El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

viernes, 28 de mayo de 2010

Me voy a camibar el nombre

La canción que traduje en la anterior "entrada" de este blog puede parecer un poco "vieja", pasada de moda. Suena y sabe a viejo sindicalismo, aquel sindicalismo que hoy ya no existe porque ya no hay trabajadores, obreros, incluso proletarios, si lo prefieren. El estatus de trabajador a cambiando sustancialmente en las útlimas décadas al parecer, sin que los sindicatos se den cuenta: Los hijos del minero ya no pasan frío. Puede que reciban una educación de mierda, puede que todo lo que el ente público y cultural les ofrezca una noche de sábado sea llenarse de cerveza, reggeton y películas insulsas; puede que sus padres se tengan que apretar el cinturón para llegar a fin de mes y comprar comida que tiene más aditivos que comida, o pollos que tienen más agua que carne; puede que nunca puedan viajar, tener aspiraciones en la vida que vayan más lejos de su barrio o su ciudad; sí, puede que sea así, pero, aditámoslo, ya no se mueren de hambre y frío.
Las luchas -las estrategias y las metas de las mismas- tienen, por lo tanto, que ser otras.

Pero, volvamos a la crisis acutal y las medidas para salir de ella, que es el asunto que me hizo traducir Banks of Marble hace unos días. He encontrado otra canción, y esta sí que está de total actualidad y no suena a "viejo sindicalismo", y eso que tiene ya 30 años. Es muy liberal, muy divertida, irónica, y un fiel espejo de las prácticas económicas que tienen lugar en este mundo en este momento en que yo tecleo en el blog.

I am Changing My Name to Chrysler
(Me voy a cambiar mi nombre por Chrysler)
Tom Paxton, en el LP The Paxton Report, 1980

El precio del oro ha aumentado hasta salirse de vista
y el dólar está de capa caída esta noche.
Cuánto comprabamos con el dólar,
ahora solo alcanza para comprar una lechuga.
Tampoco las previsiones económicas aciertan,
pero entre las nubes veo un rayo de luz.

Incluso puedo vislumbar una manera nueva y mejor.
Me han cedido un plan de acción.
Lo tengo todo bien preparado
y voy a entrar en acción hoy mismo.

Estribillo:
Me voy a cambiar mi nombre por Chrysler,
me voy a ir a Washington D.C.
Voy a decirle a algún broker poderoso
que lo que hicieron por Iacocca
será perfectamente válido para mi.
Me voy a cambiar mi nombre por Chrysler,
me dirijo a esa gran línea de los dividendos.
Así, cuando ofrezcan un millón
yo estaré firme con la mano abierta,
Si señor, conseguiré el mío.

Cuando mis acreedores griten pidiendo su "pasta"
les diré a todos a dónde se pueden ir.
No tendrán que gritar como locos.
Serán pagados hasta el último dólar
allí donde los interminables torrentes de dinero parecen fluir.
Les diré amablemente lo que pueden hacer;
es cuestión de un simple formulario o dos.
No es remuneración, es educación liberal,
¿acaso no estás contento de que esté en deuda contigo?

Estribillo

Desde que los primeros anfivios se arrastaron por el lodo
hemos estado luchando en una ascesión sin freno,
apenas habíamos empezado a andar cuando el dinero empezó a mandar
y es triste, pero el fracaso es un crimen horrible;
ha sido así durante un milenio o dos
pero ahora parece que hay otro punto de vista:
si eres una corporación titánica y tu fallo es ser gigantesca,
en el congreso hay un sitio seguro para tí.

Estribillo

La letra original en inglés, aquí.


domingo, 23 de mayo de 2010

Banks of Marble

Ésta es una de esas canciones que siempre me levantan en ánimo y me hacen seguir trabajando, luchando, y protestando contra la injustica. Por lo que significó cuando fue escrita, y por lo que sigue significando hoy. Parece mentira que una canción que tiene ya 60 años pueda seguir de total acutalidad.
Ojalá llegue un día en que ya no tengamos que cantar versos como estos. Mientras tanto, gracias a todos los Les Rice, Pete Seeger, Weavers, y demás voces de este mundo por no callar y mantenerse firmes.

