El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

lunes, 26 de febrero de 2007

El regreso de los muertos vivientes (sic)


El que aquí escribe es adicto desde hace un par de años a películas de zombies. Es todo un mundo ese subgénero de horror: Zombies Atómicos, Zombies Tóxicos, Hippies zombie rabiosos, ... hay zombies para todos los gustos y colores.
El colmo del fanatismo por los muertos vivientes llega cuando uno, coaccionado por sus colegas, acaba vestido de zombie gritando por la calle gritando "¡cerebros... cerebros vivos!" Sería un caso de locura grave si no fuese porque es carnaval y las calles están llenas de caperucitas rojas y lobos, vampiros/ vampiresas, hadas madrinas/campaniñas con wondrebra, monjes locos e incluso algún loco con una media en la cabeza (esto es estríctamente verídico) que no se sabe si va disfrazado o simplemente quiere asaltar a los asistentes de alguna loca fiesta nocturna.
Una noche para divertirse y pecar, y para pasar desapercibido oculto bajo la máscara. Aunque hicera frío, aunque nos tomasen por otra cosa en lugar de zombies, y aunque la mitad de la gente fuese de paisano (léase sin disfraz) lo pasamos bien. El año que viene habrá que repetir, aunque la próxima vez prometo pensar antes en los carnavales para que de tiempo de hacer un disfraz mejor. A ver si así nos toman de verdad por lo que somos. Porque la mitad de la gente pensó que eramos "currantes" en vez de zombies radioactivos, no se, una de dos, o no ven pelis de zombis o los currantes del gremio de la construcción acaban tan cansados con tanta expansión inmobiliaria a velocidad del rayo que al final del día tienen cara de zombie.
El año que viene más y mejor. No se si seré zombie otra vez o algo peor (Vengador Tóxico no estaría mal) o si acabaré de extra en una peli de la Troma pero algo pasará, seguro.
Gracias a mis colegas por animarme a salir disfrazado.
Y a Dan O'Bannon por amenizar nuestras locas veladas cinematográficas.

Cuidado al mirar esta entrada no salte algún zombie fuera de la pantalla y os coma vuestra preciada materia gris...

miércoles, 21 de febrero de 2007

Otra joya olvidada


Mientras espero las fotos para escribir sobre la noche zombie de ayer (espero pasar otra noche zombie este sábado, ya veremos como salen los planes...) Descanso de mi empacho de cerebros y risas escuchando otra vez esta mañana uno de esos discos olvidados y desconicidos que merece la pena recordar y que yo, por giros del destino, y la estupidez de algún zopenco que decidió desacerse de él -me sigue sorprendiendo como la gente puede vender auténticas maravillas discográficas por cuatro duros- he descubierto estos días

Maggie & Terre Roche son dos hermanas que, con su hermana pequeña Suzzy, militan desde finales de los 70 en un grupo Folk norteamericano conicido como The Roches. Una banda con un sonido muy peculiar, tanto en voces como en instrumentación, que ha recibido aplausos de la crítica pero poca respuesta (comercial) por parte del público. Yo, personalmente reconozco que me cuesta algo hacer el oído a su música, no acaba de convencerme.
Sin embargo, antes de empezar la aventura de The Roches, Maggie y Terre Roche grabaron, allá por 1975 un maravilloso disco, titulado Seductive Reasoning, para el sello Columbia, con el apoyo de Paul Simon. Un disco sencillo, delicioso, compuesto por las dos intérpretes y grabado con el acompañamiento (y producción) del propio Simon y la siempre increíble Muscle Shoals Rhythm Section. Un trabajo que se movia dentro del folk-rock con rivetes country, con todo el sabor de esa música amricana de principios de los setenta música acústica con las necesarias dosis de electricidad, unas armonías vocales maravillosas y unas letras, que con poesía nos hablaban de la vida, los viajes, las experiencias de sus autores en un tono a veces tan íntimo que se tornaban universales tocando parte de la vida de todas las personas.
Si os gusta la música de Paul Simo, de Crosby, Stills & Nash, de Jackson Browne, Dan O'Keefe, y otros músicos del momento. Si teneis un hueco en vuestras apretadas agendas para dedicar 30 minutos a descansar en casa y escuchar con atención -porque la buena música así lo requiere- os gustara este disco.
Eso sí, primero tendreis que encontrar una copia. Porque el disco está descatalogado y encontrar una copia en cd casi más dificil que encontrarla en vinilo... La culpa la tiene algún zopenco de macro-compañía discográfica multinacional que, absorto por la obsesión de ganar dinero- se ha olvidado de las joyas musicales que se guardan en su archivo.
Página web oficial de The Roches

martes, 20 de febrero de 2007

Desorden en la casa

Esta noche un grupo de Zombies invaden León. Nosotros no tenemos la culpa... entre tanta estupidez han acabado por provocar el fin del mundo. Vigilad vuestros cerebros.

