El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

miércoles, 28 de marzo de 2007

Canon Digital

Recientemente he recibido un email acerca del canon digital. Estaba un poco desconectado del tema y he empezado a leer y escuchar opiniones y datos acerca del asunto. Está de candente actualidad por internet, y también por los medios de comunicación ordinarios, aunque estos no se hagan mucho eco de la noticia quizá por intereses más o menos ocultos de ciertas partes.
Para aquellos que no estén al día, el llamado canon digital no es más que un IMPUESTO (usemos la palabra adecuada y dejémonos de florituras, señores) que se pretende implantar sobre todos aquellos bienes que favorecen la copia de productos, obras, protegidas por derechos de autor (copyright) Esto es, un grabamen que va a incrementar el precio de productos tales como CDs y DVDs grabables, grabadoras, discos duros, impresoras, tarifas de conexiones a internet (ADSL y demás) y otro tipo de bienes en la misma línea.
El motivo de la implantación de dicho impuesto, es, a groso modo, que las ventas de CDs, DVDs, etc. originales, protegidos por leyes de copyright, ha disminuido, y por tanto ha disminuido la ganacia de aquellos que son propietarios de dicho copyright. Y este colectivo, representado por la SGAE (Sociedad General de Autroes y Editores) ha decidido que si la gente no compra sus CDs, tendrán que seguir ganando sus dineros de alguna manera. La más sencilla, es claro, hechar la culpa a la pirtería y cargar con impuestos ese tipo de productos que fomentan la piratería.
El problema de la medida es que es un tanto indiscriminada y con ella no se penaliza sólo a aquellos que usan ese tipo de productos para realizar copias de obras protegidas con copyright, sino que se penaliza todo el mundo, cuando en muchísimos casos los CDs, DVDs, ordenadores personales se utilizan para otros usos privados. Es decir, que porque unos copien, todos pagamos el pato.
Hasta aquí, más o menos lo hechos. Podéis seguir la polémica en www.todoscontraelcanon.es