Bancos de Marmol (Banks of Marble)
(Les Rice, 1948-49. Grabada por The Weavers en 1949)

He viajado por todo este país,
de costa a costa.
Realmente me hiceron pensar
las cosas que oí y ví.

Vi al cansado agricultor
arando praderas y tierras.
Oí el martillo de la subata
saldando su casa.

Pero los Bancos son de marmol
con un guardia en cada puerta.
Y las cámaras están llenas de plata
que el agricultor ganó con su sudor

Vi al marinero de pie,
si nada que hacer, en la costa.
Oí a los jefes decir:
"hoy no hay trabajo para tí."

Pero los Bancos son de marmol
con un guardia en cada puerta
Y las cámaras están llenas de plata
que el marinero ganó con su sudor.

Vi al cansado minero
restregarse el polvo de carbón de su espalda
Oí a sus hijos llorando
No tenían carbón para calentar su chabola

Pero los Bancos son de marmol
con un gardia en cada puerta
Y las cámaras están llenas de plata
que el minero ganó con su sudor.

He visto a mis hermanos trabajando
a lo largo de esta imponente tierra
Recé para que nos juntemos
y juntos nos hagamos fuertes

Entonces poseeremos todos esos Bancos de marmol
con un guardia en cada puerta
Y compartiremos esas cámaras llenas de plata
que todos hemos ganado con nuestro sudor.

La letra original en inglés, aquí.

jueves, 13 de mayo de 2010

La Izquierda

Hoy me sumo a los indignados por los "recortes de Zapatero", que son muchos (tanto los recortes, como los indignados) Una vez más, un supuesto partido de izquierdas, lleva a cabo una acción política que suena más a derechas (aunque ellos traten de justificar o disfrazar dicha acción)
Me enfadan las medidas anunicadas, no sólo por el tipo de medidas que son, sino, además, por el hecho de que venga de la mano de un partido que se llama Socialista y Obrero. ¿Dónde ha quedado ese socialismo, si, la política para hacer frente a una crísis económica, descansa en gran medida en realizar recortes en las prestaciones Sociales? ¿Dónde ha quedado ese carácter Obrero, si se toman medidas de modo que el coste de la crisis, de origen financiero, la paguen los Obreros, los Trabajadores, y no los verdaderos culpables: las grandes financieras, los bancos?

No son ni socialistas, ni obreros. Podrán ser un partido, podrá ser español (para desgracia de los españoles), pero mejor se buscan otros adejtivos calificativos. Diran que ahora hay que hacer política de centro. Dirán que son medidas extraoridnarias y temporales para hacer frente a una coyuntura económica adversa, y que también es extraordinaria y temporal.
Miren, no me hablen de posturas de centro. Hoy día todo el mundo, sea del signo político que sea, dice ser de centro con el único ánimo de obtner así más votos y evitar -segun ellos- los extremismos y la confrontación social y polítca que éstos conyevan. Tonterias. Ser de izquierdas, o de derechas, y defender unos principios básicos fundamentales no es ser extremista ni estar cerrado a cambios. Lo que ellos hacen es actuar como meros economistas neoliberales que entienden la política en número de votos como si cada voto equivaliese a una acción bursátil.

Tampoco es aceptable la justificación en la medida en que son "medidas extraoridnarias y temporales para hacer frente a la crisis". Medidas extraordinarias para hacer frente a coyunturas económicas como la actual, las hay, y de muchos tipos. Se podrán justificar por múltiples motivos, pero nunca por sí mismas o por el problema que -supuestamente- van a soluccionar: la crisis, en este caso. Que empiecen explicando las cosas con peros y señales. Se toman medidas de recorte social porque así no se afecta a la estructura del sistema económico neoliberal vigente. Porque, si se tomasen otras medidas, los bancos, esas personas en la sobran que detentan el poder económico y por lo tanto tiran de los hilos que mueven a esas marionetas llamadas políticos, todas esos grandes grupos financieros, se verían afectados y temblaría el sistema y el que hoy tienen mucho mañana ya no tendría tanto (ni en términos económicos, ni en términos de poder)