Disorder in the House
(Warren Zevon)

Desorden en la casa
La bañera de ha desbordado
El yeso se cae a trozos sobre la camilla del dolor

Desorden en la casa
Tiempo de agacharse y cubrirse
Helicópteros se ciernen sobre la quebrada

Desorden en la casa
Cordura reptil
Zombies por el cesped tambaleándose

Desorden en la casa
Hay un defecto en el sistema
Y la mosca en el engüento va a hacer que todo se venga abajo

Las puertas de la inundación están abiertas
Hemos dejado a los demonios sueltos
Las armas grandes han hablado
Y hemos tragado el cebo

Desorden en la casa
Es un destino peor que la fama
Incluso el Lhasa Apso parece un poco arvengonzado.

Desorden en la casa
Las puertas se han salido de las bisagras
La tierra se abrirá y se tragará los bienes raices

Acabo de recibir el cheque de la paga
Voy a pintar toda la ciudad de girs
Me da igual si es una noche en París o una mañana en Fresno

Es el hogra de los fuertes y la tierra de los libres
Donde cuanto menos sepas mejor estarás

Desorden en la casa
Todas las apuestas están cerradas
Estoy desparramado por el sofá de la desesperación

Desorden en la casa
Viviré con los perdidos
Y observaré la puesta de sol a través de la puerta

Traducción casera. Letra en inglés en el disco de Warren Zevon The Wind (2003) y aquí tb.

viernes, 9 de febrero de 2007

Recomendación musical - The Wailin' Jennys














No deja de sorprenderme que, en una ciudad como León, en la que desde hace un tiempo los actos culturales parece un poco de capa caída (cierran cines, desparece el festival de Nuevas Músicas, etc.) pueda uno verse sorprendido por algún que otro maravilloso artista, prácticamente desconocido a este lado del atlántico, que, de gira por nuestro país, decide parar a decir "hola" en León.
Gran parte del mérito lo tienen la gente de Actividades Culturales de la Universidad de León, que jueves tras jueves nos traen un poco de música para romper la rutina del día a día. Grupos jóvenes o viejos, desconicidos o más o menos famosos que paran por aquí para contarnos algo de otros lugarmes más lejanos.
Lo que más me gusta de estos conciertos es que en la mayoría de los casos voy a la aventura. Si toca Steve Young u otro pequeño clásico, ya sabe uno más o menos que esperarse (y aún así sale con los pelos de punta, ¿o no?), pero si uno se acerca hasta la cafetería universitaria, simplemente porque ha leído en la págnia web de cultura de la univesidad -que por cierto deberían actualizar más pronto en cada mes- que viene un grupo de "country pop" que nunca ha oído antes, la cosa resulta un auténtica y maravillosa aventura de descubrimiento; como sucedió ayer cuando The Wailin' Jennys, un maravilloso trío de Canadá, comenzó su actuación sobre el pequeño escenario de la cafetería.
Harmonías etéreas, una instrumentación acústica perfecta y unas canciones preciosas, entre originales de grupo y versiones de Emmylou Harris y Leadbelly entre otros, nos hicieron pasar otra hora y media inolvidable.
Os recomiendo que las atrapeís en algún otro lugar antes de que abandonen España, y que busqueis alguno de sus discos, el último, que podeis ver sobre estas lineas y que está sonando mientras escribo, es una maravilla.
Se que debería avisar de estos conciertos con antelación, en vez de escribir siempre el día después (o hacer ambas cosas) pero normalmente me entero el mismo día o no conozco al artista en cuestión y no se qué escribir hasta que voy al concierto y salgo con una sonrisa en la cara y unas ganas terribles de repetir y de escribir contadoos tan maravilloso concierto. Echaz un vistazo a la web de la universidad y así disfrutaremos juntos la próxima vez.
http://www.thewailinjennys.com

sábado, 3 de febrero de 2007

En un pueblo sin nombre. Cuarta parte.

Angel y Jose se miraban pensativos el uno al otro. Angel se levantó y comezó a pasear por la biblioteca, mirando a las estanterías de libros como si éstas le fuesen a revelar el misterio. Estaba nervioso, se sentía impotente, qué, ¿qué pasaba en su pueblo? No había respuestas. Toda su vida leyendo ciencia ficción y viendo películas de serie B de los años 50, con extraterrestres ladrones de cuerpos y ahora parecía estar en una de ellas. No tenía sentido.

- Mira- Jose estaba depié junto a la venta con sus dedos separando las láminas de la persiana, observando la plaza.

Ángel se acercó a su lado. La plaza empezó a llenarse de gente. De dónde habían salido, no estaban seguros. Algunos parecían rostros conocidos, algunos parecía llegar desde las calles adyacentes, otros, parecían surgir de la nada, allí en medio de la plaza. Y todos ellos estaban sumergidos en plena rutina diaria. Como si fuesen las 12 de un día cualquiera la plaza estaba llena de vida.