Yo voy a tratar aquí un asunto que se está dejando de lado y que es el que esgrimen la mayoría de las personas que están a favor famoso canon. La piratería musical. Las ventas de discos han caído, y la culpa la tiene la piratería.
Bien. Yo compro discos originales. Es mi principal pasión. 2 o 3 CDs al mes. Llevo ya muchos años peleándome por encontrar discos, recoriendo tiendas y ojeándo catálogos como para hacerme una idea de por qué bajan las ventas. Y señores (los de la SGAE y multinacionales discográficas presten ateción por favor) esta disminución en las ventas no se debe a la piratería, no principalmente. Y por lo tanto, las medidas que se toman al uso no son útiles, no van a acabar con el problema, sólo van a hacer que los que tradicionalmente se siguen enriqueciendo lo sigan haciendo.
Retrocedamos unas décadas en el pasado. En la década de 1970 las grandes comañías discográficas (majors, dicen en inglés) promocionaban y daban salida a artistas con gancho comercial y también a otros que, si bien no iban a convertirse en bestsellers, hacían música que merecía la pena escuchar y que tenía también su público. Con el tiempo, esta situación empezó a cambiar. La desaparición de sellos pequeños con miras internacionales al ser absorvidos por otros más grandes o al fusionarse formando grandes compañías eliminó en parte la competencia y la crísis económica que surgió de las dos crísis enérgéticas (1973 y 1979) llevaron a las industria discográfica a empezar a cerrar las puertas a aquellos artistas que no tenían gancho comercial, que no iban a "vender el millón de copias".
Esta política se fue acentuando en la década de los ochenta. Las grandes compañías empezaron centrarse más y más en el carácter comercial de la música, en la imagen incluso más que en el contenido. Un buen videoclip y un ritmo pegadizo era (y es) lo buscado por las grandes compañías. Ya no se "mojan" intentado lanzar a artistas nuevos cuya música cueste un poco más escuchar. Es curioso ver como artístas clásicos, que llevan décadas en el negocio se ven ahora apartados de los grandes sellos porque su música ya no es comercial, y también es curioso ver como en muchos casos las grandes compañías sólo contratan a artistas noveles después de que estos han tenido cierto éxito en el campo independiente (esto es, lanzáno ellos mismos sus primeros singles o LPs, o haciéndolo en sellos pequeños)
El extremo llega, si se quiere, cuando las grandes multinacinales de la música, en una vuelta de tuerca más por ahorrar y enriquecerse, comienza a retirar masivamtne de sus catálogos discos de décadas o años pasados que ya no venden (o mejor dicho, ya no vende lo suficiente)
Se pierde así ese caracter cultural de la música. La música se promociona como algo insulso, algo pasajero que sirve para hacernos compañía mientras cocinamos, estudiamos, mientras viajamos en coche, la música se comvierte en algo para bailar el sábado por la noche y después dejar olvidada en un rincón. La música es sólo la música del momento, es la canción del top 40 y cuando a los 6 meses esta halla pasado de moda, uno la deja el CD cogiendo polvo en un rincón va y compra en nuevo éxito del momento.
Una fórmula muy lucrativa cuando al consumidor no le queda otra que comprar el disco original. Pero claro, cuando llega la posibilidad de obtenrlo más barato, o incluso gratis, todo el edificio construído en torno al CD-comerical se viene abajo. ¿Por que? Sencillamente porque la gente es tonta pero no tanto, y si la música es algo de usar y tirar, algo momentáneo que dentro de un año o seis meses ya no sirve, por ese tipo de cosa, si uno puede pagar 3 Euros o lo puede conseguir gratis, no paga 18. Al fin de cuentas, es algo de usar y tirar.
Puede parecer un tanto atrevido echar la culpa de la crísis del sector discográfico a sus propias políticas comerciales a lo largo de las dos últimas décadas, sobre todo cuando es mucho más facil hechar la culpa a la piratería, pero creo que los datos hablan por si sólos. No deja de ser curioso ver como, mientras las grandes compañías hablan de crisis, cada vez son más lo sellos pequeños que surgen y ser reproducen creando una auténtica red musical alternativa (en el sentido de independiente, que no forma parte de ninguna de las grandes multinacionales dicográficas) Incluso cada vez son más los artistas que publican ellos mismos sus discos sin el apoyo de ningún sello, o que crean su propia compañía. Todos aquellos artistas, jóvenes, noveles y veteranos, que no encontraban salida en los grandes sellos porque su música "no vende" encuentran ahora salida en estos pequeños sellos. Actualmente hay incluso sellos que viven exclusivamente de reeditar aquellos discos que los sellos grandes han retirado de sus catálogos porque "ya no venden" (si alguien quiere una lista con nombres, que me la pida)
La diferencia entre estos sellos pequeños y las multinacionales estriba, probablemente en que mientras que las segundas aspiran a hacer el millón de euros, los primeros simplente quieren poder seguir lanzando buena música, sin hacerse millonarios. Mientras que para los grandes sellos lo primero es el dinero, para los pequeños, la música, el contendio, sigue teniendo primacía, entiende pues, que la música puede ser negocio, pero también es CULTURA.

Hoy día la gente ha olvidado que la música es cultura, que se puede aprender y disfrutar de un disco igual que de una película o de un libro, pero nadie lo hace. Seguro que el lector conoce a gente que oye músca, problablemente lo hace el mismo, pero ¿cuanta gente conoceís, lectores, que dedide parte de su tiempo de ocio a escuchar música, a sentarse en el sofá o tumbarse en la cama y escuchar músca sin hacer nada más a mismo tiempo? Probablemtne muy poca o ninguna.
Para acabar con la piratería no hacen falta cánones o impuestos revolucionarios. Para acabar con ella, lo único que hace falta es volver a enseñar a la gente que la música es cultura, que no es un mero negocio de unos pocos. Disco es Cultura se leía en los viejos LPs publicados en Sudamércia. Volver a enseñar a la gente esta lección es dificil y va a costar mucho esfuerzo (y dinero), sobre todo después de 20 trabajando para que la gente lo olvidase. Pero es la única solución razonable, sana, y perdurable. Por desgracia las políticas acuales de la industria discográfica y los medios de comunicación a ella vinculados no hacen nada por la labor. Esperemos que la cosa cambie.
Mientras tanto, tomaos un poco de tiempo y firmad: www.todoscontraelcanon.es

miércoles, 14 de marzo de 2007

En un pueblo sin nombre. Sexta Parte.

