El ir y venir luchando por las cosas más queridas, sin bien nos gasta las manos, nos deja abierta la vida.
- Víctor Jara

viernes, 10 de febrero de 2006

Y aún sigo buscando

And I'm still searching
Yes, I'm still searching
For a way we all can learn
To build a world
Where we all can share
The work the fun
The food the space
The joy the pain
And no one ever
Ever need or want to seek
To be a millionaire.

"Y aún sgio buscando, sí aún sigo buscando una manera en la que todos nosotros podamos aprender a consturir un mundo donde todos podamos compartir, el trabajo, la diversión; la comida, el espacio; la alegría, el dolor. Y nunca nadie, nunca, necesite o queira intentar ser un millonario."

And I am still searching
(Pete Seeger, 1997)
en el CD Where Have All The Flowers Gone: The Songs Of Pete Seeger (Appleseed Recordings, 1998)

martes, 7 de febrero de 2006

Sobre música y derechos de autor

Este escrito es una réplica a los comentarios hechos por mi amigo Kiko a la entrada Aquellos discos de antes... Es un tanto tedioso contestar cosas largsa en los comentarios, así que he colgado esta nueva entrada en el blog. Al que quiera leer la conversación entera y aportar algo, le remito a dicha entrada y sus comentarios.
Podeis seguir comentando cosas a mis post, por supuesto. Si son muy largas quizás sea mejor que creeis vuestro propio blog si no lo habeis hecho aún, y remitais en los cometarios a vuestros propias entradas... así descubriremos otras páginas interesantes.

Estoy de acuerdo contigo. Hay quien se gana la vida en el metro tocando por simple amor a la música, pero creo que te equivocas al desacreditar a aquellos que cobran entrada en sus conciertos, o que trabajan para un sello discográfico. Muchos artistas -y si escucharas música folki como yo te darías cuenta- no buscan hacer dinero con sus creaciones. Buscan simplemente hacer algo que les gusta y compartirlo con los demás.
Y para poder hacer esto, necesitan vivir, ganar dinero (el trueque dejó de funcionar hace mucho) para poder seguir tocando y alegrando nuestro día a día. Supongo que tu conocimeinto respecto a la gente que se dedica a la música se limita a personas que trabajan para multinacionales como EMI, que vive en grandes mansiones, que llena estadios multitudinarios y da conciertos con efectos especiales, que sale por la tele en videoclips y cuyos discos suenan a todas horas por la radio o sonaron en décadas pasadas.
Quizá te sorprenda descubrir que hay gente que se dedica a la música, que vive de ello, que gana dinero dando conciertos y vendiendo discos, pero que es gente humilde, que se gana la vida así, como se la puede ganar un maestro, un albañil, un médico.Gente como Mose Achs, que creo Folkways records, un sello dedicado a la múica folk que mantuvo siempre en catálogo todos sus discos, sin importar cuánto vendiesen, gente como Ani DiFranco, que como no encontraba quién la grabase, creo su propio sello con 20 años, gente como Ami Ray, que tiene un sello discográfico sin ánimo de lucro, gente como Pete Seeger, que lejos de vivir en una mansión, vive en la casita que él mismo se hizo en los 50 al lado del río Hudson. Gente, cuya ocupación es la de músicos o amantes de la música, que no tiene ningún interés en hacerse rico, simplemente en hacer música y compartirla con los demás. Gente que presta su voz para miles de causas y conciertos benéficos. Gente cuyas canciones nunca han estado en los primeros puestos de las listas pero que son tarareadas por miles de personas, canciones pasadas de boca en boca, que tocan incluso -y puedo dar testimonio de ello- esos que por gusto o mala fortuna tocan en el metro o en la calle...
Son músicos que hace música y viven de ello porque han tenido la suerte de poder dedicarse exclusivamente a lo que más les gusta, pero que, de seguro, si no sacaran para comer con ello, se buscarían otro empleo para poder seguir haciendo eso que más les gusta: arte, música.Y respecto al copyright, me parece un buen invento: ¿o a caso a ti te gustaría que alguien copiase un exámen tuyo y dijese que es suyo? Las creaciones de cada uno son de cada uno, no es egoismo ni ansia comercial. Ya se ocupará el tiempo, el proceso de la música folk, de la música de la gente, de hacer que esas canciones, las de verdad, las que pasan de boca en boca se reciclen, se adapten, se cambien, y se pierdan en el polvo pero queden en nuestro subcnsciente. Pero, mientras su autro siga vivo, por qué no pagarle por grabar sus canciones?, como una muestra de agradecimiento sin más, por crear esa melodía que nos acompaña cada día, ese libro con el que soñamos, etc.
Gracias a las leyes de copyright, gente como Pete Seeger, que a sus casi 87 años ya no tiene voz para seguir cantanto, puede vivir, puede seguir pagando sus recibos y tener una vejez feliz. Creo que es lo menos que podemos hacer por gente como Pete, a la que debemos tanto.
Supongo que hay que rebuscar un poco para conseguir oir cosas alternativas a las con las que nos bombardean continuamente los medios de comunicación, de hecho si la músca tiene tan mala prensa, si no se vende discos, si la gente piratea CDs o baja música sin licencia de internten, es porque desde hace ya muchos años, la industria discográfica, las multinacionales se han dedicado simplemente a hacer dinero, sin preocuparse del verdadero arte.
Por suerte, hay personas ahí fuera -músicos, emisoras de radio, pequeños sellos discográficos- que no están dispuestas a seguirles el juego a sellos como EMI (por citar uno, sin ningún motivo especial...) y salen adelante.
Usad esta herramienta que es internet y buscar esta otra música. Os llevareis una agradable sorpresa.