Todo el mundo sabe que la crisis tiene unos culpables: los grandes grupos fiancieros, los bancos, los especuladores. Ha sido su mal hacer, sus prácitcas económicas abusivas las que han llevado a esta situación. Bien, pues que pague ellos. Que recorten la libertad de acción de estos grupos, que aumenten los impuestos directos sobre las rentas grandes, que aumente la participación y la presencia del estado en estas empresas que han dando sobrados ejemplos de que no saben conducirse solos, que son unos irresponsables y por lo tanto un peligro para todos los ciudadanos de a pie que, en mayor o menor medida, dependen ellos.
Pero no, no se hace eso, lo que se hace es reducir el gasto público a fuerza de recortar el sueldo a los trabajadores públicos y recortar toda una larga serie de prestaciones públicas (sociales) y por definición, gratuitas. Que pague el de a pié, que se las apañe como bien pueda, aunque no sea su culpa.
El asunto tiene aún más bemoles si nos paramos a pensar que gran parte de este endeudamiento del erario público que ahora se intenta subsanar con estos recortes sociales, se debe a los enormes préstamos que el Estado hizo a los grandes grupos financieros para que éstos saliesen de la crisis que ellos mismos habían creado. ¿Por qué no pagan ellos, por qué no sale de su contribución todo ese dinero, en lugar de sacarlo del bolisllo del contribuyente de a pié, y de las reservas estatales, que pertenecen a TODOS los ciudadanos y no sólo a unos pocos?

Lo peor, el colofón oscuro de todo este asunto, es que, enfadados por las medidas del Partido Socialista, y echándole la culpa al actual gobierno (al que por motivos antes explicados, me niego a llamar socialista), los ciudadanos van a votar al Partido Popular, otros, que aúnque quieran pasar como "de centro" o como "populares" (es decir, del pueblo, populus en latín), son en realidad, de verdadera derecha, y de unos pocos, no del pueblo, salvo que por pueblo y ciudadanos entiendan exclusivamente a los habiantes de la moraleja y barrios residenciales similares.
Por alguna razón, la mayoría de ciudadanos españoles han olvidado que existe una gran variedad de partidos, y actúan como si viviesen en un sistema bipartidista cerrado: si X hace algo que no me guste, voto a Y, aunque Y no haga lo que yo quiero. Si la cosa va mal, la culpa la tiene el partido en el gobierno (en este caso el PSOE) y por lo tanto no queda otra que votar al partido mayoritario en la oposición (el PP) Así actúa la gente en este país, aunque, como sucederá en este caso, la oposición victoriosa no vaya a desandar el camino trazado por el actual gobierno y ayudar a los enfadados ciudadanos, sino, todo lo contrario, continuar por esa senda que hoy causa enfado y crispación social.
La solucción estaría en votar a la "verdadera" izquierda, a aquellos partidos, que, aún pequeños, sí defienden unos valores y unos criterios definidos, aquellos que sí proponen verdaderas medidas para acabar con la crisis que sean justas con todos los ciudadanos y con los responsables primeros y últimos de la crisis.
Pero esto no va a suceder. Desengáñense. Izquierda Unida no va a ganar, ni siquiera creo que vea aumentado notoriamente su número de votos; de igual modo que, si se convocan huelgas como protesta a las medidas del gobierno, serán cuatro los que hagan verdadera huelga y acudan las manifestaciones.

Eso no es la izquierada. Llevar a cabo políticas basadas en el recorte de las prestaciones sociales y públicas, no es izquierda. Quedarse en casa durmiendo el día de la huelga, o peor aún, ir a trabajar pensando en que "pierdo un día de sueldo, que proteste otro, total no se va a sacar nada", tampoco es de izquierdas.

¿Qué es entoces la izquierda? Permítanme copiar aquí otro pequeño párrafo de Peter Singer:
Spira tiene un don para decir las cosas claramente. Cuando le pregunté por qué había dedicado su vida a trabajar por estas causas, me dijo simplemente que él se encuentra del lado de los débiles, no de los poderosos; en el de los oprimidos, no de los opresores; en el de los endeudados, no de los acreedores. Me habló de la enorme cantidad de dolor y sufrimiento que existe en nuestro universo y de su deseo de hacer algo para reducirlo. Esto es, pienso, en lo que consiste la la izquierda. Si nos encogemos de hombros ante el sufrimiento evitable de los débiles y de los pobres, de aquellos que están siendo explotados y esquimados, no pertenecemos a la izquierda. La izquierda quiere cambiar esa situación. Hay muchas ideas diferentes de la igualdad que son compatibles con un cuadro amplio de la izquierda. Pero en un mundo en el que las cuatrocienas personas más ricas tienen una riqueza combinada mayor que el 45 por ciento de la población del mundo en peor situación, no es dificil encontrar algún terreno común para trabajar en pos de una mayor igualdad en la distribución de los recursos.