Alguien se dirigía a la biblioteca. Era Julia, la bibliotecaria. Estaba igual que siempre, alta, con el cabello rizado, con sus gafas redondas de pasta, un vestido liso y sencillo y un par de libros bajo el brazo. Era la mujer de los perpetuos 50 y tantos sonriente y amable, conservando su atractivo y sencillez, que había decidido entregar su vida a los libros en vez de compartirla con otra persona.

Ángel y Jose se ocultaron tras una estantería cercan al mostrador de recepción. La Srta. Julia entró en la biblioteca y automáticamente se sentó tras el mostrador y empezó a leer uno de los libros que traía. Algo les decía a los dos muchachos que ésa no era la señorita Julia que habían conocido toda su vida. Decidieron que tenían que salir de la biblioteca y localizar a los otros dos amigos, que llevaban más tiempo en el pueblo y quizás supiesen algo más, sí es que aún seguían siendo ellos. Jose resolvió que saldrían tranquilamente por la puerta principal, caminando tranquilamente, inexpresivos, sin decir una sola palabra, como caminaba toda aquella gente allí afuera en la plaza. No justo cuando pasaban por delante del mostrador de recepción, no lo pudieron resistir y volvieron la mirada hacia le señorita Julia, ésta levantó su cabeza y los miró con rostro inexpresivo, con la mirada perdida, ya no estaba aquella sonrisa regañona y amable de antaño.

- Deberían volver ustedes a sus obligaciones y dejar de perder el tiempo en bobadas.

Aquello sonó como una sentencia a muerte. Apresuraron el paso y salieron de la biblioteca, sin detenerse apenas, caminaron raudos a casa de Toño. Una vez ante el portal de su amigo, advirtieron que no había movimiento en aquella calle. Se detuvieron un instante con el dedo levantado, indecisos si llamar al portero automático o no. Dieron unos pasos hacia atrás y observaron la fachada del edificio. Era increíble. Recordaban un edificio de ladrillo visto, sucio, con la barandilla de hierro de los balcones oxidada y el descolorido cartel del abogado del segundo piso; sin embargo, el edificio estaba ahora brillante, limpio, como recién construido, con las barandillas recién pintadas, el cartel reluciente y vivo, las persianas de las ventanas todas milimétricamente tapando un cuarto del cristal. Empujaron por a la vez la puerta del porta y estas e abrió sin ningún problema. Subieron la estrecha y empinada escalera despacio y se encontraron la puerta del piso de Toño cerrada pero con un cartón blanco enganchado en el pestillo, impidiendo que la puerta cerrase del todo. Le dieron un empujón y entraron en el piso.

No les dejaban de sorprender las casas perfectamente limpias y ordenadas, y el piso de Toño no era una excepción. Caminaron por la casa, todo estaba inquietantemente perfecto, miraron en todos los cuartos, no había nadie, estaban a punto de derrumbarse en el suelo, derrotados, cuando observaron algo que rompía la armonía de toda aquella perfección: una vieja y enorme maleta de cuero marrón, mal cerrada y con ropa asomando entre sus cierres, apoyada contra la pared en la habitación de Toño. Había llegado, no estaba allí, pero, Toño había llegado al pueblo. Ahora estaban seguros de que había sido él quien les había dejado la puerta del portal abierta y quien había trabado la puerta del piso y dejado la maleta así, a la visa en su cuarto, pero... ¿para qué, si el no estaba allí? Quizás era que habían llegado demasiado tarde y Toño había sido víctima de lo mismo que fuese que había hecho algo a los habitantes del pueblo, o quizás, sí, quizás trataba de decirles algo, de decirles que estaba allí y vivo pero... ¿dónde?

viernes, 2 de febrero de 2007

Comienzos de letrista

No me emborracho a menudo. Más bien sólo me ha pasado dos o tres veces. Pero lo más curioso es que siempre que pasa acabo cantado "El rayo X" de David Lindley. No me preguntéis porqué. Pero es tan pegadiza... la canto hasta cuando estoy sobrio.
En mi delirio interno, he acabado escribiendo una nueva letra a la canción, que dedico desde aquí a mi amigo Kiko (aquel bribón bueno) que estaba acatarrado en Navatejera, León.
¡Todos a cantar!

Allá en Navatejera
junto a la carretera
Vive un hombre loco
sé que es el hombre moco

estribillo:
Vente pa ca, vente pa ca
No no no tengas miedo
No te lo voy a pegar

Hace un frío que jode
y ha pillao catarro
porque salió denoche
y se tomó un cacharro

(estribillo)

Estudia pa guripa
mas como toma combis
le duele la barriga
va a convertirse en zombi

(estribillo)