"No sabía bien que hacer. Esperé a que se aclarase bien el aire y me acerqué a examinar el cuerpo del tipo de las podadoras mecánicas. Estaba muerto. Sin pulso. Rígido. Me disponía a regresar al pueblo <<¡No, alto!>> me dije a mi mismo. Yo también debería estar fiambre. No me atrevía regresar. Decidí ocultarme tras los famosos setos y esperar a ver que pasaba. Al cabo de una media hora, el tipo de las podadoras mecánicas se levantó, se sacuidó las ropas, como si nada hubiese pasado recogió su cacharro podador, y comenzó a caminar en dirección a la fábrica.
Esperé a que estuviese lo suficientemente lejos y empredí marcha también hacia la fábrica sin que notase mi presencia. El tipo llamó la puerta y entró como un obrero más. Me disponía a llamar, a probar suerte y ver si Juan, el vigilante, me contaba algo nuevo, cuando de repente me di cuenta de un curioso detalle. No olía mal. No olía a nada especial. Y de sobra sabeis lo fuerte y mal que huele esa fabrica de fertilizantes químicos minerales. Ese olor que se te mete por los poros de la piel es inconfundible. Pero ahora no olía a nada.
Me dí media vuelta y me dirigí al pueblo, de vuelta a casa, decidido a enfrentarme con la relidad fuese la que fuese; exigía una explicación. Al llegar a la puerta de casa me dí media vuelta y observé la calle desierta. De pronto me fijé en la cartelera del cine. ¿Posesión infernal? ¿E.T.? ¿El aventurero de medianoche? Esas películas eran las mismas que estaban poniendo cuando me fuí a la universidad hace 5 años. Y por muy buenas que sean ninguna película aguanta 5 años en cartel. Me quedé pensativo. Puede que el cine halla cerrado. No, imposible. No. Decidí dejarlo a un lado y subir a casa. No había nadie. Todos habían salido ya a sus quehaceres diarios. Fui a la cocina y tomé un baso de agua, estaba bebiendo cuando me quedé perplejo mirando el calendario colgado en la pared. "Octubre 1982" Hacía 5 años que ese calendario llevaba ahí colgado. Fuí a la sala de estar y cogí el primer periódico: "Martes 10 de octubre de 1982" La revista de la tele también era de octubre del 82.
Ahora estaba seguro de que el cine no había cerrado. Y de que algo había pasado en este pueblo en octubre del 82 para que el tiempo no pasase por el, pero, ¿el qué?
Volví a la calle. Tenía que hablar con alguien más y ver si eran igual de raros que mis padres. Me detuve otra vez para observar mi amado cine. Pegué la cara a los cristales de la puerta como cuando era crío y escudriñé el interior. Todos los carteles eran de películas de los años 80, 81, 82. La puerta cedió a mi presión y se abrió, seguramente Ramón estaba allí. Entré excitado en el cine. Sí, seguro que Ramón seguía siendo el mismo, seguro, podía oir el rudio del proyector. Me asomé a la sala para estar seguro. Bruce Campbell luchaba en aquella cabaña contra su novia poseída por un demonio. Qué maravilla. Subí corriendo a la cabina de proyección, encuanto habrí la puerta, apareció Ramón, y creedme, daba más miedo que la película de abajo. Me miró con unos ojos impasibles, en los que supe que él sabía que yo sabía algo que no debía saber -yo tenía que haber muerto con el tipo de las podadoras mecánicas- y ahora conocía el secreto, o parte al menos. Ramón se abalanzo sobre mí. Me liberé y corrí escaleras abajo. Me disponía a salir del cine, cuando, tras los critale de la puerta pude ver a mi madre, mis hermanas, y al botones del hotel de la esquina con una cara de demasiada mala leche. Corrí despaborido al padio de butacas. Ellos me siguieron y se situaron en las dos entradas de la sala, avanzando lentamente por el pasillo hacia mí. No tenía escapatoria, corrí hacia la pantalla y me quedé de cara al público con la luz del proyector enfocandome a la cara. Se quedaron inmóviles. Por alguna razón no seguían avanzando.
Era la luz del proyector. Parecían soportar la luz directa en los ojos, estaba seguro frente al proyector, pero evidentemente, no podía quedarme allí quieto. Podían apagar el proyector o cortar la electricidad. Estaban todos pegados al mínimo escenario, con los brazos extendidos, en un intento de alcanzarme interrumpido por la fuerte luz del pryector, un tanto arturdidos. Me fijé en ellos. No parecían reconocerme, no parecían humanos, sus actos respondían a los de un animal que intenta atrapar a su presa. De pronto, vi la solucción, mi escapatoria: asomando del bolsillo izquierdo de Ramón estaba su linterna, la que todo empleado de un cine lleva encima. Dí un salgo y derribe a Ramón al suelo apoderrándome de la linterna, le enfoqué directamente a los ojos y él emitió un chillido inhumano y se cubrió el rostro con los ojos antes de caer desfallecido. Los otros, automáticamente, recogieron su cuerpo y se lo llevaron sin volver la vista atrás.
Esperé a que hubiesen salido del cine y miré a través de la calle. Pude ver como se llevaban el cuerpo en dirección a la plaza. Había más gente ahora por la calle. Marta la taquillera, el panadero y alguno de esos viejos que siempre andan dando paseos por la plaza y charlando en algún banco al sol mientras se calientan los hueso, pero ahora ninguno miraba al cine ni hacía ademán de entrar, estaban quietos, observando como se llevaban el cuerpo de Ramón, luego. empezaron a caminar lentamente hacia la plaza.
Tenía que aclarar mi mente, ordenar los sucesos que había vivido en las últimas horas. Debí quedarme dormido. Eran las dos del mediodía cuando desperté. Decidí ponerme manos a la obra. Tenía que mantenerme vivo hasta mañana por lo menos, hasta que llegara alguno de vosotros y me ayudara a saber qué pasaba en nuestro pueblo, pues aquí no parecía quedar nadie normal. Busqué las llaves del cine. Me cercioré de que todas las salidas estaban cerradas y cerré la puerta principal con llave al salir, el cine era el mejor refugio y no podía permitir que fuese tomado por esas "cosas". Armado con una linterna me dirigí a casa. Seguía sin haber nadie, o no comían o no sabían que hacer conmigo y estaban tramando algo. Mme dirigí al supermercado para abastecemre con algún alimento, pues algo me decía que no tendría plato para almorzar en nigún lado. También pasé por la ferretería y cogí todas las linternas y pilas que pude. No encontré a nadie por el pueblo mientras iba de un sitio a otro. No había rastro de actividad alguna por el pueblo, salvo en la fábrica que seguía zumbando y emitiendo humo.
Empezaba a atardecer, me fuí a mi refugio cinematográfico, me aseguré de que todo funcionaba y de que las puertas estaban bien cerradas, puse en marcha el proyector y me acomodé en una butaca, viendo película trás película hasta quedar dormido."