-Singer, Peter, "Darwin para la Izquierda", en Una vida ética. Escritos, Barcelona, 2002
Eso es la izquierda. Ponerse del lado del que menos tiene. Y sacrificarse por él. Realizar un sacrificio voluntario, convencido, seguro, firme. ¿Dónde está entonces, la izquierda de un gobierno que se pone del lado de los acreedores (los bancos, grupos financieros) y explota a los ciudadanos de a pié obligándoles para salir de la crisis?

Cuando llegue el día, que bien podría ser manaña, u hoy mismo, demostrémoles que nosostros somos izquierda. Votemos a la verdader izquierda, o votemos en blanco, si ninguna opción nos parece suficientemente digna, o suficientemente transparente. Vayámonos a las manifestaciones, hagamos huelga indefinida, aunque repercuta en nuestro bolsillo. Busquemos maneras de boicotear legal y pacíficamente a aquellos que son culpables de la crisis: pidámos préstamo a un pariente el lugar de al banco, llevemos el dienro en mano en lugar de hacer costosas transferencias, no compremos determinados productos, mantengámonos firmes y protestemos ante las injusticias y atropellos que sufrimos diariamente como consumidores y ciudadanos y ante los que agachamos la cabeza: hay medios para ello: sindicatos, ongs, organizaciones de ayuda al consumidor.
Seamos verdadera izquierda. No hoy, ni mañana, AHORA.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Buscando puntos comunes

¿Por qué nos fijamos siempre en lo que nos diferencia del vecino, y no en los rasgos que tenemos en común?
Me hago esa pregunta constantemente. Cada vez que se habla de inmigración y racismo, cada vez que leo libros de historia escritos por unos y por otros, cada vez que se habla de religión. Siempre se marcan las diferencias, aquello que convierte al que habla en alguien distinto al contrario o extranjero, y- necesariamente- mejor o superior a este.
Nos declaramos católicos, protestantes, musulmanes, budistas, comunistas, occidentales, o simplemente, españoles (por ejemplo), y damos por sentado que nuestra religión es la única válida y verdadera, que nuestras ideas políticas son las más acertadas, y que nuestra patria es algo muy personal, perfectamente definido, delimitado, separado de otros paises.

No nos damos cuenta, sin embargo, de que esas diferencias a las que nos asimos con tanta fuerza son diferencias superficiales y muy, muy recientes en el tiempo. A veces no son más que una construcción actual creada con fines políticos -de poder, sea del tipo que sea- que no responde a una realidad social o histórica.
Todos venimos del mismo lugar y hemos vivido a lo largo de siglos una evolución y un desarrollo similar. No hace falta irse hasta Olduwai. En nuestra propia tierra, en nuestro propio país, podemos rastrear las huellas de varios pueblos que dejaron su impronta, su herencia en nuestras construmes, religión, moral, hacer, en nuestra sangre. Un proceso que nos acerca, más que alejarnos a otros pueblos a los que las actuales fronteras -ya sean estas políticas, religiosas, o ideológicas- separan de nosotros marcando un abismo que quieren hacernos creer abarca varios siglos.