lunes, 6 de febrero de 2006

Un poco de respeto

Llevamos varios días oyendo cómo en varios países de mayoría musulmana se queman banderas de países europeos que han publicado caricaturas de Mahoma en sus diarios. Aquí, la prensa, cada vez más sensacionalista politizada, se excusa en la libertad de expresión, cuando, se mire como se mire, no es más que una falta de respeto hacia el vecino. Y no vale eso de desconocimiento de otra cultura, musulmana en este caso. Si queremos deslegitimar los radicalismos religiosos, políticos, que surgen con fuerza en estos días, engañando a la gente, debemos hacerlo tendiendo lazos, puentes, para ayudar a esas gentes, que en su desesperación ante las injusticias sociales y políticas que están viviendo, se arriman al que, parece ofrecerles soluciones rápidas.
Si nos seguimos riendo de otras personas por ser diferentes, si nos mofamos de sus costumbres en vez de hacer todo lo posible por conocerlas y comprenderlas y trabajar en limar posturas, buscando nuestras similitudes en vez de destacando nuestras diferencias, si seguimos explotando esos países en vez de compartir lo que tenemos con lo que ellos tienen de una manera justa, lo único que conseguiremos será que todos las desesperadas personas del llamando tercer mundo, sigan engrosando las filas del fanatismo.

Estaba esta tarde leyendo un libro, que, me parece ilustra perfectamente el caso:

“Desde occidente se tiende a analizar el rigorismo islámico en términos de fanatismo, sin caer en la cuenta de que sobre todo ello es la expresión de un profundo que no encuentra otras vías para desarrollarse. Mientras que los musulmanes sigan viendo que la comunidad internacional, a instancias de los Estados Unidos, reacciona inmediatamente contar la agresión iraquí a Kuwait (2 de agosto de 1990), pero se cruzan de brazos ante el incumplimiento por parte de Israel de las resoluciones de la O.N.U., seguirán pensando que ese orden internacional es injusto, y que a ellos les toca el papel de humillados. La masacre de los musulmanes de Bosnia-Herzegovina ante la pasividad europea no hace más que confirmar esa impresión.”
-Núñez Florencio, Rafael: Sociedad y política en el siglo XX: Viejos y nuevos movimientos sociales, Madrid, 1993

Libertad de expresión sí, pero, primero, respeto a los demás.

domingo, 5 de febrero de 2006

Cómo los discos te dan más de lo que quieres:


Esto aparecía en las fudas de los LPs publicados por el sello Columbia en EE.UU. en los 60
(traducción casera...)











Cómo los discos te dan más de lo que quieres:

Lo mejor por poco. Los discos te dan la mejor calidad por menos dinero que cualquier otro soporte sonoro

Permiten elegir canciones: Con los discos es fácil elegir las canciones que quieres oír, o también oír una canción o cara en particular. Todo lo que tienes que hacer es levantar el brazo y situarlo en el lugar que quieras. Sólo puedes hacer esto con un disco.

Están en lo más alto en cuanto a calidad de sonido. Los LPs parecen iguales ahora que cuando aparecieron por primera vez en 1948, pero hay una enorme diferencia. Se han hecho infinitos refinamientos y desarrollos para perfeccionar la tecnología del LP y asegurar la mejor reproducción de sonido y calidad disponible en soporte sonoro.