sábado, 10 de marzo de 2007

En un pueblo sin nombre. Quinta Parte

Registraron la casa a fondo, intentando localizar alguna nota, algún aviso de su amigo. No había nada sospechoso, no había ninguna nota en la nevera ni ningún papel sobresaliendo de los cajones del escritorio. Nada escrito en el espejo. Nada en ninguna parte que les hablara de la presencia de su amigo en el pueblo salvo la maleta, y dentro de ella, nada más que ropa revuelta, libros sobre cine y un par de LPs de rockabilly en el fondo.

Desesperados, se quedaron mirando por la ventana. A través de los resplandecientes cristales recién limpiados podían ver el viejo cine. La luz de la mañana comenzaba a colarse por la calle, acariciando con los rayos la enorme marquesina del cine. Un reflejo les cegó y les hizo despertar de sus pensamientos. El reflejo se repitió. Otra vez. Otra. Otra. Con la mano como visera, giñando un poco los ojos, intentaron descubrir el objeto que producía esos reflejos desde la fachada del cine. Era algo en la marquesina. Sí... había un pequeño espejo o un trozo de metal plateado encima de la marquesina, enganchado en el armazón de metal que servía de soporte al cartel de la película. Los reflejos seguían produciéndose. Jose miró su reloj.

-Fíjate. Se repiten con toda exactitud cada 60 segundos.

-Es Toño, seguro.

Bajaron raudos la escalera hasta la calle. Se asomaron cautelosamente por la puerta. Vía libre. No había un alma transitando. Cruzaron de una carrera hasta la entrada del cine. Se quedaron un instante quietos, mirándose el uno al otro, y empujaron a la vez la pesada puerta de cristal y armazón dorado. Entraron dentro del cine, la puerta, como se esperaban no estaba cerrada con llave y desde el vestibulo podían oir el familiar ruido del proyector. Avanzaron nerviosos hasta la entrada de la sala y se asomaron a través de las cortinas. Ernest Borngine se paseaba aburrido con sus amigos por la calle de un pueblo en la pantalla. No cabía duda. Toño estaba vivo. Ramón, el maquinista del cine guardaba varias películas clásicas en la cabina que reponía de vez en cuando. Y ahora estaba reponiendo la favorita de Toño en una extraña matineé sin público alguno. Algo les decía que no eran exactamente Ramón el que proyectaba hoy la película.
Avanzaron lentamente por el suelo de moqueta roja hasta la mitad del patio de butacas y se dieron media vuelta para alcanzar a ver el proyector. De pronto el chorro de luz se movió apuntándoles directos a la cara, cegándoles.