Tomemos el caso de "España" por ejemplo. Desde el 5.000 a.C. han pasado por la península, se han quedado en la mayoría de los casos durante varios siglos, mezclándose totalmente con la población actual: pueblos indoeruopeos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos (la península ibérica fue parte del Imperio Romano entre el s. III a. C. y el V d. C., aproximadamente) vándalos, suevos, alanos, visigodos, árabes, bereberes, judíos, ..., sin olvidarnos que a partir de la Edad Moderna (s. XVI) las relacciones económicas y políticas con otros países hacen que pasen por aquí ciudadanos italianos, franceses, "alemanes", ingleses.... y hoy la mezcla aumenta y aumenta cada día más con el fenómeno migratorio, las adopciones de niños de otras razas, etc.
Es dificil situar la aparición de España, como una realidad socioeconómica y más dificil aún, culural, por mucho que se empeñen algunos. Pero, si tomamos por fecha, la simbólica de 1492, momento en que los reinos cristianos culminan la reconquista, y se ha producido además, la "unión" de las Coronas de Castilla y Aragón, el crisol de pueblos, razas, y religiones que hay en el suelo "español", una mezcla se remonta a siglos o incluso milenios, y que se mantiene y acentúa, a pesar de las expulsiones (de judíos y moriscos, por ejemplo), hace dificil que entonces, o hoy día alguien se pueda atrever a definirse como auténtico español, heredero directo de no se qué pueblo, y por lo tanto más legítimo, con más derechos, y distinto por ende, a otros "menos españoles".

Sin circunscribirnos a un área geográfica, las similitudes entre pueblos son aún mayores. Ni siquiera hace falta haber leído historia. Sólo hace falta aplicar unas pocas gostas de sentido común. Por ejemplo, yo me considero una persona creyente, pues todo el mundo en una manera u otra lo es, y el que lo niegue es un necio. Ahora bien, ¿cómo declararme creyente de un credo u otro, de una religión u otra, de esta Iglesia o de la del vecino? Personalmente, no puedo, pues encuentro las mismas enseñanzas, los mismos valores humanos y universales, en los mitos de las culturas aborígenes amazónicas, en la Biblia cristana católica, en el budismo, etc. Leo y encuentro palabras amigas en téxtos, música, manifestaciones artísticas -y por tanto, humanas- de personas que se declaran cristianas, católicas, maronitas, unitarias, baptistas, musulmanas, budistas, animistas, agnósticos o ateos. ¿Cómo voy a acepar un credo concreto y decir "este es el único, verdadero y válido" cuando el hermano vencino me está hablando de lo mismo, pero con palabras distíntas -sinónimas de las que yo uso- sólo porque él nació en otra tierra y aprendió a expresarse de una manera diferente y a llamar a los objetos con nombres diferentes?
Supongo que el que se declara cristiano católico busca, en algún sentido" aquello que le identifica y le hace distinto de aquel que se declara cristiano maronita o cristiano ortodoxo o cristano baptista, etc.
Yo no puedo sino buscar los rasgos comunes. Algo me lleva a ver que todo somos iguales en mayor o menor medida y que las diferencias en torno al habla, las costumbres, la liturgia, no son más que diferencias superficiales, que, si situásemos en su debido lugar y orden, servirían para enriquecer nuestras respectivas vidas y en lugar de para enfrentarlas.

En palabras de un filósofo sin pelos en la lengua:
Todas las tradiciones éticas importantes aceptan, en una u otra forma y de manera consciente con la idea de adoptar el punto de vista del universo, una versión de la regla de oro que alienta la igual consideración de intereses. "Ama a tu prójimo como a ti mismo", dijo Jesús. "Lo que te resulta odioso no se lo hagas a tu vecino", dijo el rabino Hillel. Confucio resumió esta enseñanza en términos muy similares: "Lo que no quieres que te hagan a ti, no lo hagas a los demás". El Mahabharata, la gran épica hindú, afirma: "Que ningún hombre haga a otro lo que sería repugnante para él mismo". Los paralelismos son notables. Aunque Jesús y Hillel se asientan sobre una tradición judía común, Confucio y el Mahabharata parecen haber alcanzado la misma posición indipendientemente uno de otro y de la tradición judeocristiana. Más aún, en cada caso las palabras son ofrecidas como una suerte de síntesis de toda la ley moral. Aunque la forma en la que Jesús y Hillel presentan la máxima podría entenderse como limitadora a los miembros del propio grupo, la parábola del buen samaritano desmiente firmemente esta lectura sobre quién pensó Jesús que era nuestro prójimo. Tampoco Hillel, Confucio y el Mahabharata han de ser interpretados como promotores, al menos en estos pasajes, de algo que no sea una ética universal.

-Singer, Peter, "La buena vida", en Una vida ética. Escritos, Barcelona, 2002