto a la cama,
después de darle cuerda,
dejó una caja y la abrió
unos ojos se abrieron ante la sorpresa,
y en la música se cerraron.
VI
Desesperado salió a la calle
reclamando luz.
Y la encontró
en los ojos de color azul
de ella que buscaba
luz en la ciudad apagada.
Los dientes blancos brillaban
en la boca entreabierta
de él sin palabras
ante la luz azul.
VII
Y en la pared del cuarto encontraron
dibujos fantásticos
hecho con crayones de colores.
Había cinco soles
y animales extraños
y puntos y rayas como galaxias
y seres de rasgos humanos.
Dicen que son los mitos
dibujados a la luz de la vela
de aquellos años sin luz.
A mi me parecen cosas de críos:
cuentos entremezclados,
gramática que escribiera Rodari
en manos de niñas y niños
y padres que más chamanes
vestían sombrero de mago.
VIII
Sin batería
sin ropa
y en luna en cuarto menguante
dejaron que los labios
fueran los ojos y las manos.
Y cuando de madruga llegó la luz
maldijeron
y la apagaron.