-¡Toño!- grito Ángel -¡Toño!

La luz del proyector volvió a enfocar a la pantalla.

-Subid. Ya conocéis el camino

Subieron rápidamente al entre piso y abrieron la puerta de la cabina de proyección. Al final de los peldaños les esperaba Toño. De lado, con su típica sonrisa parcialmente iluminada por la luz del proyector, parecía un espectro o un vampiro primo-hermano de Nosferatu. Tenía aspecto cansado, las pupilas dilatas, probablemente debido a haber pasado muchas horas en la oscuridad del cine. Se le notaba ansioso también por comunicarse con alguien, cruzar unas palabras con alguien que aún siguiese siendo él mismo.

-Sabía que me encontraríais -dijo Toño- Sí, tenía esa certeza. Si yo podía escapar de esos seres de ahí fuera, vosotros también. Algo nos tiene que haber enseñado la vida en la gran ciudad y la universidad, aunque sólo sea un poco de sentido común, desconfianza y curiosidad científica. Bien. No os voy a preguntar lo que habéis visto hasta llegar aquí, lo se de sobra. Pero puedo ver en vuestras miradas la misma desesperación e incredulidad que tenía yo apenas hace doce horas. Lo que os voy a contar seguro que os aclarará algunas cosas, o eso espero.

"Llegué hace dos días, y me encontré el pueblo tal cual te lo habrás encontrado tú esta mañana, Ángel. Por este pueblo hace ya años que no pasan los días. No voy a entrar en detalles con lo que ví, con cómo eran mis padres y mis hermanos. Son iguales que los vuestros, impasibles, fríos, como autómantas. Al principio yo tampoco entendía qué pasaba, ni pensaba realmente que estuviese pasando nada raro. A fin de cuentas la gente del campo es más parada, más tranquila y sencilla que la de la ciudad, y aunque yo sea parte de ella, 5 años en la gran ciudad bien pueden hacer que me olvide de mi vida anterior y ante un reencuentro ésta me parezca tan extraña.
Sin embargo había algo muy extraño en el aire. Mejor dicho, no había nada en el aire y eso era lo extraño. Seguro que ya sois familiares con esos setos. Sí, yo también fui invitado a participar en la poda, y eso que en mi casa no hay seto alguno. Vivo en un edificio de piso, con un sucio patio en la parte de atrás. No hay setos. Mi padre trabaja como todos en la factoria, no tenemos tierras. Pero ahora tenemos setos que podar en una parcela en el camino de la fábrica. Qué curioso que mi padre, que toda su vida ha estado ahorrando y haciendo malabarismos a final de mes para que yo y mis hermanas podamos estudiar, ahora, de repente, decida invertir en suelo rústico.
Si soy sincero, me picaba enormemente la curiosidad ante la insitencia de mis padres en que podase esos setos de la nueva finca, y, como no era el único podador, decidí aceptar el trabajo y acompañar a un pobre diablo que se equivocó y bajó del tren conmigo en la estación que no era la suya. Pobre. Un equívoco que le costaría la vida.
Era un hombre bién vestido, un viajante de la ciudad que había decidido ampliar su negocio de podadoras mecánicas hacia el oeste. Nadie se encargaba de nuestra región y decidió ser él el que diese el primer paso en la expasión de las podadoras mecánicas por aquí. No tenía pensado bajarse aquí, sino en el siguiente pueblo, que como sabéis tiene más tradición de pueblo agrícola que el nuestro, pero se despistos y bajó aquí. Cuando se dió cuenta, el tren ya arrancaba.
El caso es que el tipo de las podadoras mecánicas me dio lástima. No tenía más trenes hasta el día siguiente, y me ofrecí a enseñarle el pueblo y acompañarle por ahí a ver si conseguía colocarle a alguien una podadora. Pasamos por casa a dejar mi equipaje, y, cuando mis padres empezaron con el asunto de los setos, mi compañero-podador, como buen hombre de negocios vió su oportunidad perfecta para hacer negocio. Empezó a hablar de su podadora mecánica-útimo-modelo-que-no-consume-casi-gasolina-y que hace estoy lo otro y en un abrir y cerrar de ojos nos econtrábamos en la nueva finca de mi familia dispuestos ha hacer una demostración práctica del poder de las podadoras mecánicas último modelo. El tipo estaba tan entusiasmado poniedo a punto su cacharro para atacar a los setos, que no se dió cuenta de que de repente nos habíamos quedado sólos en la finca. Yo di varios pasos atrás, temeroso de que el invento podador acabase decuageringándose y la cuchilla acabase en mi cabeza, y el típo de la podadora comenzó su demostración. Al instante, en cuanto su aparato hubo corado un seto, un estraño gas acompañado de un ruido similar al de las aspiranas efervescentes salió de las ramas rotas y el tipo calló redondo al suelo."