Te ofrecen horas de ininterrumpido y continuo placer auditivo. Simplemente, ponlos en tu cargador automático y relájate.

Son atractivos, informativos, y fáciles de guardar. Los discos nunca están fuera de lugar. Debido a la estética de sus carátulas, quedan bien en cualquier sala de estar o estantería. Tienen también importante información en sus contraportadas – sobre los artistas, las actuaciones o sobre el programa. Y porque son planos y finos, puedes guardar cientos en un mínimo espacio y seguir viendo cada título.

Si ha sido grabado, sabes que está disponible en disco. Todo está en discos en estos días... tus artistas favoritos, actuaciones, comedias, bandas sonoras de películas, conciertos, teatro, historia documental, material educativo... tu eliges. Esto no sucede con todos los soportes sonoros.

Son un regalo perfecto. A todo el mundo que conoces le gusta la música. Y prácticamente todo el mundo tiene un tocadiscos. Los discos son algo que le dicen mucho a la persona a la que se los regalas. Y hacen que siempre lo recuerde.

Y recuerda... siempre sucede primero en discos.

Aquellos discos de antes...

Parece mentira, que, a fecha de 2006, uno tenga que rebuscar por internet para encontrar una copia en buen estado de un disco de aquellos de antes, de aquellos de vinilo, que eran grandes, que había que tratar con mimo y guardar como tesoros para que siguiesen sonando como el primer día. Pero es que, curiosamente, y aunque cueste creerlo, hay discos que todavía no han aparecido nunca en CD.
Buscando y ojenado estos viejos discos, uno se da cuenta de que no hace mucho (hasta 1990 más o menos todavía se publicaban LPs de vinilo, el CD es muy jovencio -surge en 1983-) la música tenía otro estatus, otro valor en la sociedad que el de mero método-para-hacerse-rico-rapidamente-y-sin-dar-golpe. La música era (y es) cultura. Aquellos discos de antes tenían un diseño cuidado, sus portdas eran auténticas obras de arte muchas veces y en sus contraportadas aparecían muchas veces anotaciones, poemas, collages de fotografías... Cuando hoy encuentras uno de estos discos, no puedes resistirte a mirarlo, tocarlo y al final llevártelo a casa, sobre todo si resulta que la música (y demás) en él contenida no la vas a encontrar en nínguno otro sitio, en ningún otro soporte. Ojalá los editores discográficos acutales busquen en sus catálogos y desempolven esas viejas joyas, para traerlas de nuevo a la luz, ahora digital, y con suerte quizás aprendan a publicar los discos con un poco más de cariño, en vez de encerrar la música en esas horribles cajas de plástico (hay quién ya ha aprendido a publicar sus CDs de foma más agradable, grácias, Natalie Merchant,...)

Mi intención era pegar aquí la portada del LP, pero no me cabe en el escaner... conformaros con la etiqueta del disco.

Recuerdo de la Transición

Estudiar historia resulta interesante y curioso. Dice ¿y para qué te sirve eso? Claro, en esta sociedad, en la que lo único que importa -según dicen- es tener un buen trabajo (léase trabajo fijo, y que tenga buen sueldo) para poder comprar un coche y un piso, (y apalancarse, y engoradar, y llegar a ser un confromista más si lo lo eres ya, y pensar en ti y en tu prole de niños florero -¡hay que mono es!, ala niño, dejame en paz, mira que cosa tan bonita, te-le-vi-sor, ¿a que te gusta eh?, pues ala quédate aquí y no molestes-, olvidándote del mundo que te rodea,...
Claro, en este mundo, una materia (no voy a entrar en disquisiciones de ciencia, cuasi-ciencia,...) como la historia no vale para nada.
Vale para mucho. Sobre todo, y en contra de esos que piensan que estudiar historia es crear enciclopedias andantes para Saber y Ganar o cualquiera de esos concursos, sirve para crear una conciencia crítica en el ciudadano, y hacer que participe en los diferentes aspectos de la vida, comprometiéndose con unos valores determinados, pero a su vez abierto a nuevas posibilidades.
La historia nos muestra a menudo, cómo, con el tiempo, la constancia, la dedicación, las posturas más enfrentadas se moldean, se suavizan, todos ceden un poco de terreno y consiguen vivir en más o menos armonia. Por eso, recuerdos como el que mi tía encontró en un cajón, y que yo os cuelgo ahora aquí, nos provocan cierta sonrisa.