Delicioso descubrimiento para los oídos


Hace un par de días estaba ojeando discos en CDBaby.com, esa maravillosa tienda online dedicada exclusivamente a artistas y sellos independientes (artistas que se publican ellos mismos los discos y sellos pequeños que escapan en muchos casos a los cauces de distribución habituales)

Hay un disco que quiero, y de vez en cuando, me pongo a rebuscar un rato por CDBaby a ver si oigo otro que me guste para así pedir más de uno y ahorrar en gastos de envío. Buscar por CDBaby es de lo más entretenido. Hay un montón de artistas ya consagrados que publican ahora sus discos ellos mismos o lo hacen en sellos pequeños que les ofrecen mayor libertad artística; pero sobre todo hay un montón de artistas noveles, desconocidos, y es una auténtica delicia conectarse y escuchar su música y descubrirles gracias a la gente de CDBaby (que se lo digan a mi colega Kiko...)

Se puede revolver (browse) la música por diferentes categorías, tanto por estilos como por otro tipo de selecciones de lo más variopinto. O puede también buscar directamente por nombre de artistas, album,... e incluso tienen una opción “sounds like” en la que tecleas el nombre de un artista que te guste y te seleccionan otros artistas afines de entre los miles de CDs que venden, que pueden interesarte. Suelen acertar normalmente. En CDBaby son gente que oye los discos y saben lo que venden (algo que se hecha en falta hoy día)

Bueno, pues pasando el rato oyendo artistas desconocidos para mi en CDBaby, se me ocurrio teclear en “sounds like” “Natalie Merchant”, una de mis artistas favoritas. Y entre la selección de CDs que aparecieron ví uno que parecía muy interesante: Birds of my Neirghborhood de The Innocence Mission.

No les había oído antes y quedé maravillado con su música. Una auténtica delicia a caballo entre el folk y el pop. La voy de Karen Peris (la vocalista del grupo) es maravillosa. Enseguida me lancé por la red para averiguar más sobre ellos. The Innocence Mission llevan en esto de la música desde finales de los 80. Tienen ya unos 6 o 7 discos y siguen al pié del cañón como uno de los artistas más originales y especiales del panorama folk/pop. Sus comienzos sonoros se enmarcan dentro de esa nueva ola de folk-rock que en los 80 incluía a artistas como 10,000 Maniacs. Los que ya les conozcáis sabéis perfectamente de que hablo. Los profanos, dejaros caer por CDBaby y escuchar, escuchar con atención.

Y rebuscar un rato por la tienda, que seguro que hay más tesoros ocultos.

Si encontráis alguno, avisadme y así lo compartimos

La web de CDBaby es www.cdbaby.com

jueves, 8 de marzo de 2007

Día Internacional de la mujer

Aprovecho que hoy se celebra el Día de la Mujer para recomendar un LP maravilloso que seguramente nos enseñe a valorar adecuadamente al sexo opuesto, y que, creo que pone un montón de cosas claras sobre la mesa. A ver si así todos aquellos (tercera persona plural masculino) que aún no se han enterado o más bien no quieren enterarse de que somos todos iguales, sin diferencias por sexo o raza, a fuerza de darles la murga acaban por reconocer lo obio.

El LP en cuestión es Different therefore Equal (Diferentes y por lo tanto iguales) de Peggy Seeger. Lo podeis encontar aquí. Me gustaría poner en el blog la letra de alguan de las canciones, pero la copia del LP que conseguí perdió hace tiempo el libreto con las anotaciones y letras, y mi inglés no es tan bueno como para trascribir perfectamente canciones de oído.

Me remito también a mi entrada del 8 de marzo del año pasado.
http://alvarohist.blogspot.com/2006_03_01_archive.html

Gracias un año más.